Las divisas emergentes contienen el aliento ante las elecciones en Estados Unidos
Alta volatilidad en el peso mexicano por la perspectiva de que una victoria de Donald Trump implique fuertes aranceles y deportaciones masivas
El mundo aguarda la decisión de los estadounidenses sobre quién será su próximo presidente. Y en la lista de posibles perturbaciones derivadas de los comicios aparece, en lugar privilegiado, el impacto sobre las divisas emergentes. La volatilidad del peso mexicano a un mes está en su nivel más alto en más de cuatro años, en una zona cercana a la que experimentó la libra esterlina antes de la decisiva votación del Brexit. Es decir, el coste para el inversor de protegerse frente a caídas de la divisa es tan elevado como antes de dicho referéndum.
Como sucede con el bitcoin, sectores como el de las prisiones privadas, la Tesla de Elon Musk, o la empresa Trump Media, claros beneficiados en caso de victoria de Donald Trump, las divisas emergentes son uno de esos activos que han estado reaccionando hasta el último momento a las predicciones de las encuestas, aunque en sentido contrario: este lunes, el dólar caía frente a la mayoría de ellas después de que nuevas encuestas de última hora incrementaran las posibilidades de Kamala Harris de llegar a la Casa Blanca. El balance de los últimos meses, sin embargo, indica que los inversores están descontando el riesgo que supondría una victoria del republicano: tanto el peso mexicano como el real brasileño acumulan caídas superiores al 15% frente al dólar en los últimos 12 meses, y en el último mes las pérdidas rondan el 5%, un porcentaje elevado tratándose de divisas.
México se ha beneficiado en los últimos tiempos de los problemas en las cadenas de suministro globales y del choque geopolítico de EE UU con China, erigiéndose como alternativa comercial más fiable y cercana. Pero el temor a nuevos aranceles —con los que Trump pretende, entre otras cosas, evitar la deslocalización de empresas al vecino del sur— y a una política migratoria más restrictiva si resulta victorioso el candidato republicano están provocando la debilidad de su moneda. Un dólar se cambia por más de 20 pesos, algo que no sucedía desde hace dos años.
Declaraciones como la efectuada por Trump este lunes en Carolina del Norte no contribuyen a rebajar la incertidumbre. “Tienen una nueva presidenta en México y voy a informarle, desde el primer día, de que si no detienen esta avalancha de criminales y drogas que entran a nuestro país, voy a imponer un arancel del 25% a todo lo que mandan a Estados Unidos”, expresó el expresidente en un mitin.
“Las elecciones estadounidenses plantean un riesgo clave a corto plazo para los activos mexicanos si Trump gana, mientras que una victoria de Harris podría desencadenar un rebote que suponga un alivio para el peso”, resume Nenad Dinic, analista de Julius Baer.
Para Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en el banco suizo J. Safra Sarasin, México es, tras China, el país más vulnerable a los aranceles generalizados del 10% que planea Trump, dada su elevada exposición al mercado estadounidense. “Más allá del impacto comercial, también se vería afectado por la política de inmigración más estricta de Estados Unidos. Al no permitir la entrada a Estados Unidos de inmigrantes de terceros países (en su mayoría centroamericanos), quizás el propio México tenga que acoger a estos solicitantes de asilo. Los países centroamericanos (El Salvador, Nicaragua) corren el riesgo de recibir menos remesas, que representan alrededor del 25% del PIB de ambos países”, advierte.
En Brasil, el mayor país de Latinoamérica, el banco central tiene fijada su reunión de política monetaria para el 5 y 6 de noviembre, y será en la tarde de ese día cuando anuncie su decisión, por lo que no tendrá tiempo de reaccionar ni a posibles consecuencias del resultado electoral ni a las medidas que tome la Reserva Federal un día después —se esperan 25 puntos básicos de recorte de tipos—. La depreciación del real frente al dólar está muy presente por sus efectos sobre los precios. Con una inflación superior al 4%, las importaciones de productos de EE UU —segundo socio comercial de Brasil— amenazan con seguir encareciéndose si el dólar continúa repuntando y a ello se suman aranceles más altos.
El banco central brasileño ya ha tomado medidas para contener los precios, al subir los tipos de interés en 25 puntos básicos en su última reunión, el primer alza en más de dos años. La tasa se sitúa ahora en el 10,75%, pero el mercado descuenta un nuevo aumento en la reunión de esta semana, de al menos 50 puntos básicos, al que conceden un 96% de posibilidades.
Otras monedas emergentes están padeciendo problemas similares. El peso argentino, pese a la sintonía de Trump con el presidente argentino, Javier Milei, es la que más se ha devaluado en un año, el 18%, lo que tiene como efecto directo un aumento del coste de su deuda, aunque en el último mes se ha comportado mejor que otras divisas latinoamericanas. El peso colombiano ha sido la más penalizada en las últimas cuatro semanas, más de un 6%.
Fuera de Latinoamérica, la lira turca es la que acumula un mayor castigo en el último año. En su anterior mandato, Trump ya hizo estragos en la divisa, al duplicar, en agosto de 2018, los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio turcos. Sin embargo, en el último mes, a diferencia de lo sucedido con divisas asiáticas como el peso filipino o el Ringgit de Malasia, que caen cerca de un 3%, la lira turca se ha mantenido prácticamente plana frente al dólar, ignorando las encuestas que hablaban de un regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, menos claro conforme se acercaba la hora de la votación.