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Política monetaria

La debilidad económica agrava la caída del euro y alienta las expectativas de rebaja de los tipos

La divisa europea retrocede un 6,7% desde los máximos anuales y cae por debajo de los 1,05 dólares, mínimos de dos años

La presidenta del BCE interviene en la conferencia anual sobre banca central organizada por el FMI el pasado 20 de septiembre
La presidenta del BCE interviene en la conferencia anual sobre banca central organizada por el FMI el pasado 20 de septiembreJIM LO SCALZO (EFE)
Gema Escribano

La debilidad económica de la zona euro se agrava y alimenta las expectativas de recortes de tipos. El sector servicios, que hasta el momento había servido para mantener a flote la actividad empresarial, entra en contracción y asesta un duro golpe al PMI (índice de expectativas de los gestores de compras de las empresas). En noviembre la actividad empresarial de la eurozona bajó a los 48,1 puntos, mínimos de 10 meses y por debajo de los 50 puntos que indican contracción económica. Esto, combinado con una economía alemana que se contrajo un 0,3% interanual en el tercer trimestre y cuyas perspectivas han sido rebajadas de nuevo, ha acelerado la depreciación del euro. La divisa europea, que en las últimas semanas venía cotizando el temor al recrudecimiento de la guerra arancelaria por el triunfo de Donald Trump, se sitúa ya por debajo de los 1,05 dólares, mínimos de noviembre de 2022. En niveles intradía ha llegado a bajar a los 1,0335 dólares.

Desde los máximos anuales cae un 6,7%, pérdidas que en el año se moderan al 4,2%. A pesar de este descenso, todavía está lejos de los 0,98 dólares que llegó a tocar en septiembre de 2022, suelo de las dos últimas décadas. Kristoffer Kjaer Lomholt, jefe de investigación de divisas de Danske Bank, incide en que el euro está bajo una inmensa presión y los analistas de JP Morgan Banca Privada lo escogen como la opción preferida para tomar posiciones cortas. Es decir, creen que la tendencia bajista no ha concluido y que incluso podría ir a más si se tiene en cuenta la posible imposición de aranceles a las exportaciones europeas por parte de Estados Unidos.

Con un Viejo Continente languideciendo y en el que los gobiernos no están en la posición ideal para proporcionar tranquilidad, la idea de que el BCE se vea obligado a acelerar la rebaja de tipos cobra fuerza. El débil dato del PMI “pone sobre la mesa un recorte de 50 puntos básicos”, señala Luis Artero, director de inversiones de JP Morgan Banca Privada en España. En menos de 24 horas las probabilidades de rebaja de tipos en 50 puntos básicos en la cita del BCE de diciembre suben al 50%, frente al 15% del jueves. Los analistas de Commerzbank consideran que las perspectivas económicas de la zona euro se han deteriorado más de lo esperado en un momento en el que la ruptura de la coalición de gobierno en Alemania, los desequilibrios fiscales en Francia y el temor a un recrudecimiento de la guerra arancelaria son las principales amenazas. Los analistas de Goldman Sachs apuntan que en un entorno en el que las relaciones geopolíticas han subido de tono, Europa y el sector manufacturero necesitan de tipos más bajos.

Mario Centeno, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, ha señalado a Bloomberg TV que, si los riesgos a la baja para el crecimiento se materializan y la inflación continúa desacelerándose, podrían discutirse medidas más agresivas en las próximas reuniones. En sintonía con lo apuntado por el vicepresidente de la institución europea, Centeno considera que lo importante es que los inversores entiendan que están haciendo lo necesario y que los tipos van a seguir bajando. Mientras Luis Guindos y Centeno restan importancia a la intensidad de las rebajas del precio del dinero, el gobernador del banco central de Grecia, Yannis Stoumaras, instan a seguir reduciendo las tasas hasta llegar al 2%. Desde los niveles actuales implicaría un recorte de 125 puntos básicos, en línea con los 150 puntos básicos que descuentan los operadores. Dentro de este grupo se encuentran los analistas de JP Morgan esperan que el BCE lleve a cabo un recorte de tipos en cada una de sus reuniones hasta dejarlos alrededor del 1,75% en verano.

Ahora que la inflación empezaba a converger hacia el objetivo del 2% que establecen los bancos centrales, la debilidad del euro es vista como una amenaza, pues las importaciones procedentes de los países de fuera del club del euro se encarecen. Esto adquiere una relevancia especial en el caso de las materias primas que están referenciadas en dólares. Sin embargo, el mercado resta importancia a las presiones inflacionista y está convencido de que ahora el BCE priorizará el crecimiento a los precios. De hecho, el vicepresidente de la institución señaló esta misma semana que los riesgos macroeconómicos han pasado de las preocupaciones sobre la alta inflación a los temores sobre el crecimiento.

Igual o más intensa aún es la reacción del mercado de deuda. Después de varias jornadas en las que los inversores venían rebajando su apetito por el riesgo ante el aumento de las tensiones geopolíticas, ahora la expectativa es de una rebaja de los tipos más intensa y continuada acelera el recorte de los rendimientos. La caída de las rentabilidades se deja sentir en todos los plazos, pero son los vencimientos cortos, los más sensibles a los cambios en el precio del dinero, los que más bajan. La rentabilidad de la deuda alemana a dos años cae 11 puntos básicos, el mayor recorte desde finales de julio, y pierde la barrera del 2%, algo que no sucedía desde noviembre de 2022. Por su parte, la referencia a 10 años retrocede seis puntos básicos, hasta el 2,24% con el bono español al mismo plazo haciendo equilibrios en el 3%. A diferencia de lo sucedido en los años de la crisis de deuda, ahora son las economías del centro de Europa las que generan las mayores dudas. Los países de la periferia europea, que tradicionalmente han venido acumulando los mayores desequilibrios económicos, gozan de unas mejores perspectivas de crecimiento y unas finanzas, que aunque no son perfectas, tienen la apariencia de mayor estabilidad. Un buen ejemplo es el déficit que a cierre de 2023 se situaba en 5,5% en Francia, frente al 3,6% que registró España.



Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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