Del euro al índice del miedo: seis gráficos que explican el efecto de la guerra comercial de Trump en los mercados
El inicio de una guerra comercia ha golpeado a los mercados de divisas, materias primas, valores y renta fija. El sector de la automoción se tiñe de rojo porque los principales fabricantes producen en México y Canadá y exportan a Estados Unidos
Donald Trump ha cumplido una de sus primeras amenazas económicas con la imposición de aranceles a las importaciones de México, Canadá y China y los efectos en los mercados no se han hecho esperar, aunque se han suavizado a última hora después de que México haya anunciado que las medidas se pospondrán un mes. En cualquier caso, el regreso a la Casa Blanca del magnate estadounidense ha traído consigo picos de volatilidad constante ante las posibles medidas proteccionistas que adoptará durante su segundo mandato. Con el inicio de una guerra comercial, una de esas incertidumbres se ha materializado y golpeando a los mercados de divisas, materias primas, valores y renta fija.
El euro se acerca a la paridad con el dólar
La moneda comunitaria europea no ha dejado de devaluarse desde la victoria electoral de Trump el pasado mes de noviembre. Las medidas proteccionistas del nuevo gobierno han reforzado al dólar por las perspectivas de mayor crecimiento económico en Estados Unidos y de unos tipos de interés más altos por el repunte de la inflación (en parte por los aranceles). Además, en momentos de incertidumbre, los inversores buscan activos más seguros y el dólar es considerado como una moneda refugio, por lo que puede provocar una salida de inversiones en euros hacia activos en dólares. Aunque Trump todavía no ha anunciado medidas arancelarias para la Unión Europea (UE) se espera que sea la siguiente región en sufrirlas, lo que ha llevado al euro a mínimos desde 2022. Antes de las elecciones cada euro se cambiaba por 1,088 dólares y ahora el valor ha caído hasta los 1,03 billetes verdes. Este lunes, la moneda europea ha caído un 0,4% aunque suavizó la caída después de que México comunicase que las medidas arancelarias no entrarán en vigor hasta dentro de un mes.
México, en la diana
La victoria de Trump ha dejado expuestas a las divisas emergentes a las políticas comerciales del nuevo gobierno estadounidense y el peso mexicano es el mayor exponente. El nuevo presidente de la primera economía del mundo ha marcado una línea dura con su país vecino a través de medidas arancelarias y migratorias, por lo que los analistas consideran que el peso se ha convertido en una moneda débil. Además, se ha disparado la incertidumbre sobre una dura revisión del TMEC, un tratado de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México. Aunque el impacto se ha suavizado después de conocer que los aranceles tardarán un mes en aplicarse al país mexicano, la divisa se devalúa un 4% frente al dólar desde las elecciones en noviembre.
Volatilidad a golpe de tuit
La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha traído picos de volatilidad en las Bolsas. Cualquier tuit o declaración del magnate estadounidense hace tambalearse a y así se refleja en el VIX, conocido como medidor del miedo de los inversores, que ha estado lleno de altibajos desde que Trump venciera en las elecciones el pasado mes de noviembre. Se trata de un índice que mide la volatilidad esperada del mercado en los próximos 30 días. Se usa como un indicador de riesgo. Cuando sube mucho, los inversores esperan mucha incertidumbre y caídas en las Bolsas. Este lunes, el VIX ha subido más de un 12%, con picos de más de 20 puntos, reflejando el temor de los inversores a los efectos que tendrá la imposición de aranceles. Este indicador llegó a superar los 66 puntos el pasado mes de agosto, después de que en el mercado se desataran las preocupaciones por la marcha de la economía estadounidense. También en diciembre, cuando la Reserva Federal indicó que aplicaría menores recortes de tipos de los que inicialmente esperaba el mercado. Al inicio de la pandemia del Covid-19 y durante la crisis financiera mundial en 2008, el índice llegó a superar los 80 puntos.
Los fabricantes de coches, el primer eslabón en caer
Los fabricantes de vehículos han sido el primer sector industrial en caer con fuerza tras la imposición de aranceles porque muchos de ellos fabrican los automóviles en México o Canadá y los exportan a Estados Unidos. Y no solo los vehículos, también existe un importante flujo comercial entre los tres países en cuanto a los componentes de fabricación. En el gráfico, la cotización de Stellantis, que este lunes ha perdido un 4,5%, llegando por momentos a ceder más del 6%. Volkswagen ha caído otro 4,1%. Las japonesas Nissan y Toyota se han dejado más del 5% y Honda el 7,2%. Y las estadounidenses Ford y General Motors también cotizaban en rojo al cierre de los mercados europeos.
Más presión para el petróleo
La primera reacción del petróleo a los aranceles de Trump ha sido un repunte del precio, con el Brent subiendo hasta cerca de los 77 dólares por barril. Sin embargo, ha ido cediendo hasta situarse prácticamente plano, ante la expectativa de que suavizará, también, los aranceles sobre Canadá, exportador de petróleo a EE UU. Los analistas consideran que a largo plazo las medidas arancelarias meterán más presión el precio del crudo. Un dólar más fuerte encarece el petróleo para los países que compran en otras divisas, lo que reduce la demanda y presiona los precios a la baja. Como el Brent se cotiza en dólares, una apreciación de la moneda estadounidense tiende a hacer que el petróleo sea menos accesible para otros mercados.
Repunta la rentabilidad de la deuda a corto plazo
El mercado de renta fija también se ha visto sacudido por el terremoto arancelario de Trump. Se espera que estas tasas provoquen un aumento de los precios, ya que empresas y consumidores deberán pagar más por los productos extranjeros. Ese aumento de costes puede llevar a generar un alza en la inflación, de forma que los inversores exigirán mayores rendimientos en los bonos para compensar la pérdida de poder adquisitivo. Igualmente, si la inflación aumenta, la Reserva Federal podría subir los tipos para evitar un sobrecalentamiento. Y dado que la rentabilidad de los bonos a corto plazo está muy influenciada por las expectativas de la política monetaria, el bono estadounidense a dos años ha repuntado con fuerza hasta el 4,24%.