La apuesta del mercado por Trump amenaza el rally de la Bolsa europea para el resto del año
Citi decide infraponderar la renta variable europea por el riesgo de un incremento de los aranceles por parte del candidato republicano. BlackRock ve el descenso en la tecnología de EE UU como una oportunidad
La campaña electoral para las presidenciales de EE UU de noviembre se ha convertido este verano en un nuevo catalizador para el mercado bursátil. El impulso que ha tomado la candidatura de Donald Trump, ahora líder indiscutible del partido republicano y favorito de las encuestas, y la retirada de la carrera electoral de Joe Biden han dibujado un entorno en el que algunos inversores empiezan a tomar posiciones y en el que la Bolsa europea lleva las de perder. La propuesta de más aranceles que proclama Trump es toda una amenaza y aunque Kamala Harris, que previsiblemente será quien luche frente a Trump por ocupar la Casa Blanca, ha dado cierto respiro al parqué del viejo continente, ya hay firmas que han optado rebajar el peso de la renta variable europea en su cartera.
Los fondos de Bolsa estadounidense registraron la semana pasada la cuarta mayor entrada de dinero registrada nunca, según datos de Bank of America, por 44.800 millones de euros. Citi sigue contribuyendo a ello y ha decidido esta semana reafirmar su sobreponderación de la Bolsa estadounidense y rebajar el riesgo en Bolsa japonesa y europea. “Creemos que Europa se llevaría el impacto más negativo si hay una guerra comercial en un eventual gobierno de Trump. Japón podría verse también afectado por las tarifas”, explican en el banco estadounidense. Así, Citi ha reducido su exposición internacional tomando beneficios en Japón y añadiendo infraponderación en Europa. El banco aprovecha además, con la vista puesta en la Fed y en las elecciones estadounidenses, para elevar su posición en banca y consumo discrecional a sobreponderar y para reducir a infraponderar al sector energético, en la expectativa de un descenso del precio del petróleo. Un gobierno de Trump alentará la extracción de crudo en EE UU, elevando así su producción, y también abogará por el fin de la guerra en Ucrania, según ha reconocido el magnate, lo que rebajaría la tensión de precios en las materias primas energéticas.
En lo que va de año, el Nasdaq es el claro ganador a ambos lados del Atlántico entre los índices bursátiles. Su ascenso del 20% contrasta con el avance entorno al 10% del Dax alemán o el Ibex 35, o el 8,5% del Euro Stoxx 50 y supera también el alza del 17% del S&P 500 y el 7% del Dow Jones. Mención aparte merece el Cac 40, prácticamente en tablas en el año tras el derrumbe que supuso la convocatoria de elecciones legislativas. La tecnología marca una vez más la diferencia entre la Bolsa europea y la estadounidense, auténtico imán de inversiones gracias a sus gigantes de Silicon Valley. Ante un posible mandato de Trump con más aranceles para las exportaciones europeas y un entorno regulatorio más favorable para los gigantes de EE UU, la apuesta inversora por la tecnología estadounidense puede verse reforzada.
La semana pasada dejó notables caídas en los valores tecnológicos por las noticias de que EE UU podría limitar aún más el acceso extranjero a los semiconductores, en una medida dirigida a torpedear a la pujante industria china. Para el sector tecnológico europeo fue de hecho la peor semana desde la pandemia, con un retroceso en Bolsa del 8,7%. Pero los nuevos riesgos geopolíticos no distraen a los grandes inversores de su apetito por los valores ligados a la inteligencia artificial, que salvos contadas excepciones europeas como ASML, tienen su residencia preferente en Wall Street. La mayor gestora de activos del mundo, la estadounidense BlackRock, reitera estos días su apuesta táctica por la inteligencia artificial y la Bolsa estadounidense. La firma reconoce que vigila los riesgos geopolíticos que rodean a la IA pero defiende que “por ahora, vemos los retrocesos repentinos como una oportunidad para aumentar la asunción de riesgos”. Eso sí, reconoce que “este entorno requiere un nuevo manual de inversión”. En cuanto a la Bolsa europea, en BlackRock ven “oportunidades selectivas”, ya que los tipos de interés más bajos apoyan el crecimiento y ya están mejorando los beneficios.
Goldman Sachs, otro gigante estadounidense de la inversión, prevé que las políticas arancelarias expuestas por Trump tengan un impacto sensible en el beneficio por acción de las empresas europeas en 2025. Las menores ventas a EE UU a causa de esas tarifas restarían entre un 6% y un 7% al beneficio por acción, un impacto más que suficiente para eliminar su crecimiento el próximo año. Goldman Sachs maneja ahora un descenso del 4% de ese beneficio por acción. Aunque no todo es desfavorable para la Bolsa europea: la retirada de Biden y el previsible nombramiento de la actual vicepresidenta Kamala Harris como la candidata demócrata a la Casa Blanca ha rebajado la presión. “A corto plazo, en relación con la retirada de Biden, no sería sorprendente ver una ligera recuperación de los activos de riesgo europeos en comparación con los Estados Unidos después de varias semanas de claro rendimiento inferior. De hecho, varios estudios econométricos muestran impactos significativos en el crecimiento europeo, en torno al 1%, en caso de un resurgimiento de las fuertes tensiones comerciales relacionadas con Trump 2.0″, reconocen desde Edmond de Rothschild AM.
Los índices europeos reaccionaron el lunes con ascensos. El mercado no ha renunciado a su apuesta mayoritaria por un triunfo de Trump y su llegada a la Casa Blanca pero sí ha empezado a contemplar que una disputa electoral con Harris dé un mejor resultado para el partido demócrata, al menos suficiente para evitar que arrase el partido republicano. Además de un repunte como reacción técnica ante las caídas de la semana pasada, el ascenso bursátil se explica en que “el mercado quizás prefiere una situación en la que ninguno arrase en ambas Cámaras y pudiera llevar a que alguno de los partidos tenga total libertad para poner en marcha sus políticas”, según apuntan desde Natixis.
La Bolsa europea cuenta a su favor con una valoración mucho más atractiva que la estadounidense, con los índices de Wall Street en constantes máximos históricos. Eso le da inevitablemente recorrido, más aún en un contexto de descenso de tipos de interés en la zona euro y de resultados sólidos. Según muestra la última encuesta de gestores europeos de fondos de Bank of America, del mes de julio, el 55% ve un potencial de al menos el 5% para la renta variable europea. Y un 10% de inversores a nivel global sobrepondera Bolsa europea en su asignación de activos, frente al 30% del mes pasado.
Una valoración atractiva no basta para que la Bolsa europea ocupe un lugar preferente en las carteras, a pesar incluso de los elevados niveles a los que cotizan las acciones de Wall Street. Así, el PER estimado para el S&P está en 22,8 veces beneficios y el del índice tecnológico Nasdaq, en las 35 veces. El euro Stoxx 50 cotiza en cambio a un PER de 13,7 veces beneficios y el Dax, en las 13,4 veces.
“Nos mantenemos bastante neutrales en Bolsa europea”, explica Roberto Ruiz Scholtes, director de estrategia de Singular Bank, que destaca que el resultado electoral en EE UU aún es una incertidumbre pese a la ventaja de Trump en las encuestas, al tiempo que recuerda que un desarrollo completo de la receta económica que promete Trump, de menos impuestos y más aranceles, también tendría el efecto negativo de tensionar las rentabilidades de la deuda soberana estadounidense, con su contagio a nivel global.
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