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Contante y Sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

“El BCE y los bancos ya somos muy amigos, hablamos a diario”

El Covid ha provocado que los supervisores mantengan contactos con el sector todos los días, además de pedirles nuevas previsiones semanales

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE)REUTERS

El viernes pasado un banquero español comentaba entre bromas que con la crisis del Covid-19 las relaciones entre las diferentes entidades financieras europeas y los supervisores, con el Banco Central Europeo (BCE) a la cabeza, se habían estrechado “muchísimo. Nos hemos hecho muy amigos en las últimas semanas. Hablamos todos los días, y como no tenemos que desplazarlos y las reuniones son telemáticas nos da más tiempo a hablar y reflexionar juntos; pero también a ellos les da más tiempo a pedirnos proyecciones con nuevos escenarios macro, y examinar al detalle la aplicación de esas proyecciones en muestras de carteras que ellos determinan”.

Otro destacado ejecutivo coincide con esta descripción, y añade: “cada día que pasa los inspectores del BCE y del Banco de España (trabajan de la mano) son más exigentes. Desde hace algo más de un mes no hay semana que no nos pidan modificar los escenarios económicos y aplicarlos al negocio. Tenemos que estresar las carteras, el capital, los beneficios, todo. Y es lógico porque cada día que pasa se debilita más la economía, y parece que se retrasa la recuperación. Pocos son los que hablan ya de recuperación en forma de V, y, los cada vez más partidarios de que la salida de la crisis económica tendrá forma de U, también alargan más el periodo de reactivación de la activiad productiva”.

Todos los años a finales de abril, los bancos europeos deben entregar al BCE sus planes con las estimaciones sobre cómo van a asignar sus recursos en ejercicio, lo que se conoce como informe de autoevaluación de capital (ICAAP), con diferentes escenarios macro.

En esta ocasión, algunos bancos entregaron estos informes solo con escenarios anteriores a la crisis, que por otra parte es lo que inicialmente se limitó a pedir el BCE. A estas entidades, el supervisor europeo y el nacional les pidieron a principios de mayo y por email que les enviaran también sus proyecciones con fierentes escenario refleando las cnsecuencias en la ecoomía de la crisis del Covid. Estas entidades tienen hasta finales de junio para entregar sus actualizaciones para los ejercicios de 2020 y 2021.

El Banco Central ha solicitado a las entidades que no han incluido en sus objetivos los efectos de la crisis que lo hagan. Tienen hasta finales de junio para entregarlo

El resto de entidades, “ya enviamos tales proyecciones a finales de abril, y lo que estamos haciendo ahora es mantener un seguimiento de la evolución de los datos, dado que quedan obsoletos en pocos días, y, cuando tenemos una nueva visión macro, les pasamos actualizada la planificación, pero para estas actualizaciones no se fija ningún plazo ni ninguna periodicidad, explican desde un banco.

En otro banco también afirman que desde que se comenzó a detectar las drásticas consecuencias económicas del coronavirus, “las relaciones entre las instituciones financieras y los supervisores, da igual Banco de España o BCE, son muy fluidas e interactivas. Cada dos o tres días tenemos que modificar escenarios o incluir nuevos capítulos a estresar como consecuencia del cada vez más cambiante panorama económico por el Covid. Y ahora, al incluir en los escenarios los créditos con aval ICO que concedemos las proyecciones se amplían y complican”.

Ya ha avisado en varias ocasiones en las últimas semanas el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. “En este entorno de enorme incertidumbre, el Banco de España …está manteniendo un seguimiento reforzado de la evolución económica y financiera, en particular del sector bancario nacional”, subrayó en el informe del supervisor de 2019. En la comparecencia del gobernador en la comisión de Economía en el Congreso de los Diputados, o en el informe de estabilidad financiera de primavera se han repetido mensajes similares.

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El director financiero de una entidad explica que en las últimas semanas la inquietud del BCE ha aumentado, y “día sí y día tambén piden la evolución del negocio, de las nóminas de los clientes, de los gastos, de las cuota de impagados, etc.

Pese a ello, todos los ejecutivos bancarios coinciden. “Esta crisis no es igual que la de 2008, en la que la banca fue uno de los detonantes. Ahora somos parte de la solución. Puede caer nuestra rentabilidad (aunque no creen que dure hasta 2025 como apunta el informe difundido el viernes por el Fondo Monetario Internacional), puede desplomarse nuestra capitalización bursátil, bajar los ingresos, subir la morosidad, pero en esta ocasión no vamos a costar un euro al Estado. Nuestro balance es sólido. Nuestros ratios de capital, en general, son fuertes. Resistiremos, aunque, eso sí, puede que no demos dividendo en dos ejercicios, 2020 y puede que en parte o todo 2021”, resume el consejero delegado de un banco.

Eso sí, estos mismos ejecutivos coinciden en que ahora el BCE presume de que los bancos, gracias a sus exigencias de capital y su rigurosidad, son unas entidades fuertes, que pueden resistir grandes marejadas como la actual, y, a la vez, contribuir a salir de la crisis a las empresas y a las familias. Europa, de hecho, está potenciando la colaboración público privada, explica un experto financiero.

Y mientras que el BCE y el Banco de España recopilan cada vez más datos sobre el efecto devastador del Covid en la economía en general y en la banca en particular, un banquero apunta un dato positivo, para animar un poco el ambiente.

“Un día de la semana pasada el gasto con tarjeta fue exactamente igual que el mismo día del año pasado”, asegura. Aunque matiza “hay que tener en cuenta que ahora las personas usan menos el efectivo y más la tarjeta, incluso para hacer sus compras en el mercado”. Pese a ello, reconoce que el dato le ha llamado mucho la atención. Pese a este dato positivo, elresto de las cifras son demoledoras. El crédito hipotecario ha caído durante la pandemia un 80%, la facturación con tarjeta se ha desplomado un 50%, la facturación en comercios con tarjetas un 30%, en hoteles y transporte ha caído un 95%, la facturación en gasolineras ha bajado un 60%, “y así todo”, comenta.

Ahora, la banca está inmersa en cuadrar sus presupuestos para corregir muy a la baja sus planes de negocio. Pese a ello, creen que saldrán de esta sin ayudas.

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