Alfonso Gómez (BBVA Suiza): “Bitcoin no solo responde a las características del oro, sino que es mucho más preciso”
El director general de la entidad en el país helvético prevé una eclosión de la demanda de criptos en los próximos cinco años. Cree que la criptomoneda pionera ganará terreno como activo de reserva a largo plazo
Para Alfonso Gómez (56 años, Segovia), director de BBVA Suiza, en el mundo solo hay dos recursos que tienen una precisión absolutamente matemática: “Uno es el tiempo y el otro es bitcoin”, afirma en una entrevista con CincoDías. La entidad lanzó hace cuatro años su servicio de compraventa y custodia de criptos en el país helvético, y en este periodo ha notado un crecimiento apabullante en el interés de los inversores. Rehúye de ser dogmático, pero sí ve potencial en la criptomoneda más popular. De hecho, considera que bitcoin llegará a adoptarse como una reserva de valor a medio y largo plazo.
Pregunta. ¿Por qué han decidido ofrecer un servicio de compraventa y custodia de criptos en Suiza?
Respuesta. Cuando empezamos este proyecto en septiembre de 2018 estuvimos valorando dónde lo teníamos que hacer y llegamos a la conclusión de que BBVA Suiza era el banco adecuado dentro del grupo para este nuevo espacio digital por cuatro motivos. El primero es que se necesita tener un ecosistema adecuado, players en el mercado que conozcan bien cómo funciona la tecnología blockchain y cripto, especialmente el bitcoin. El segundo es que el regulador suizo ya estaba bastante avanzado y tenemos una muy buena relación con Finma. Además, somos un banco pequeño y ágil a la hora de definir las estrategias y ejecutarlas.
P. ¿Está disponible solo para clientes de banca privada?
R. Ha habido dos fases. Era importante emprender una estrategia, pero era mucho más relevante la dirección que la velocidad. En ningún momento hemos querido correr, porque correr tomando decisiones en ámbitos donde no somos expertos puede implicar equivocarnos. Y siendo un banco tradicional juegas con el riesgo reputacional. Empezamos a trabajar bajo un modelo que la industria llama execution only, es decir, a petición de nuestros clientes, que saben que tenemos ese servicio. Nosotros podíamos ofrecerles la custodia y compraventa de esos activos digitales. En una fase inicial fue solo a través del protocolo bitcoin y luego también ethereum.
Luego iniciamos una nueva etapa en la que percibimos que, ante los nuevos players en el mercado, como fondos o clientes institucionales, podíamos ser un protagonista extraordinario. Así, hemos abierto un servicio para institucionales. Los bancos tradicionales tenemos mucho que decir y que hacer en el mundo cripto, porque gestionamos buena parte de los activos financieros hoy en día, y para procurar un proceso de transición ordenado es vital que nuestros clientes tengan la certeza de que sus activos estén custodiados de forma adecuada. No subcontratamos plataformas de custodia porque en un contexto tan complejo, donde la ciberseguridad es absolutamente crítica, es importante tener tu propia plataforma de custodia. Minimizar el impacto en términos de riesgo contrapartida es mucho más relevante ahora que hace unos años, por los distintos eventos que ha habido en el mercado, que han generado cierta desconfianza.
P. ¿Se enfrentaron a alguna reticencia en el camino?
R. Salir de la zona de confort implica retos y el gran catalizador para poder vencer potenciales reticencias está en el nivel de formación de los equipos. Analizamos cuáles eran las áreas críticas, nos apalancamos en nuestro holding, trabajamos con cada una de las áreas de control y de soporte de negocio. También son críticas las áreas legales, de operaciones y tecnología, de cumplimiento normativo, de riesgo operacional, de inversiones, de recursos humanos, la dirección financiera y las áreas de negocio. Para eso hay que formarse. Es vital tener ese conocimiento interno para que nuestros clientes entiendan dónde puede residir esa oportunidad. Tenemos una propuesta de valor novedosa que fundamentalmente pivota en el mundo bitcoin, donde visualizamos que podía haber grandes oportunidades en el medio y largo plazo.
P. ¿Qué activos están incluidos en sus servicios criptos?
R. Arrancamos con depositaría y custodia de bitcoin. Después decidimos incluir ethereum. Y en 2024 hemos incorporado la stablecoin USDC.
P. Pero creen que el valor reside en bitcoin.
R. Lo más relevante de todo es cuál es la evolución y cuál es la trayectoria de este protocolo. Desde que el mundo consideró la plata como una potencial reserva de valor han pasado muchos años. Bitcoin nació en 2009 y en apenas 15 años ha sido capaz de superar el valor de la plata en el mercado. Eso tiene muchas implicaciones en la curva de adopción. En 1997, cuando internet arrancaba, había 100 millones de usuarios. Ahora son unos 5.100 millones. Hoy hay unos 600 millones de usuarios en el mundo blockchain. La gran reflexión que tenemos que hacer es cómo va a evolucionar esa curva de adopción de cara al 2030. El mundo cripto no supone más del 1% sobre el total de activos bajo gestión en el mercado. Parece razonable pensar que todavía puede crecer de forma sustancial en la composición de las carteras, no solamente de los clientes particulares, sino también de los institucionales o de los grandes fondos de pensiones. Y para eso es importante que la regulación siga avanzando.
P. ¿Este crecimiento lo ven en el mundo cripto en general o solo en bitcoin?
R. Pensamos que hay una diferencia muy importante entre lo que es bitcoin y el resto de protocolos. Le ponemos mucho énfasis a bitcoin, porque entendemos que responde perfectamente a lo que deben ser las características de una reserva de valor en un mundo totalmente digital. Bitcoin cumple esas cinco grandes características que tiene el oro, pero con mayor precisión. No somos maximalistas ni dogmáticos y enfocamos estas tecnologías con la duda metódica respecto de cómo tienen que evolucionar y qué implican. Pero hay que tener en cuenta que bitcoin es totalmente divisible, almacenable a través de wallets, transferible, incorruptible y limitado. Por ello, entendemos que no solamente responde a las características del oro, sino que es mucho más preciso. En el concepto de globalidad en el que nos movemos solamente hay dos recursos que tienen una precisión matemática en el mundo: uno es el tiempo y el otro es bitcoin.
P. ¿Lo ven como una reserva de valor?
R. El oro va a seguir siendo una reserva de valor, sin ninguna duda. Es interesante cómo podemos combinar activos que han sido, que son y seguirán siendo reservas de valor, como el oro, con activos digitales como el bitcoin. El oro también es limitado, pero no sabemos exactamente cuánto hay. Sí tenemos la absoluta certeza de que bitcoin son 21 millones de unidades y además sabemos que tiene un proceso de validación y de minado deflacionista. Esto tiene implicaciones muy importantes en cómo va generando valor a lo largo del tiempo y corrige determinadas tendencias macroeconómicas. Fruto de todo esto, hace ya unos meses implementamos un modelo de asesoramiento muy básico para nuestros clientes. No entendemos a bitcoin como medio de pago, sino como una reserva de valor para el medio y largo plazo. No somos capaces de decir si bitcoin mañana va a valer más o menos, pero sí de entender que por las curvas de adopción y la tendencia de valoración, lo normal es que se termine asentando como una reserva de valor alternativa a las que históricamente se han adoptado.
P. ¿Tanto para empresas como para estados?
R. En 2024 hemos tenido varias iniciativas, no tanto a nivel de la Reserva Federal, sino por ejemplo BlackRock empezó en enero a comercializar ETF de bitcoin tras la autorización de la SEC. Este movimiento ha generado una democratización de la inversión con subyacente en bitcoin y ha hecho que determinados inversores institucionales estén interesados en incluirlo en sus carteras. Pero se van a abrir debates interesantes respecto a la adopción en ámbitos institucionales. Hay que ver cómo evoluciona la regulación, que es absolutamente crítica. Lo mejor que se puede hacer es regular bitcoin porque implicará ir normalizándolo y que las curvas de adopción sigan creciendo a un ritmo superior que internet. La historia se repite. A internet se lo llegó a considerar una moda pasajera y a decir que su efecto no iba a ser muy superior al del fax. Creo que los reguladores están haciendo un extraordinario trabajo, pero obviamente esto lleva tiempo.
P. ¿Ha crecido el interés en este servicio?
R. Ha aumentado de forma importante y tiene una relación directa con la capacidad de entenderlos. Hay mucho más interés que antes. Hay veces que es fruto de las subidas del precio, el famoso efecto FOMO, pero no solo. Y la curva de adopción crece de forma importante. Sin duda 2024 ha sido un año trampolín, especialmente en el mundo bitcoin. De cara a los próximos tres, cinco años vamos a ver una eclosión muy seria en la demanda para algunos protocolos.
Bitcoin tiene una peculiaridad, tiene mucha volatilidad porque está muy vivo. Los activos que tienen baja volatilidad es porque no transaccionan demasiado. Entonces cuando ves un activo que a pesar de la volatilidad tiene un recorrido al alza extraordinario es muy bueno. Y además bitcoin es un valor que cuando sube de precio nadie interpreta, por la fase todavía incipiente en la que está, que está demasiado arriba. Nadie es capaz de decir si realmente este es el valor adecuado de bitcoin. Tenemos que ser prudentes en las reflexiones y en los análisis. Pero si el mundo del oro vale 18 billones y el bitcoin 2, y sabemos que sus características son mucho más precisas que las del oro, parece razonable pensar que va a haber una migración de inversores del oro al bitcoin, sobre todo cuando se observan las curvas de revalorización en los últimos años.
P. ¿Están pensando en incluir otros activos en vuestro servicio?
R. Hemos desarrollado una plataforma que puede alojar buena parte de los distintos protocolos que hay en el mercado. Pero bajo ningún concepto queremos equivocarnos. Hay muchos en el mercado y entendemos que hay un protocolo ganador, que es el que pivota en la tecnología ERC-20, el que tiene ethereum. Por supuesto estamos abiertos a ver cómo evolucionan otros criptoactivos para poderlos incorporar.
P. ¿Qué lecciones pueden aprender las autoridades del regulador suizo?
R. Finma tiene definido un programa DLT, que es el Distributed Layer Technology, que fundamentalmente pivota en la tokenización de activos, de fondos, instrumentos financieros. Y los bancos pueden empezar a trabajar en ello. Pero no es lo mismo regular desde un país pequeño como Suiza, que tiene poco más de nueve millones de habitantes. Aunque el ecosistema financiero es muy importante, ya que maneja el 25% de los activos bajo gestión en el mundo de banca privada internacional. MiCA obviamente es mucho más complejo, porque tiene que combinar todo lo que es la UE. Y esto tiene implicaciones.