La banca se prepara para hacer frente a la morosidad con equipos especiales
Las entidades prevén un repunte de la mora a lo largo de 2024 y refuerzan los grupos de trabajo para prevenir impagos y acelerar la recuperación de activos dudosos
La banca ya se prepara para hacer frente a un repunte de la morosidad con equipos especiales. La persistencia de los altos tipos de interés y la inflación hacen prever en el sector que los impagos empezarán a aflorar en 2024. Aun así, los bancos transmiten que será una situación manejable y más allá de estar pertrechados con capital suficiente para absorber pérdidas, apuntan que cuentan con equipos especializados en gestionar los activos dudosos.
Tras dos años en los que las entidades lograron reducir los activos tóxicos de sus balances gracias, en parte, a la venta de carteras tóxicas, los niveles de mora han repuntado ligeramente en los últimos tres meses, hasta el 3,6%, según los últimos datos que proporciona el Banco de España. Fuentes financieras explican que ante este tipo de escenarios de previsión de un alza de la morosidad, habitualmente los bancos dotan de recursos a las áreas encargadas de las recuperaciones, reubicando personal y contratando trabajadores ad hoc.
Se trata de equipos especiales que se centran en la detección temprana de señales de deterioro y de su posterior gestión para evitar que el cliente incurra en impagos. Según detallan, durante la pandemia del Covid-19 ya se formaron grupos con el objetivo de prevenir la morosidad y buscar medidas como las moratorias masivas, las líneas de avales del Instituto del Crédito Oficial (ICO) o la adhesión al Código de Buenas Prácticas, para hipotecados en apuros. “En la época del Covid se hizo una dotación especial de equipos para recuperaciones. Es muy importante la gestión previa y hace falta estar pendientes cuando los créditos entran en fase 2 para evitar que pasen a fase 3″, detallan.
Los supervisores bancarios establecen una clasificación de los préstamos basándose en su calidad de pago, estableciendo tres fases. En la primera de ellas (stage 1) se incluye el crédito sano. En la segunda (stage 2) los créditos en vigilancia especial. Y en la tercera (stage 3) los créditos dudosos. Aunque los préstamos que se incluyen en el segundo escalón todavía no han sufrido ningún impago, los bancos sí han observado un incremento significativo del riesgo desde el momento de la concesión. Se trata del estado previo a que se produzcan deterioros y por ello esa bolsa centra todas las miradas.
Según el último Informe de Estabilidad financiera que publica el Banco de España, el porcentaje de créditos en stage 2 alcanzaba el 6,9% en junio, lo que supone una bolsa de unos 80.000 millones de euros. Se trata de la cartera que más preocupa tanto a entidades financieras como a supervisores, ya que es el estado previo a que se produzcan los impagos. Y aunque esta bolsa de créditos se ha ido reduciendo en los últimos trimestres, se encuentra por encima de los niveles prepandemia (en 2019 la tasa de créditos en vigilancia especial se situaba en el 5,9%).
Advertencia del BCE
Tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo han pedido prudencia a la banca ante la previsión de que los márgenes se estrechen y empiecen a experimentar los primeros impagos en las carteras. “Los indicadores tempranos apuntan a que empieza a haber un cierto repunte de la morosidad en el conjunto de la banca europea”, advirtió el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, a finales de 2023.
En ese sentido, los bancos ya se preparan para actuar sobre esas carteras. “Para implementar estas medidas se trabaja con equipos multidisciplinares, integrados no solo por las tradicionales áreas de análisis de riesgos para las refinanciaciones, sino también por otras áreas como seguimiento o recuperaciones que actúan de forma coordinada, buscando la anticipación. Cuando se ha producido el impago, la necesidad de una actuación diligente es aún más necesaria”, detallan otras fuentes financieras.
Igualmente, algunas entidades acuden a asesores externos cuando se trata de operaciones de gran complejidad para acelerar la recuperación de los activos. Los bancos de tamaño mediano y pequeño consultados, que habitualmente basan su modelo en la cercanía con el cliente, explican que la gestión de la mora se hace a pie de oficina sin crear estos equipos especializados.
En cualquier caso, todas las entidades señalan que buscan evitar que se produzca un deterioro que pueda provocar la entrada en morosidad de las operaciones y tratando de aportar soluciones al cliente ante cambios sobrevenidos en su situación.
Tope a los márgenes récord y repunte de la mora
Impagos manejables. Según las previsiones de las agencias de calificación, la morosidad podría escalar hasta el 4%. Se trata de un repunte significativo (actualmente se sitúa en el 3,6%) aunque los bancos consideran que será manejable. No obstante, apuntan a una contracción de los márgenes y de la rentabilidad. “Creemos que los bancos españoles habrán alcanzado su máxima rentabilidad en 2023, gracias a la mejora material de los márgenes de intereses, las limitadas provisiones para insolvencias y la contención de costes. Aunque la rentabilidad global podría disminuir moderadamente como consecuencia de la revalorización de los depósitos y de un coste del riesgo ligeramente superior”, señala Scope Ratings en un reciente informe.
Banco malo para crédito a empresas. Durante el año pasado, los principales bancos nacionales (Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell) exploraron la posibilidad de crear un banco malo para la gestión de carteras de crédito dudoso a empresas, aunque finalmente el proyecto se desechó. El objetivo era contar con un mecanismo que permitiera gestionar la deuda compleja de empresas ante la previsión de un repunte de los impagos.
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