Por qué Alemania necesita un enfoque económico más europeo
Berlín debe trabajar por una política energética e industrial común en la UE para sobrevivir a la fuerte competencia exterior
En la segunda mitad del siglo XX, Alemania desarrolló un modelo económico que sigue teniendo éxito hoy en día. Basado en la producción de bienes manufacturados para la exportación, también incluye un amplio Estado del bienestar y convenios colectivos sectoriales generalizados sobre salarios y condiciones laborales, así como una poderosa voz de los trabajadores en sus empresas. Esta evolución fue acompañada del establecimiento y la profundización del mercado interior europeo, y la integración europea ha sido una baza crucial para el éxito de Alemania.
Sin embargo, aunque Alemania veía a los demás países europeos como socios políticos, los trataba como competidores desde el punto de vista económico. Esta era la lógica del mercado interior y otros países actuaban de la misma manera, pero el enorme superávit de exportación de Alemania suponía, sin embargo, un reto para el funcionamiento de este mercado. Al mismo tiempo que era la potencia económica de Europa, Alemania amenazaba la dinámica económica europea, sobre todo con su enfoque político de austeridad en la crisis bancaria de 2008.
Hoy Alemania necesita reinventar su modelo empresarial, ya que la protección del clima, las nuevas tecnologías digitales y los cambios geoeconómicos están alterando el panorama. Alemania está ansiosa por mantener la industria manufacturera y también a sus trabajadores, ya que se considera el núcleo de la creación de riqueza, necesario también para mantener un Estado del bienestar fuerte y buenos salarios y condiciones laborales. Sin embargo, para mantener un núcleo industrial fuerte, son necesarios cambios en el sistema industrial. Además, en los tres ámbitos mencionados anteriormente, un planteamiento aislado de estos cambios no tendrá éxito. Alemania necesita a Europa y, por tanto, necesita un enfoque más europeo que en el pasado.
Mientras que Alemania, tras la invasión rusa de Ucrania, ha conseguido sustituir el gas ruso por otras fuentes en poco tiempo, el reto consistirá en desarrollar fuentes de energía renovables. En este sentido, el país va por detrás de sus propios objetivos de construcción de molinos de viento y paneles solares. Incluso si se acelera el ritmo, en el futuro serán necesarias las importaciones de energías renovables del norte y el sur de Europa, así como de los países vecinos, para suministrar a las fábricas alemanas cantidades suficientes y asequibles de electricidad e hidrógeno verde. Sin embargo, los proveedores y países de tránsito potenciales como, por ejemplo, España, no se limitarán a exportar energía, sino que intentarán aprovechar su ventaja para establecer industrias en su propio suelo. Por lo tanto, Alemania necesita asociaciones que vayan más allá de las importaciones y debería trabajar junto con sus socios europeos en una política energética e industrial común que tendrá que incluir financiación europea si quiere contar con el apoyo de los Gobiernos del sur de Europa.
Además, en lo que respecta a las tecnologías digitales, el país necesita socios europeos para poder desarrollar más competencias y ser más innovadora en campos como la inteligencia artificial para evitar la dependencia de Estados Unidos o China. Las tecnologías digitales serán cruciales para mantener industrias tradicionales como la del automóvil. No basta con tener la producción de baterías en Europa para mantener la creación de riqueza de la industria automovilística en Europa. Los sistemas de software serán aún más importantes y algunos fabricantes de automóviles alemanes están a punto de renunciar a ellos y comprarlos en el extranjero. Se trata de una evolución muy peligrosa para el modelo de negocio alemán. Una vez más, Alemania debería intentar establecer asociaciones europeas para mantenerse a la par de sus competidores no europeos, al menos en los campos de las tecnologías digitales cruciales para sectores como la maquinaria, los productos químicos y la movilidad.
Por último, el mundo cada vez más multipolar, en el que las políticas de poder, incluida la guerra económica, están ganando terreno y los enfoques multilaterales están bajo presión, obliga a Alemania a redefinir su papel en el mundo. Con unas cadenas de suministro cada vez más vulnerables y unos mercados de exportación cada vez más inseguros, especialmente China, la industria alemana debe diversificar sus cadenas de valor ascendentes y descendentes. Para ello es necesario crear nuevas asociaciones con países como la India, pero también en América Latina y África. Alemania solo podrá hacerlo en el marco de un enfoque europeo, sobre todo teniendo en cuenta la competencia china en este ámbito y el hecho de que la política comercial es competencia de la Unión Europea.
Todos estos cambios son urgentes si el país quiere mantener su modelo socioeconómico asegurando la riqueza y el bienestar. Requieren inversiones masivas en tecnologías verdes y digitales, así como políticas industriales activas. También requieren un reajuste del papel que Alemania desempeña en Europa. Alemania debe profundizar en sus asociaciones políticas e industriales dentro de Europa, sobre todo como base para las asociaciones más allá de Europa. Para mantener su fortaleza económica, Alemania debe aceptar una nueva división del trabajo en Europa y ayudar a promover el crecimiento mediante financiación europea para las transiciones que se avecinan. Para mantenerse fuerte, el cambio es inevitable.
Thorben Albrecht es Policy Director de IG Metall, el sindicato metalúrgico alemán. Colaborador de Agenda Pública.
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