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Tribuna
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Covid-19: lecciones aprendidas en gestión de personas

Una cosa está clara: nada volverá a ser como antes. Tampoco en el trabajo, esa faceta de nuestras vidas que ocupa, al menos, un tercio de las horas del día

Getty Images

Cada día, desde que comenzó este largo encierro provocado por la expansión del Covid-19, nos asomamos a la ventana de casa buscando luz y esperanza. Si nos fijamos bien, podemos ver lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, como siempre ocurre en las situaciones límite. Una cosa está clara: nada volverá a ser como antes. Tampoco en el trabajo, esa faceta de nuestras vidas que ocupa, al menos, un tercio de las horas del día. ¿Qué lecciones estamos aprendiendo en este ámbito? Estas son algunas de ellas.

1. El teletrabajo, hasta ahora, ha sido una utilísima herramienta infrautilizada. En estos días de confinamiento forzoso, se han realizado miles de videoconferencias y millones de empleados han rendido tanto como cualquier día en la oficina. Para la digitalización en las organizaciones, sin duda, habrá un antes y un después de esta crisis.

2. También queda patente que la mayoría de los trabajadores y empresarios elegiría teletrabajar solo parcialmente. Incluso en condiciones normales, el contacto cercano con compañeros, clientes y proveedores es demasiado potente como para prescindir de él.

3. Necesidad de liderazgo. En cada comunidad y en cada empresa emergen líderes naturales para guiar al resto del equipo en los peores momentos. ¿Qué elementos conforman ese liderazgo?: compromiso, transparencia, solidaridad, ánimo y fortaleza mental. También capacidad de reacción y oportunidad en la comunicación.

4. Credibilidad, coherencia y ejemplo personal. Ya sabemos que algunos políticos van por libre, pero ¿cómo se interpretaría en cualquier organización que sus directivos se saltaran recurrentemente la cuarentena obligatoria mientras exigen a sus empleados rigor y cumplimiento de la norma?

5. El registro horario obligatorio, piedra angular de un trasnochado modelo de relaciones laborales del siglo pasado, ¿tiene algún sentido? Aboguemos por un sistema en el que primen la confianza mutua, la consecución de objetivos, la productividad y la meritocracia. La justicia, en suma.

6. Proactividad, o el cuento de los tres cerditos. La gestión del coronavirus en España, frente a la llevada a cabo en otros países, nos enseña, con resultados dramáticamente dispares, la importancia de la planificación, la previsión y la ejecución de medidas preventivas.

7. Paciencia, resistencia, resiliencia. La trayectoria profesional de cada persona es una carrera de fondo, con tramos llanos y otros muy cuesta arriba. Lo más importante: no surrender (no rendirse), incluso, en las circunstancias más difíciles.

8. La difícil gestión de la incertidumbre. Casi sin excepción, los profesionales más exitosos comparten una virtud: el optimismo. Pensar en positivo y visualizar las metas a alcanzar nos acerca a ellas.

9. El valor de la confianza. Una de las peores sensaciones durante estos días es tener que desconfiar de todo. Bajar al supermercado y alejarse de cada persona con la que nos cruzamos por miedo al contagio. Sería imposible vivir siempre así. Cuando volvamos a la normalidad, confiemos: más vale una mala experiencia por exceso que la desconfianza preventiva que nos alejaría de tantas cosas buenas.

10. Agradecimiento y compensación. Mercadona nos muestra el camino con su bonus extraordinario a sus empleados durante esta crisis. ¿Cómo devolveremos al personal sanitario público y privado, a los limpiadores, a las fuerzas de seguridad y a tantos otros su esfuerzo durante todas estas semanas y las que faltan?

11. Humor y creatividad en las compañías, siempre y muy especialmente en tiempos complejos y turbulentos.

12. Transparencia y rigor en la comunicación. Información puntual, continua y veraz, evitando así la propagación de rumores y noticias falsas.

13. Gestión del cambio. Termino como empecé: nada volverá a ser como antes y, ante eso, podemos recordar aquellos viejos buenos tiempos que en su momento nunca llegamos a valorar suficientemente; o, mucho mejor: podemos recordar el best ­seller Quién se ha llevado mi queso y reaccionar aceptando y aprovechando el cambio.

Javier Mourelo, director de personas en RSM Spain.

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