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Del FOMO al YOLO: ¿de qué estamos hablando?

Las ganas de recuperar el tiempo perdido están creando un nuevo paradigma económico con claros ganadores

Los acrónimos están de moda, especialmente al otro lado del Atlántico. Hace unos años se hablaba mucho del FOMO (fear of missing out), es decir, el miedo a quedarse fuera o a perderse algo, y ahora estamos escuchando, cada vez con más frecuencia, el término YOLO. ¿Qué significa exactamente?

You only live once o lo que en castellano traduciríamos como solo se vive una vez. La banda estadounidense The Strokes lo cantaba a finales de los 90, al mismo tiempo que en España Azúcar Moreno lo ponía de moda con su famosa canción. Pero más allá de las versiones musicales, el acrónimo YOLO ha aparecido con fuerza estos últimos meses y con implicaciones sociales y económicas.

Con FOMO podíamos hacer referencia a ese miedo a no participar en ciertos planes y a perderse experiencias y momentos con amigos o familia o a ese temor de muchos inversores a quedarse fuera del mercado o a entrar tarde y perderse la subida de una acción, fondo o tendencia concreta. Y ahora, YOLO nos pone sobre la mesa una realidad que nos ha dejado el mundo poscovid y que tiene que ver con las ganas de recuperar el tiempo perdido.

La pandemia ha hecho que muchos de nosotros valoremos el tiempo de otra forma o que nos demos cuenta de que la vida puede cambiar de un momento a otro. Esto, en algunos casos, nos ha llevado a pensar más en qué puede pasar con nuestra familia si a nosotros nos pasa algo el día de mañana y nos ha hecho empezar a reflexionar sobre nuestra sucesión y cómo queremos gestionar nuestra herencia. Y, en otros casos, más allá de pensar en el futuro, lo que ha traído la era poscovid son esas ganas de aprovechar el tiempo y de vivir más en el presente.

Tras la pandemia, en Estados Unidos se empezaba a hablar de ‘La gran renuncia’. Muchos trabajadores estaban renunciando a sus empleos porque querían mejores trabajos, más satisfactorios y con mejores condiciones. Algunos sentían la necesidad de cambio, de parar y viajar durante una temporada o se lanzaban a emprender y a montar su propia empresa con la que llevaban tiempo soñando.

La era del YOLO tiene que ver con esa necesidad de hacer cosas y de no quedarse parado, lo que se está traduciendo en que estamos gastando más, especialmente en experiencias. El sector servicios es uno de los que mejor está aguantando y que mejor comportamiento está teniendo -el PMI de servicios se aceleró en diciembre en Estados Unidos hasta los 51,4 puntos-.

En este sentido, Ángel Olea, socio y director de inversiones de Abante, explica que, en un principio, se esperaba que la recuperación del Covid fuera más puntual. En cambio, lo que se está viendo desde hace meses y se está manteniendo, además, más tiempo de lo esperado, es que hay mucha capacidad de gasto en ocio, turismo, hoteles, etc. Y este comportamiento tiene mucho que ver con la salud del mercado laboral de Estados Unidos, que se ha mantenido más fuerte de lo que un principio se había pronosticado. De hecho, esta semana se ha conocido que el país americano cerró 2023 con la tasa de paro en el 3,7% y creando 2,7 millones de puestos de trabajo.

Otro dato que está contribuyendo a esta tendencia es el de la inflación. Aunque en diciembre se ha elevado, los precios cierran 2023 en el 3,4%, lejos del 6,7% del año 2022 y del 7% de 2021. Un escenario que ha hecho que se vuelva a tener más poder adquisitivo, es decir, más dinero en términos reales para poder gastar.

Las empresas relacionadas con el ocio y el turismo son las que más se están viendo -y se van a ver- beneficiadas por este nuevo paradigma económico que se ha impuesto tras la pandemia y los países con más demanda de turistas, también. Ese es el caso, por ejemplo, de España.

A la espera de conocer las cifras oficiales de diciembre, nuestro país se encamina a cerrar un año récord de visitas internacionales. Las llegadas de turistas extranjeros superaron los 79,8 millones entre enero y noviembre de 2023, un 18% más que el año anterior. Además, otro dato adelantador es que esos turistas que nos han visitado han gastado más. En concreto, han generado un gasto que supera los 101.000 millones de euros, casi un 24% más que en el mismo periodo del año pasado.

¿Y qué va a pasar en el mercado? ¿Se va a reflejar esta tendencia en bolsa? Para José Ramón Iturriaga, socio y gestor de fondos en Abante, las compañías ligadas al ocio van a seguir haciéndolo bien como consecuencia de este nuevo paradigma económico del que estamos hablando. Así, dice que “las ganas de recuperar el tiempo perdido han venido para quedarse” y que, “desde luego, van a tener su reflejo en las cuentas de resultados de las compañías del sector”.

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