Twitter abre una nueva era bajo el mando del volcánico Elon Musk
El hombre más rico del mundo afronta un hueso duro de roer: mejorar rápidamente los márgenes del negocio de la red social
Elon Musk, el jefe de Tesla y SpaceX, ya es oficialmente el dueño de Twitter, tras seis meses en los que se han dado un sinfín de giros dignos del mayor culebrón empresarial de la década. La Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés) confirmó este viernes que la operación se cerró el jueves y anunció que la red social dejará de cotizar en Bolsa el 8 de noviembre. X Holding, el vehículo creado por el magnate para ejecutar la adquisición, será oficialmente el propietario de todos los títulos de la plataforma social.
Pese a estos meses de impasse, en los que Musk intentó cancelar en varias ocasiones la operación de 44.000 millones de dólares, el multimillonario, uno de los empresarios más incontenibles y volubles del momento, ya ha dejado claro en las últimas 48 horas que no le tiembla el pulso a la hora de ejecutar estrategias y que es rápido tomando decisiones.
Su primera medida ha sido despedir a cuatro altos ejecutivos, entre ellos su CEO, Parag Agrawal, según fuentes citadas por The New York Times, The Washington Post y la CNN. Musk planea asumir el puesto de Agrawal y liderar la plataforma social, como ya hace con Tesla y SpaceX, aunque el cargo de CEO podría cederlo a largo plazo, según fuentes consultadas por Bloomberg.
Además del despido de Agrawal, según estos medios, Musk ha prescindido del director financiero, Ned Segal, y de la jefe de asuntos legales y política, Vijaya Gadde. El CEO de Tesla les habría acusado de haberle engañado a él y a los accionistas de Twitter sobre el número de cuentas falsas en la plataforma. Agrawal y Segal estaban en la sede de Twitter en San Francisco cuando se cerró el acuerdo y fueron escoltados a la salida, según las fuentes citadas.
De confirmarse, eso sí, los tres ejecutivos recibirán un total de 122 millones de dólares por su salida, tal y como apunta la firma de investigación Equilar: Agrawal se llevaría 57,4 millones; Segal, 44,5 millones, y Gadde, 20. “Deberán recibirlo, salvo que Musk tenga una causa que lo evite, como que violaron la ley o violaron la política de la compañía”, indicó el director de Equilar.
La expectación sobre lo que Musk pueda hacer al frente de Twitter es máxima, y algunas apuestas sobre las que ya se especula están generando tanto desasosiego como vítores, pues el mercado espera muchos cambios y muy rápidos. Algunos controvertidos, y otros necesarios para impulsar el negocio de una red que, pese a tener una influencia planetaria (con impacto en lo social, lo político y la economía), no ha explotado, según muchos analistas, todo su potencial.
Una de sus ambiciones es recuperar una libertad de expresión que, sostiene, ha desaparecido de la red. En su cuenta colgó el comentario The bird is freed (El pájaro está libre), confirmando aparentemente su deseo de que Twitter tenga menos límites en los contenidos y los vetos no sean permanentes. La decisión permitiría a Donald Trump, entre otros, recuperar sus cuentas en la plataforma. El expresidente de EE UU, que este viernes se alegró de que “Twitter vuelva a manos cuerdas”, fue expulsado tras el asalto del Capitolio en 2021 por incitar a la violencia.
La medida alienta el temor a que se agudice el discurso de odio, el extremismo y la desinformación. El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, ha lanzado un aviso siguiendo su juego de palabras: “En Europa, el pájaro volará de acuerdo a las reglas europeas”, dijo refiriéndose a la directiva que refuerza el control sobre las plataformas digitales, con normas contra la desinformación y contenidos de odio y que pone coto a las prácticas abusivas de las big tech.
En respuesta a los recelos, Musk ya ha anunciado que formará un consejo de moderación de contenidos en la plataforma para incluir puntos de vista diversos. Lo ha hecho a golpe de tuit, asegurando que "mientras ese consejo no se reúna, no habrá mayores decisiones sobre contenidos ni restablecimientos de cuentas".
Del lado del negocio, Musk ya avanzó que quiere crear una superapp al estilo de WeChat, con una red social, comercio electrónico y un sistema de pago, entre otros servicios. En otro mensaje en su cuenta de la red social aseguró que la compra de Twitter era “un acelerador para crear X, la app para todo”. El magnate buscará que su nueva empresa reduzca su dependencia de la publicidad, que ahora representa más del 90% de sus ingresos. Su objetivo es reducirlo al 45% en 2028.
El hombre más rico del mundo sabe que debe afrontar un hueso duro de roer: mejorar rápidamente los márgenes del negocio de Twitter, apretado por los acuerdos de financiación. Ha pagado 44.000 millones por Twitter (54,2 dólares por cada uno de sus títulos) por la compañía, un precio que se fijó antes del derrumbe bursátil de las tecnológicas.
Tras anunciar la opa en abril, garantizó financiación de deuda con varios bancos de inversión (como Morgan Stanley, Bank of America, Barclays, BNP Paribas o el japonés MUFG), que proporcionan 13.000 millones de dólares, y obtuvo el respaldo de inversores de capital como Larry Ellison, cofundador de Oracle, el príncipe saudí Alwaleed Bin Talal, Sequoia Capital, VyCapital, Fidelity y Brookfield, que contribuirían con 7.100 millones. Pero ahora, con el aumento de los intereses financieros, el coste de financiar la compra de Twitter se ha disparado para el ejército de bancos de Musk. Y gran parte de los créditos tienen como garantía las acciones de Twitter.
Aunque Musk nunca ha sido un entusiasta de la publicidad, mientras logra conformar un negocio con nuevas vías de ingresos, apoyándose en un modelo freemium, fomentando servicios de suscripción de pago, deberá cuidar bien a quien, de momento, da de comer a Twitter: los anunciantes, que han dejado claro que prefieren una plataforma sin discursos de odio que dañen sus marcas.
El magnate lo sabe y, por eso, esta semana se anticipó y aseguró que cree en la publicidad cuando "está bien hecha", tratando de calmar los ánimos. Musk defendió que la red social aspira fundamentalmente a ser la plataforma publicitaria "más respetada" del mundo. "Ayudaremos a impulsar tu marca y tu empresa. Agradezco a todos aquellos que se unan a nuestro proyecto. Permitannos construir algo extraordinario juntos", dijo.
Musk también parece dispuesto a coquetear con las criptomonedas en la red social. Binance, la plataforma de intercambio de criptomonedas, confirmó este viernes que será un inversor de capital en el acuerdo de compra. “Estamos encantados de ayudar a Elon a realizar una nueva visión para Twitter. Nuestro propósito es desempeñar un papel en la unión de las redes sociales y la web3 para ampliar el uso y la adopción de la tecnología de criptomonedas y blockchain”, dijo el fundador y CEO de Binance, Changpeng Zhao.
Sus palabras dejaban entrever que las criptomonedas pueden jugar un papel en los planes de pago en la nueva Twitter. Joan Donovan, directora de análisis del Centro Shorenstein de Política de Medios y Políticas Públicas de la Harvard Kennedy School, aseguró al Financial Times que Musk, fundador de PayPal, podría intentar convertir Twitter en una entidad bancaria.