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El giro de Criteria, la clave de bóveda de la inversión estratégica en España

El brazo inversor de la fundación bancaria “La Caixa” inicia una etapa expansiva al aumentar su peso en empresas estratégicas

Josep Catà Figuls
El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa y de Criteria, Isidre Fainé.
El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa y de Criteria, Isidre Fainé.ALBERT GEA (REUTERS)

La antigua fábrica téxtil Casaramona, a los pies de la montaña de Montjuïc de Barcelona, esconde en sus techos la llamada volta catalana, un tipo de construcción en bóveda que recibe el peso del edificio y lo reparte hacia los pilares. Gracias a la volta catalana —igual que ocurre en los arcos de las catedrales con la clave de bóveda, la piedra que sostiene el arco en su vértice—, la estructura resiste el peso que tenga que soportar. En 1963, “La Caixa” compró este edificio modernista, y ya tras los juegos olímpicos lo restauró para crear un gran centro cultural, el CaixaForum. Es una de las joyas de la corona que hay bajo el paraguas de la Fundación Bancaria La Caixa. Pero la fundación tiene muchas más joyas, y una de ellas le ha encontrado el gusto a ejercer también esta función de clave de bóveda.

Criteria Caixa, la filial de la fundación que gestiona su patrimonio empresarial mediante la participación en otras compañías, y que a su vez nutre con los dividendos que recibe de estas a la obra social de la fundación, está asumiendo una posición central en varias operaciones en las últimas semanas. Como en el ejemplo arquitectónico, su presencia en el capital de empresas que son estratégicas para España permite repartir el peso accionarial y mantener el control ante la llegada de dinero foráneo.

Lo ha hecho en Telefónica, donde frente a la entrada del fondo saudí STC ha duplicado su participación hasta el 5%, al mismo tiempo que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) también ha ido aumentando su peso con la intención de llegar al 10%. Y lo ha hecho más recientemente en Naturgy, donde la energética emiratí Taqa pretende comprar el 41,3% de la gasista que estaba en manos de los dos fondos que quieren salir. Criteria, que es el principal accionista de Naturgy con casi un 27%, estudia incrementar su participación para reequilibrar el accionariado de una sociedad en la que Taqa está obligada a lanzar una opa.

El nombre de Criteria también suena en la operación de Talgo, donde el grupo húngaro Magyar Vagon ha lanzado una oferta para quedarse con toda la compañía, y Criteria se perfila como socio financiero, aunque falta un socio industrial que apuntale la alternativa a la que aspira el Gobierno para blindar esta empresa estratégica. Hasta suena en Puig, la gran empresa de perfumería y moda que quiere salir a Bolsa dentro de dos semanas y en la que Criteria, según avanzó La Vanguardia, quiere entrar con una participación relevante.

El carácter estratégico y alineado con los intereses del Estado en las participaciones que asume Criteria no es nuevo, como tampoco lo es su afán por participar en la gestión de empresas que son campeones nacionales, entrando en los consejos de administración, lo que consolida su influencia. Lo que sí es nuevo es el dinamismo con el que se mueve ante las oportunidades, y la rotación hacia una cartera de participadas con un carácter más industrial. En este cambio de tendencia hay dos nombres propios: Isidro Fainé y Ángel Simón. El pasado mes de enero, el consejo de administración de Criteria se renovó. Sin sorpresas, mantuvo en el cargo de presidente a Fainé —que a su vez es presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, el único accionista de Criteria—, pero dio un giro en el máximo puesto ejecutivo: Ángel Simón, presidente de Agbar, asumió el cargo de consejero delegado de Criteria, sustituyendo a Marcelino Armenter, cuyo relevo llevaba tiempo sonando en los pasillos empresariales por su edad.

Simón todavía no ha presentado su plan estratégico 2025-2030 —prevé hacerlo en los próximos meses—, pero la urgencia del momento, por los cambios en el accionariado de Telefónica y Naturgy, le han llevado a tomar cartas en el asunto y mostrar cuál va a ser su forma de dirigir el brazo inversor de La Caixa. El nuevo consejero delegado tiene una filosofía más expansiva, orientada hacia empresas estratégicas de sectores como la banca, la energía, las telecomunicaciones y, aunque todavía es pronto para decirlo, también el agua, el sector de donde viene y donde Criteria podría estar buscando la manera de entrar después de tener que vender su participación de Agbar hace diez años a Suez, empresa en la que tuvo una participación hasta su salida en 2022.

Cambio de tendencia

En el periodo con Armenter al mando, la directriz era no buscar demasiadas complicaciones. El anterior consejero delegado tenía un perfil de auditor, y se dedicó a controlar la sociedad, a reducir la deuda —en 2023 se situó en los 4.433 millones de euros— y a gestionar la salida de algunas participadas de calado como Abertis, Repsol y Suez —algunas de ellas no voluntarias, sino empujadas por la evolución accionarial en estas empresas—. También a cosechar estas ganancias y a construir con ellas una cartera muy diversificada pero menos centrada en empresas estratégicas. Aunque Criteria estaba colmada de dividendos, no encontraba el momento de dar un paso al frente, y coleaban —y aún están a la espera— la venta de Saba o el ansiado retorno a Agbar. La última gran operación protagonizada por Criteria fue la fusión entre CaixaBank y Bankia.

Lo que sí dio esa etapa fue una hucha muy llena, con la que ahora, con Simón a la cabeza, se pueden afrontar nuevos retos. También ayudan los resultados: el año pasado Criteria obtuvo un beneficio neto consolidado de 1.910 millones de euros, gracias precisamente a la buena marcha de dos de sus participadas, CaixaBank y Naturgy. Más allá de esto, y del presupuesto que gracias a los dividendos puede tener la Obra Social de la fundación (de 600 millones este año), importa también el valor bruto de la cartera de participadas, que se situó en 26.528 millones, un 8% más que el año anterior. Esta cartera incluye a CaixaBank, Naturgy, Inbursa, Telefónica, Bank of East Asia (BEA) y Cellnex, entre otras.

Con la ampliación de su participación en empresas como Telefónica o Naturgy, Criteria vuelve a su naturaleza: ser un socio de referencia en empresas que generen dividendos recurrentes para financiar la obra social, y cuya actividad llega a casi toda la población mediante las facturas periódicas. Pero también habrá que esperar una Criteria más atrevida y dinámica, que entre en otros sectores, ya sea para dar apoyo a la defensa de los intereses nacionales, como en Talgo, o para tener más presencia y determinación en sectores como el comercio, como podría ser el caso de Puig. Para ser, en definitiva, la piedra en la que se apoyan las empresas estratégicas y, sobre todo, rentables.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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