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Analisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Invertir en chips IA: por qué apostar por la segunda opción

La compañía californiana AMD ha despertado. Ahora desarrolla productos que la deberían acercar a la oferta de Nvidia

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çUnplash

La eclosión de la inteligencia artificial generativa (GenAI) ha disparado las ventas de chips que son indispensables para aplicaciones tan populares como ChatGPT (OpenAI, con Microsoft como principal inversor), Bard (Alphabet) o LLaMa (Meta), entre otras. Estas aplicaciones requieren miles de procesadores avanzados en la nube, con costes estratosféricos.

Pero este atractivo mercado de chips tiene muy pocos proveedores. La norteamericana Nvidia es la primera, sin discusión. En segunda posición encontramos la empresa AMD (Advanced Micro Devices), una compañía californiana fundada en 1969. En cierto modo, AMD ha tenido un papel de segundón a lo largo de buena parte de su historia, algo parecido a lo que le sucedió a Avis con Hertz en el mercado de alquiler de automóviles. Avis era el eterno segundo, pero hizo de esto su fortaleza: esforzarse más con el cliente, sintetizado en su popular eslogan publicitario “we try harder”. Al final, apareció un cisne negro por el camino, en forma de pandemia, que llevó a Hertz a una situación límite en 2020, mientras que Avis consiguió capear el temporal.

Pero volviendo con AMD, ha sido durante décadas la segunda fuente de CPU compatibles con Intel para ordenadores, siempre a un precio más competitivo, aunque con prestaciones ligeramente inferiores. Algo parecido le ocurrió con las GPU diseñadas para el mercado de videojuegos (procesadores gráficos), en que Nvidia ha sido el líder tradicional indiscutible, pero con AMD muy cerca, ofreciendo productos competitivos.

Ahora le toca a la IA. En este mercado, Nvidia es el líder indiscutible. AMD tardó demasiado en reaccionar, a pesar de ser un fabricante excelentemente posicionado para proporcionar soluciones basadas en tecnología GPU, que ya poseía. Pero Nvidia no solo diseñó procesadores para IA, sino que, para atraer nuevos usuarios, desarrolló una potente plataforma de software orientada verticalmente hacia distintos segmentos con alto crecimiento (data centers, automóvil, medicina, etc). También hizo adquisiciones estratégicas; es el caso de Mellanox Technologies, especializada en comunicaciones de alta velocidad, lo que le dio un plus de competitividad, clave para transferencias críticas de datos.

AMD opera en cuatro segmentos de mercado: centros de datos; ordenadores, portátiles y estaciones de trabajo profesionales; videojuegos; y chips integrados (automóvil, IoT, etc). Además, sus chips procesadores también se pueden utilizar en el ámbito de las criptomonedas y el metaverso.

De cualquier forma, la compañía ha despertado. Ahora desarrolla productos para IA que le deberían ir acercando a la oferta de Nvidia.

Por ejemplo, ofrece soluciones tales como CPU compatibles x86 con un acelerador de inteligencia artificial integrado. Un aspecto que le puede dar una ventaja competitiva frente a Nvidia son los chips FPGA, fruto de su adquisición de Xilinx en 2022, un líder destacado en circuitos de lógica programable, que permiten realizar operaciones extremadamente rápidas y muy eficientes.

Pero Nvidia, al igual que Hertz, no está a salvo de cisnes oscuros que puedan aparecer en su camino. Uno que acecha es el riesgo geopolítico, ya que tiene un mercado importante en China (cerca del 20% de sus ventas en 2022). Ahora, con restricciones de exportación que afectan directamente a sus chips más potentes, le puede suponer una pérdida de 400 millones de dólares anuales, más los que vaya acumulando con nuevas incorporaciones.

De esto AMD tampoco se salva y también tiene restricciones en sus ventas hacia China, pero quizá no está tan afectada. No obstante, tanto Nvidia como AMD son fabless, es decir, sus chips principales los produce un tercero, que para ambas compañías es TSMC (Taiwan). Aquí comparten riesgo geopolítico.

Otro aspecto relevante en el ámbito riesgo es la enorme presión inducida sobre Nvidia por las autoridades reguladoras de la competencia, especialmente en Europa. Consideran que Nvidia tiene un monopolio en procesadores de inteligencia artificial, con un 70%-80% de cuota de mercado. Este es un riesgo que puede impactar en sus resultados a largo plazo. Por ejemplo, podría propiciar que tenga que desprenderse de algunos activos significativos, segregar parte de sus actividades o abrir más sus plataformas a terceros.

Obviamente, esta presión antimonopolio no la tiene AMD; paradójicamente, incluso a Nvidia le interesa que pueda haber más alternativas en el mercado, con tal de reducir la presión de los reguladores.

Otro argumento positivo para AMD es la disposición de varias compañías para favorecer sus procesadores (Microsoft, Apple, etc), con tal de tener de más alternativas. Incluso en la esfera gubernamental, en ciertos departamentos del gobierno norteamericano, que requieren ejecutar aplicaciones críticas (militares, etc), es muy probable que les interese tener un segundo proveedor de esta tecnología clave.

Una duda que genera la compañía es conocer cómo evolucionará su desarrollo de software que permita integrar más fácilmente las aplicaciones IA. Ha iniciado el camino, pero le queda mucho por recorrer frente a Nvidia.

Los resultados de AMD en el tercer trimestre han sido un 4% mejores que en el mismo trimestre del año anterior, llegando a los 5.800 millones de dólares. Pero el beneficio neto es de tan solo 299 millones de dólares (en el trimestre anterior fue negativo). Está claro que el esfuerzo en I+D impacta directamente en este apartado, con 1.507 millones de dólares, aunque debería terminar dando sus frutos.

AMD ha reducido sensiblemente su deuda en los últimos 5 años, desde una ratio de endeudamiento del 96% a tan solo un 4,5%.

A nivel de capitalización en bolsa, Nvidia es la sexta compañía del mundo (1,22 billones de euros) y AMD ocupa el puesto 55 (189.000 millones de dólares). Las acciones de AMD cotizan en el Nasdaq. En lo que va de año, sus títulos han aumentado un 82% (Nvidia un 240%), frente a un incremento del 33% del Nasdaq Composite, el 15% del S&P 500 y el 10% del Eurostoxx 50.

Es posible que aún sea temprano para invertir en AMD, dado que tiene que hacer muy bien las cosas para poder conseguir el efecto Avis en IA. En cualquier caso, el inversor a largo plazo puede considerar entrar en este valor a un precio potencialmente atractivo.

Xavier Alcober Fanjul es ingeniero consultor

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