El mercado somete esta semana ante la Fed y el BCE su apuesta de bajada de tipos
Descuenta de forma rotunda recortes tan pronto como en marzo, mientras los bancos centrales insisten en pedir cautela. El año puede concluir con el esperado anuncio de cambio de rumbo
Los bancos centrales van a medir de nuevo sus fuerzas ante los mercados financieros esta semana. Su tira y afloja ha sido continuado durante meses. Al inicio de las subidas de tipos, los inversores no terminaban de creerse la dureza de los mensajes de Powell y Lagarde y su convicción de combatir la inflación con las subidas de tipos que hicieran falta. La rentabilidad de los bonos tardó más tiempo de lo que habrían deseado la Fed y el BCE en recoger la expectativa de una oleada de alzas del precio del dinero. Y ahora la situación es la inversa. El mensaje tácito de los bancos centrales es que los tipos ya habrían tocado techo, ante lo que el mercado ya se apresura a adelantar los recortes que vendrán en 2024, pese a las llamadas a la prudencia y a no bajar la guardia de Powell y Lagarde.
La reunión de la Fed, que anunciará su decisión este miércoles, y la del jueves del BCE serán un momento clave, otro más, para comprobar si el mercado financiero ha ido o no demasiado lejos en su apuesta por las bajadas de tipos. La publicación el viernes del dato de empleo en noviembre en Estados Unidos enfrió un poco los ánimos. La tasa de paro del país se situó en el 3,7% y la economía estadounidense creó en el mes 199.000 nuevos puestos de trabajo, 49.000 más que en el mes de octubre. El aumento estuvo muy influido por el fin de las huelgas en el sector de la automoción, pero el dato de creación de empleo sí refleja el paulatino enfriamiento del mercado laboral de EE UU. La apuesta por las bajadas de tipos por parte de la Fed se moderó ligeramente posteriormente y también contagió a las expectativas respecto al BCE. Aun así, la expectativa del mercado se mantiene firme y daba el viernes un 57% de probabilidades de un primer recorte de tipos en la zona euro en marzo y del 48% para ese mismo mes en EE UU.
Tal expectativa ha provocado un drástico recorte en las rentabilidades de los bonos en las últimas semanas que juega en contra del guion que han escrito los bancos centrales para los tipos en los próximos meses, de tipos de interés elevados por más tiempo. “Las condiciones financieras se han relajado considerablemente con la caída combinada de los rendimientos de los bonos, los diferenciales de crédito y el dólar estadounidense y la fuerte subida de la renta variable”, advierte Axel Botte, director de estrategia de mercado de Ostrum, del grupo Natixis. Para el experto, la Fed “parece obligada a intervenir verbalmente de nuevo para remodelar las expectativas de tipos del mercado”. No en vano, el índice nacional de condiciones financieras de la Fed de Chicago se encuentra ahora en niveles anteriores a que la Fed empezara a subir los tipos en marzo del año pasado. Unas condiciones financieras más relajadas son un caldo de cultivo más propicio para un nuevo ascenso de la inflación, aunque los inversores, frente a lo sucedido en otras ocasiones, esta vez tienen los indicadores económicos más a su favor para esperar recortes de tipos.
Lo que dicen los datos
Los bancos centrales insisten en que cada decisión va a depender de los datos. Y los de inflación por fin dan algo de tregua. La inflación en la zona euro sorprendió en noviembre con un descenso al 2,4% interanual, desde el 2,9%, mientras la subyacente retrocedió del 4,2% al 3,6%, tres décimas por debajo de lo esperado. La inflación alemana también ha caído en noviembre por quinto mes consecutivo al 3,2%, mínimos de junio de 2021. Y el PIB de la zona euro se contrajo en el tercer trimestre el 0,1%. Los inversores auguran una leve recesión invernal para la región, con otro suave descenso del PIB en el cuarto trimestre del año. Y ya sea por haber logrado por fin embridar la inflación o como respuesta al deterioro de la economía, el mercado sitúa una primera bajada de tipos en la zona euro en marzo, incluso antes del momento en que podría recortarlos la Fed. A favor de esta tesis juega ahora además que el precio de la energía, constante amenaza para la inflación desde que comenzó la guerra de Ucrania, no da señal alguna de tensión. El barril de petróleo Brent se cotiza en los 76 dólares, mínimos de julio, a pesar de la guerra en Gaza y del nuevo recorte de producción de la OPEP+.
Ese pronóstico de un primer recorte de tipos en la zona euro el próximo marzo se pondrá a prueba con la cita del Consejo de Gobierno que presidirá Lagarde este jueves. Para Gilles Moëc, economista jefe de Axa IM, esperar un primer recorte de tipos del BCE a finales del primer trimestre sería “descabellado”. El experto aplaza la primera rebaja para junio y argumenta que “es posible que tengamos que prepararnos para algunas lecturas del IPC menos espectacularmente alentadoras en los próximos meses. La expiración en diciembre de 2023 de una de las medidas de escudo de precios de la energía establecidas en diciembre de 2022 en Alemania impulsará mecánicamente al alza la variación interanual y, de manera más general, se desvanecerán los poderosos efectos de base de los precios de la energía y los alimentos que han ayudado a las lecturas de inflación en los últimos meses”.
El escenario que maneja Axa IM, compartido por gran parte de economistas, es de una zona euro rozando la recesión, con un aumento limitado del desempleo y en el que la inflación se mantendría por encima del objetivo del BCE del 2% a lo largo de 2024. Unas coordenadas que podrían permitir recortes de tipos a partir de la segunda mitad del año. En Goldman Sachs, prevén el inicio de un ciclo de recortes de tipos en la zona euro a partir de abril, con rebajas de 25 puntos básicos. Aunque la probabilidad para este escenario no es demasiado elevada, del 30%. Dan un 15% de opciones a que el BCE no mueva en absoluto los tipos el próximo año y la misma probabilidad del 15% a que una recesión empuje a recortes de tipos a un ritmo de medio punto.
Para la Fed, las apuestas del mercado para un primer recorte de tipos se concentran en mayo. Y en Bank of America lo sitúan en junio. El banco estadounidense apunta que, de acuerdo a la serie histórica, la Fed suele empezar a recortar los tipos ocho meses después de la última subida.”El enfriamiento progresivo del mercado laboral es un argumento en contra de los recortes tempranos e inminentes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, cada vez más descontados por los mercados financieros”, advierten en Julius Baer.
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