87.000 millones en créditos bajo vigilancia especial inquietan a la banca
El volumen de estos préstamos se sitúa todavía un 24,5% por encima del nivel prepandemia
Alerta en el sector bancario por una bolsa de 87.000 millones en créditos que se mantiene en vigilancia especial. A pesar de que en los últimos años las entidades han mantenido a raya la morosidad media de las carteras crediticias, también han ido acumulando un mayor volumen de préstamos que se encuentran en máxima observación ante las dudas de que los clientes cumplan con sus obligaciones de pago.
Los bancos descartan impactos de la morosidad y explican que han venido mejorando las ratios de mora en los últimos trimestres. Pero otras fuentes conocedoras del sector detallan las que en los últimos meses ha surgido el temor de que ante un posible entorno macroeconómico más desfavorable y unas condiciones más duras impuestas por los bancos debido a las subidas de tipos de interés, prendan la mecha que haga estallar esa bolsa.
El Banco de España, en su último Informe de Estabilidad Financiera, detalla que el volumen de créditos que se encuentra en vigilancia especial representa unos 87.000 millones. Por dar una idea de la magnitud, se trata del 6,5% del PIB español en 2022. El supervisor detalla en el documento que la cifra es un 12% inferior al año anterior, pero también que todavía se encuentra un 24,5% del nivel registrado antes de la pandemia.
Los supervisores bancarios establecen una clasificación de los préstamos basándose en su calidad de pagos: stage 1 (crédito sano), stage 2 (crédito en vigilancia especial) y stage 3 (créditos dudosos). Aunque los préstamos que se incluyen en el segundo escalón todavía no han sufrido ningún impago, los bancos sí han observado un incremento significativo del riesgo desde el momento de la concesión. Se trata del estado previo a que se produzcan deterioros y por ello esa bolsa centra todas las miradas.
“Si observamos los últimos datos disponibles, el trasvase de stage 2 a stage 3 sigue siendo moderado, pero la cura de estas exposiciones, es decir, el regreso de stage 2 a stage 1, no es significativa, por lo que seguimos estando en situación de riesgo. Cualquier adversidad macroeconómica podría hacer precipitar la calidad crediticia”, explican Eduardo Areilza y Carlo Savani, senior directors de Alvarez&Marsal.
Según explican las fuentes consultadas, las carteras del crédito a empresas son las que más centran la atención. “La mora en el crédito a pymes y autónomos está creciendo con respecto a la mora en el crédito al consumo e hipotecario en los balances de las entidades financieras. La subida de los precios, los altos tipos de interés y la restricción del crédito están castigando a numerosas empresas y autónomos. Sin embargo, a finales de 2022 se auguraba un incremento significativo de las ventas de carteras de créditos en mora, pero esos pronósticos no se están materializando”, explica Juan Hormaechea, socio de Bancario y Financiero de Allen & Overy.
Refinanciaciones
El despacho Prada Gayoso apunta también a las operaciones de refinanciación. Por un lado, explica que en los últimos meses de 2022 la banca aceleró operaciones que suponen un balón de oxígeno inmediato para las empresas y evita a las propias entidades dotar provisiones. Pero señala que las condiciones más duras por las subidas de tipos y el aumento en el perfil de riesgo podrían suponer un aplazamiento del impacto de la mora que podría estallar más adelante.
“El sector bancario español no tiene riesgo por las turbulencias que han experimentado algunos bancos en Estados Unidos. Pero sí hay riesgo por las carteras de crédito. En el cierre de 2022 hemos visto operaciones de refinanciación en las que la banca impone a las empresas unas condiciones que no pueden cumplir. En el corto plazo no va a suponer un problema, pero en el largo plazo sí”, asegura Guillermo Prada, socio de Prada Gayoso.
En cualquier caso, el sector todavía mantiene contenida la mora. Según los últimos datos publicados por el supervisor, la ratio se mantiene en el 3,56% lo que supone cifras mínimas desde 2008. Las subidas de tipos ejecutadas por el Banco Central Europeo en 2022, necesitan un cierto decalaje para que se trasladen a los créditos. En ese sentido, se espera que con el aumento de las cuotas y las condiciones financieras más duras, los impagos comiencen a aflorar a lo largo de 2023.
Negociaciones para cerar un banco malo de créditos a empresas
Preocupación por la mora. Aunque los bancos descartan haber experimentado un impacto por la morosidad, en los últimos meses, las grandes entidades vienen manteniendo negociaciones para explorar la creación de un banco malo para gestionar los créditos dudosos de empresas. El objetivo es contar con un mecanismo que permita gestionar la deuda compleja de empresas ante la previsión de un repunte de los impagos en 2023, y que va en línea con el temor a un estallido de las carteras de crédito en vigilancia especial. Todavía no ha trascendido ningún avance significativo para acelerar ni desechar un proyecto que está en una fase muy inicial, pero el proyecto se encuentra sobre la mesa de los grandes bancos.
Créditos ICO. Aunque el proyecto contempla que los bancos puedan agregar a este banco malo carteras con préstamos a empresas, tienen especial relevancia los créditos a pymes. Las previsiones que maneja el sector sobre la evolución de los impagos anticipan un primer golpe en este segmento. También en las líneas que con aval del ICO habilitadas durante la pandemia del Covid-19 para paliar las necesidades de liquidez. Aunque las entidades aseguran que ese impacto será manejable también buscan soluciones para evitar una avalancha de impagos.
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