Alain Visser (Lynk & Co): “Nuestra ambición es fabricar coches en Europa”
La marca china apuesta por un modelo de suscripción de 550 euros mensuales No tiene concesionarios, sino clubs. Ya cuenta con uno en Barcelona y abrirá otro en Madrid el año que viene
Una de las consecuencias de la progresiva implantación del vehículo eléctrico en Europa es la llegada de nuevos competidores, sobre todo chinos, que han aterrizado en los últimos meses en el mercado del automóvil europeo. A los que ya han llegado, como Polestar o Aiways, se sumarán otros como Chery (que busca terrenos para levantar una fábrica en Cataluña) o Byd, que competirán con los fabricantes europeos tradicionales. Entre estos nuevos competidores, hay uno, Lynk & Co (pertenece al grupo chino Geely), que pretende hacerse un hueco con un modelo de negocio diferente, centrado en la suscripción en vez de en la venta. Su consejero delegado, Alain Visser, ha recibido a CincoDías para hablar de los planes de la marca.
- R. ¿Qué es lo que hace a Lynk & Co diferente respecto a otras marcas de coches tradicionales?
- R. Decimos que somos el Netflix del automóvil y creo que es una buena manera de describirlo. Hay muchas marcas y casi todas hacen lo mismo, que es vender coches. El mundo está moviéndose de una manera impresionante, las tendencias cambian muchísimo, pero la industria del motor no lo hace. Lo que nosotros ofrecemos es una experiencia de movilidad en vez de vender un producto como tal. Tenemos un buen coche, el 01, pero no hablamos de ello porque lo que más nos importa es nuestro modelo de negocio. Vendemos un contrato mensual de 550 euros, en el que todo está incluido. No es como un leasing, porque puedes anularlo cada mes, por eso decimos que es como Netflix. Además, contamos con un software para que el vehículo se pueda compartir, gracias a lo cual nuestros clientes disminuyen su gasto y de hecho ya tenemos usuarios que ganan dinero gracias a esto. Otro aspecto que nos distingue es que nuestro coche solo está disponible en dos colores: negro y azul.
- R. ¿Tienen concesionarios?
- R. No, porque por lo que sabemos los clientes los consideran aburridos. Lo que sí tenemos son clubs, ya hay diez en Europa con el de Milán que hemos abierto hace poco. En España tenemos uno en Barcelona [abrió en septiembre]. Estos clubs son para aumentar esta experiencia de movilidad para el cliente, creando una comunidad. Esos serían nuestros cuatro pilares: el contrato mensual, compartir, una configuración muy simple a la hora de elegir y los clubs.
- R. ¿Qué diferencia hay entre un club y un concesionario?
- R. Diría que un club es como un anticoncesionario, es casi lo contrario. La mayoría de la gente que entra no sabe lo que es, si es un bar o un concept store, y al final ven un coche, que casi siempre está escondido. Es realmente muy diferente.
- R. Si bien apostáis por la suscripción, también existe la posibilidad de comprar el coche. ¿Cuántos eligen esta opción?
- R. Hace dos años decidimos ofrecer también la opción de compra por si el cliente europeo aún no estaba preparado para la suscripción. El porcentaje de contrato mensual representa más del 95% del negocio. Casi todos los clientes eligen la suscripción. La única parte del negocio que va para venta o leasing es el que se hace con otras empresas. Pensamos que eso también cambiará dentro de unos años.
- R. ¿Cómo han sido estos primeros meses de la marca en España?
- R. Tenemos 16.000 miembros en España y 3.000 coches en las carreteras. Estamos bastante sorprendidos, ya que hasta hace poco no teníamos presencia física y encima no hemos hecho publicidad. En Europa tenemos 150.000 miembros y unos 25.000 coches en circulación. En el continente tenemos un nivel de conocimiento del 7% y en España del 5%. La gente todavía no conoce Lynk & Co y, si con un 5% de conocimiento ya tenemos 17.000 miembros, pensamos que en unos años el potencial de la marca es muy grande.
- R. ¿Cuándo van a abrir el nuevo centro en Madrid? ¿Tienen pensado abrir en otras ciudades españolas?
- R. El de Madrid está planificado para el segundo trimestre del año que viene. A finales de 2023 pensamos en quizá tener un tercer club en España, en ciudades como Sevilla, pero de momento la planificación es Barcelona y Madrid.
- R. Lynk & Co produce en China. ¿Tenéis pensado hacerlo en un futuro en Europa?
- R. Primero queríamos saber cuál era la reacción del mercado europeo. Ahora que se ve que es muy positiva, mucho más de lo que hemos estimado, nuestra ambición es tener fabricación en Europa, aunque no tenemos un plan específico para ello todavía.
- R. ¿Cuál es el plan de lanzamiento de modelos de la marca para los próximos años?
- R. Nuestro objetivo es quedarnos con una oferta muy simple, con uno o quizá dos modelos. El segundo modelo será 100% eléctrico y está previsto para finales de 2024. El coche que tenemos hoy es un híbrido enchufable. Lo preferimos así porque la infraestructura de recarga europea no es suficiente a día de hoy para vehículos eléctricos puros.
- R. En nuestro país la infraestructura es aún más escasa. ¿Cree que España sería un buen lugar para lanzar un modelo así?
- R. Estamos muy desilusionados con la manera en que la política está tratando la movilidad eléctrica, ya que se está empujando el tema de los coches eléctricos pero no el de la infraestructura. Creo que eso es un gran problema y se está agrandando, porque cada vez hay más vehículos eléctricos, pero no pasa lo mismo con los puntos de carga. Tenemos también la oportunidad de quedarnos solo con el híbrido enchufable, pero pensamos que el futuro es 100% eléctrico.
- R. En el Salón del Automóvil de París, el CEO de Stellantis, Carlos Tavares, dijo que hay que poner trabas a los fabricantes chinos en Europa, las mismas que los europeos tienen en China. ¿Cree que la competencia entre chinos y europeos es equilibrada?
- R. A mí no me sorprenden los comentarios de Tavares. La manera correcta para combatir la competencia es ser mejor que el otro, no anulándolo. Si él cree que lo que viene de China es mejor, la solución debería de ser combatirlo tratando de ser mejor. Cerrar la puerta a lo que viene de otros fabricantes no es la reacción adecuada, no puede ser la solución.
- R. Históricamente en Europa se ha asociado a lo que viene de China como productos baratos y de baja calidad. ¿Cree que puede haber un estigma hacia los coches que vengan de China?
- R. Sí, seguro. Eso va a durar un tiempo, en general la gente todavía no está segura de si es bueno o no. Pero el cliente va a acostumbrarse, así como hace 50 años se acostumbró a la calidad de los productos japoneses y 20 años más tarde a los de Corea. En Lynk & Co lo que nos ayuda es que, aunque seamos una nueva marca, nuestro vehículo es casi idéntico a un Volvo XC40, un coche que tiene una buena reputación de calidad.
Sobre la firma
Redactor de la sección de empresas especializado en el automóvil e industria pesada. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.