Estados Unidos endurece más las restricciones de venta de chips y Nvidia sufre en Bolsa
El Gobierno estadounidense ha ampliado la lista de chips y países, e incluye a Irán y Rusia entre los vetados a la hora de importar los modelos más punteros
El Gobierno de Estados Unidos ha aumentado este martes las restricciones que pesan desde el pasado mes de octubre sobre la exportación de chips. En la anterior versión de la normativa, salvo si se contaba con una licencia especial expedida por el Departamento de Comercio, Washington prohibía la exportación a China de los modelos de chips más punteros fabricados en Estados Unidos o con maquinaria diseñada allí. Ahora, la lista de países prohibidos ha crecido al incluir también a Rusia e Irán, así como al ampliar el rango de chips afectados por la medida. Tanto las restricciones iniciales de octubre como su versión actualizada de este martes tienen por objetivo, según explica la propia administración estadounidense, capar la capacidad de los países afectados de desarrollar armamento de última tecnología.
Según ha referido la responsable de la cartera de Comercio, Gina Raimondo, estos chips objeto de veto podrían ser clave para avances en el campo de la inteligencia artificial y la computación. Las mejoras en estos sectores podrían posteriormente ser aprovechadas para incrementar las capacidades tecnológicas del Ejército chino.
Además de los países afectados, el gigante de los chips estadounidense Nvidia, AMD o Intel son otros grandes perjudicados por este endurecimiento. En concreto, las restricciones detalladas por representantes de la administración Biden en una rueda de prensa ahora pesan sobre dos nuevos modelos que Nvidia diseñó específicamente para el mercado chino cuando entraron en vigor las primeras restricciones. Los chips A800 y H800 de Nvidia o el Gaudi2 de Intel ya no podrán ser vendidos en ninguno de los tres países mencionados anteriormente. Fruto de la decisión conocida hoy, las acciones de Nvidia, que en niveles intradía cayeron más de 5%, moderan los descensos y concluye la jornada con un recorte del 4,68%. Mientras que las de AMD e Intel han cedido un 1,24% y un 1,37%, respectivamente.
“Cumplimos con todas las regulaciones mientras nos esforzamos por ofrecer nuestros productos, que son una parte esencial de muchas industrias diferentes”, ha asegurado un portavoz de Nvidia a Bloomberg. “Dado que nuestros productos son demandados a nivel mundial, no esperamos un impacto significativo a corto plazo en nuestros resultados”, añadió.
Lo que Estados Unidos pretende en esencia es cerrar los flecos que dejó la anterior normativa de octubre. Los chips más punteros son los que tienen menor tamaño, pero con el debido acondicionamiento, también se pueden emplear chips algo más “rudimentarios” para el desarrollo de las capacidades que EE UU busca capar. Esto es lo que EE UU ha denominado como chips en la “zona gris”. Para atar este cabo que quedó suelto, la nueva norma exigirá que las empresas notifiquen al Gobierno de Estados Unidos la venta de los chips cuando tengan por destino estos países y sean de unas “características ligeramente inferiores” a los vetados. Una vez interpuesta la notificación, la administración se ha comprometido a responder en menos de 25 días si se necesita o no una licencia especial para autorizar esa venta de chips.
De esta forma, los chips con velocidades de entre 150 y 300 teraflops no podrán ser exportados si su densidad excede los 370 gigaflops por milímetro cuadrado. Aquellos chips que operen a tales velocidades, aunque con un rendimiento inferior, estarán en una “zona gris”, por lo que las empresas podrán venderlos a China, pero deberán notificar la transacción al Gobierno estadounidense. De su lado, tanto los chips para electrodomésticos, como los destinados a teléfonos inteligentes o el gaming quedarán exentos de estas reglas, pero deberán comunicar la exportación de chips de más de 300 teraflops.
“Es difícil dibujar una línea clara entre la tecnología que puede usarse con fines militares y la que solo se usa con fines comerciales”, afirmó Raimondo. “A menudo, los chips tienen dobles usos y la misma tecnología que tiene uso civil, por desgracia, puede terminar por contribuir a la modernización de sus ejércitos, a la vigilancia de sus ciudadanos y a solidificar su opresión”, prosiguió Raimondo antes de decir que Estados Unidos no quiere ser más restrictivo de lo necesario, ya que no busca dañar a la economía china.
Además de la prohibición de los modelos más punteros y de la necesidad de solicitar licencias al Departamento de Comercio en otros casos, la norma fija que cualquier compañía extranjera que proporcione este tipo de materiales fabricados en Estados Unidos a empresas o individuos chinos podría ser incluida a su vez en la lista de entidades sancionadas por el Departamento de Comercio.
A lo largo de los últimos meses, los chips han estado en el foco de una más o menos soterrada lucha global por hacerse con la primacía de este vital elemento de la vida moderna. Siendo utilizados para la producción de artículos tan variopintos como vehículos, smartphones, ordenadores, armamento o modelos de inteligencia artificial generativa, China, la UE y Estados Unidos tienen su vista fijada en ellos. Además de limitaciones a su exportación, distintos países se han afanado en regar de dinero público los proyectos de construir fábricas privadas de chips dentro de sus fronteras. También, China estableció controles sobre la exportación de galio y germanio, dos elementos que son necesarios en parte del proceso de producción.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días