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La nueva Criteria: liquidez para ir de compras y, si no es suficiente, margen para vender

El brazo inversor de la Fundación Bancaria La Caixa afronta su nueva estrategia con casi 1.000 millones de recursos, capacidad de endeudamiento, un aumento de los dividendos y posibilidad de desinversiones

Josep Catà Figuls
CriteriaCaixa
Isidre Fainé, presidente de Criteria y de la Fundación Bancaria La Caixa, en una imagen de archivo.Reuters

Esta semana, en las tradicionales jornadas que organiza el Círculo de Economía de Barcelona, había ausencias que decían más que las presencias. Que se echase de menos a gente de la órbita de La Caixa —directivos o responsables de comunicación, a excepción del presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, que ha participado en una mesa junto al gobernador del Banco de España— no significa que los asistentes no los tuvieran en la cabeza: todo el mundo sabe que en las torres negras de la avenida Diagonal estos días se trabaja, y mucho.

A primera hora de este viernes, último día de la Reunión Anual del Círculo, saltaba la enésima noticia que da cuenta de la voracidad con la que Criteria Caixa, el brazo inversor de la Fundación Bancaria La Caixa, afronta esa nueva etapa que encabeza Ángel Simón, marcada por sus movimientos en Telefónica, Puig y Colonial, y por los pasos que puede llegar a dar en Naturgy o Talgo. Esta vez la noticia era de más calado si cabe, por la magnitud y por lo que significa: Criteria anunciaba la compra del 9,4% del grupo ACS por 983 millones de euros. Isidro Fainé vuelve a hacer negocios con su amigo Florentino Pérez. En el anuncio se deja claro que no se trata solo de entrar en el accionariado de empresas estratégicas y rentables, sino también de volver a hacer valer su influencia: el mismo Fainé, presidente de la fundación y también del holding inversor, será consejero dominical en ACS. El giro en Criteria se entiende no solo por lo que quiere hacer, sino también por lo que ha hecho hasta ahora y le ha permitido tener músculo para afrontar esta racha de compras.

En lo que va de año, Criteria ya ha tenido que desembolsar alrededor de 2.000 millones de euros solo en algunas de las operaciones de las que se ha ido conociendo su interés. Son los 527 millones que ha pagado para pasar del 2,69% en Telefónica al 5,007% que ostenta ahora; los 425 millones para hacerse con una participación del 3,05% en la salida a Bolsa de Puig; los 983 millones para hacerse con el 9,4% de ACS, y los 80 millones para volver a entrar en Colonial con un 3%. Esto es lo que ya ha tenido que pagar, pero en el horizonte hay operaciones que, si salen adelante, implicarán un desembolso adicional muy importante. La intención de llegar a tener el 10% de Telefónica significará duplicar la participación actual y, a precios del mercado, esto se traduce en unos 1.200 millones. En la inmobiliaria Colonial, Criteria suscribirá una ampliación de capital por 622 millones de euros (350 millones en efectivo y el resto en ocho inmuebles de la filial Inmocaixa) para llegar a una participación del 17%. Y hay dos operaciones donde todavía es pronto para aventurar cifras, aunque no serán menores: en Naturgy, Criteria y el fondo emiratí Taqa negocian repartirse por igual el capital de la energética si finalmente se lanza la oferta pública de adquisición (opa); y en Talgo también está por ver qué participación tendrá Criteria si termina acompañando al socio industrial que pueda ser una alternativa a la opa que plantea el consorcio húngaro Ganz Mavag.

Este nuevo mapa de compras y posibles adquisiciones se explica por el giro estratégico de Criteria. El holding inversor, cuyo único accionista es la Fundación Bancaria La Caixa, tiene la misión de cosechar los dividendos de sus participadas para financiar la obra social de la fundación. En la etapa anterior, con Marcelino Armenter como consejero delegado y con un contexto económico distinto por los tipos de interés bajos, la directriz era tener un perfil más bien bajo: reducir deuda, diversificar la cartera, estar en muchas y muy distintas compañías pero sin mucha vocación estratégica, y esperar a que llegasen tiempos con mejores oportunidades. Estos tiempos han llegado, y el pasado mes de enero Ángel Simón sustituyó a Armenter como máximo ejecutivo —y Fainé renovó, sin sorpresas, en la presidencia—, con el objetivo de cambiar el rumbo. A falta todavía de tener un plan estratégico definido para el periodo 2025-2030, Simón ya ha puesto la nueva brújula: incrementar la relevancia en empresas estratégicas, rentables y cuya actividad sea de amplio espectro como lo son las energéticas; y atreverse en sociedades industriales para acompañar los intereses estratégicos del Gobierno ante los envites de inversiones extranjeras, como en el caso de Telefónica, Naturgy o Talgo.

Efectivo, deuda y desinversiones

Pero para llevar a cabo todo ello, ¿de dónde se saca el dinero? Lo cierto es que el compás de espera del anterior mandato dejó una Criteria en abundancia, lista para esta etapa más atrevida. De entrada, a cierre de 2023, según se ve en la memoria anual del holding, había 558 millones de euros de caja y equivalentes, y 430 millones en pólizas de crédito comprometidas y no dispuestas. Es decir, casi 1.000 millones de liquidez prácticamente inmediata. A esto hay que sumarle los dividendos que Criteria ya ha cobrado en lo que va de año de sus participadas: el más relevante es el de Caixabank, un pago único de 950 millones, y también se ha cobrado el primero de los tres pagos de dividendos que hace Naturgy, y el pago de Telefónica. En total, unos 1.200 millones en dividendos ya cobrados de sus participadas cotizadas, que en todo el año llegarán a los 1.500 millones, y a los que hay que sumar ingresos de participadas más pequeñas y no cotizadas. En 2023 percibió 1.114 millones de euros en concepto de dividendos de todas sus participadas, un 34% más que un año antes. De esa cuantía, 600 millones fueron destinados al presupuesto de Fundación La Caixa para acción social.

Es decir, que entre la liquidez que ya tiene y los dividendos de este año, Criteria ya podría afrontar todo lo que ha comprado y parte de lo que quiere comprar. Además, la entidad cuenta con una capacidad bastante elevada de endeudamiento: al cierre de 2023 la deuda bruta era de 4.300 millones, muy lejos de los 8.700 millones de deuda bruta que tenía en 2016, antes de la provechosa venta de Abertis que le permitió reducir deuda e invertir en diversificación. Aunque no se tenga que llegar a ese nivel de endeudamiento, hay margen. Por último, Criteria tiene la opción de conseguir otros ingresos mediante desinversiones, de pequeñas inversiones en renta variable, pero también en participaciones estratégicas de más calado. Un ejemplo es Cellnex, donde la entidad tiene una posición del 4,3%, que podría estar diluyendo ya sin necesidad de comunicarlo porque solo tiene que hacerlo público si baja del 3%. Otro ejemplo es la empresa de aparcamientos Saba, de la que Criteria posee el 99,5%, una participación valorada en las cuentas en 689 millones y que está en venta desde hace años —se llegó a poner un precio de 1.000 millones— a la espera de un socio industrial que se quedaría con la mayoría aunque Criteria seguiría con una participación. Las desinversiones en la cartera de diversificadas que fue construyendo Armenter —valorada en 2.515 millones en la memoria— no se descartan, pero si se realizan serán paulatinas.

La influencia en los consejos

En julio, la presentación de resultados del segundo semestre de Criteria mostrará la radiografía actualizada de su negocio. Al cierre de 2023, esta estaba compuesta por los activos de renta variable cotizada (22.128 millones) formada por la cartera bancaria, la cartera industrial y la cartera diversificada; los activos de renta variable no cotizada (837 millones); los activos inmobiliarios (2.694 millones); la renta fija (311 millones) y la caja y equivalentes (558 millones). En total, una cartera de 26.528 millones.

En el giro estratégico no solo cuenta el dinero con el que llevar a cabo las operaciones, sino también cómo hacer valer su influencia. La Caixa, con los movimientos de Criteria, vuelve a su naturaleza y a los éxitos que cosechó en etapas anteriores: puede reforzar su relevancia en Naturgy, vuelve a ser referente en Colonial y vuelve a trazar lazos con Florentino Pérez, que fue el gran socio de Fainé en Abertis. La influencia tiene lugar en los consejos: Fainé había ido saliendo de todos ellos y solo está en Telefónica, donde es vicepresidente. Su propuesta para ser nombrado consejero dominical en ACS da cuenta de la importancia que tiene esta operación. Criteria está presente en CaixaBank, del que controla el 81,07%, y en Colonial también tendrá dos consejeros. En Naturgy, si sale adelante la negociación, es de esperar que se refuerce la presencia que ya tiene. La única de las nuevas participadas donde el holding de La Caixa no tendrá presencia en el consejo es Puig, porque en esta compañía el control familiar está blindado.

Las relaciones de poder también se van reestructurando, y en unas jornadas del Círculo en las que la política y la batalla entre BBVA y el Banco Sabadell estaban en boca de todos, Criteria, silenciosa, marcaba la agenda.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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