David Bloom: “La psicología de invertir en el dólar es débil, lo tienes porque lo demás no te gusta”
El director de divisas de HSBC compara la moneda de EE UU con un "mal hotel"
El mercado de divisas contuvo la respiración en agosto cuando China devaluó su divisa —el yuan— a niveles que no se veían desde 2008. Esta respuesta a la subida de aranceles anunciada por Estados Unidos mantuvo en vilo a los parqués. Este conflicto, junto con el desenlace del Brexit, llevan a David Bloom, director global de divisas de HSBC, a afirmar que la política juega un papel mayor del que históricamente ha tenido en el mercado de divisas.
- R. Parece que China y Estados Unidos han llegado a un principio de acuerdo. ¿Ha desaparecido el riesgo de que la guerra comercial se convierta en una guerra de divisas?
- R. No pienso que se vaya a convertir en una guerra de divisas. Esto va de comercio. Lo más importante es el precio, que en un acuerdo comercial es tu divisa. Pero una vez firmas un trato, realmente no puedes cambiar ese precio. En 2012, cuando Shinzo Abe fue elegido en Japón, la equivalencia era de un dólar por 80 yenes. Decidieron doblar la base monetaria y pasó de 80 a 125. ¿Quién se quejó políticamente? Hoy la gente no va a aceptar que le traslades tu problema y esa es la cuestión. No puedes intervenir contra Estados Unidos devaluando tu divisa y pensar que políticamente es aceptable. Por supuesto que este acuerdo con China es muy importante, pero necesitamos un acuerdo completo. ¿Podemos esperarlo para los inversores en los próximos meses? No, porque los acuerdos llevan tiempo.
- R. En cuanto al dólar, Trump está a favor de devaluar la moneda con presiones a la Fed. ¿Hasta qué punto esa posición es legítima?
- R. La Reserva Federal es independiente e incluso yo puedo decirle lo que debe hacer. La cuestión es, ¿el marco institucional se ha visto dañado? Diría que no. La gente puede decir lo que crea conveniente, pero como institución independiente, creo que la Fed hará lo que crea que es correcto. Al final del día, hay que preguntarse si el marco institucional es lo suficientemente fuerte como para aguantar las críticas. En el caso de Estados Unidos diría que sí.
- R. Más allá de la Reserva Federal, ¿cuál es el papel de los bancos centrales?
- R. El papel es el mismo. El problema es que se les está agotando la munición, sobre todo en Europa. ¿Cuántos recortes más de tipos de interés puede haber cuando estos ya están bajos? Lo que sucede, y el Brexit es un buen ejemplo, es que la política ahora juega un papel mayor del que históricamente ha tenido en este mercado. En el pasado hablaríamos más de los bancos centrales, de la Fed, del Banco de Inglaterra o del Banco Central Europeo. Hoy hablamos de tensiones comerciales, del Brexit o de política.
- R. En declaraciones este año a algunos medios de comunicación, ha comparado la divisa estadounidense con un "mal hotel". ¿Todavía lo piensa?
- R. Sí, podríamos decir que el dólar es como un mal hotel. Todas las noches preparas el equipaje para marcharte, pero al final te quedas porque no hay un lugar mejor al que ir. Es cierto que hay un déficit fiscal de un billón de dólares, puedes preocuparte por los tratados comerciales que se están debatiendo o por el déficit por cuenta corriente. No te gusta, pero cuando miras al exterior te das cuenta de que no hay un lugar al que ir. La psicología de invertir en el dólar es débil, lo tienes porque lo demás no te gusta.
- R. Desde la ventana de ese hotel se ve una libra volátil por el Brexit. ¿Piensa que esa divisa recuperará parte del peso internacional cuando Reino Unido salga de la Unión Europea?
- R. Es justo decir que la libra está barata, pero sucede por una razón. Las divisas son cíclicas, estructurales y políticas. Pero en el caso de la libra esterlina, tan solo es política. La política ha consumido el debate sobre esta divisa. En HSBC tenemos dos escenarios. Si Reino Unido sale de la Unión Europea sin acuerdo, puede caer a 1,10 dólares. Pensamos que si alcanza un acuerdo, llegará a 1,40 o 1,45. Con el Brexit tratas de predecir un resultado político, y esto es peligroso. A los inversores les decimos que averigüen cuál de estas cifras les perjudica y que se protejan de ella.
El experto destaca que la política juega hoy un papel mayor en el mercado de divisas del que ha tenido históricamente
- R. En un artículo reciente, HSBC puso el foco en el mercado emergente chino y en la internacionalización del renminbi. ¿Qué implicaciones tiene esa expansión?
- R. Hemos visto que el cambio de divisas a pasado de 5.200 billones de dólares diarios a 6.600 billones en los tres últimos años. Obviamente significa que hay más divisas, más comercio y liquidez, precios más bajos cuando la liquidez aumenta... y esto está sucediendo despacio, pero no es un proceso en falso, solo que lleva décadas.
- R. Precisamente China ha registrado su menor crecimiento trimestral desde 1992, y esto se suma a otras señales de desaceleración. ¿Cuáles son las divisas refugio ante el deterioro económico?
- R. Por orden diría que el yen, el oro y el franco suizo. Pero también el dólar en el momento de la desaceleración en el que nos encontramos, que es la etapa que en HSBC llamamos “malas noticias son buenas noticias”. Es decir, recibes malas noticias, los bancos centrales bajan los tipos y los costes de financiación bajan.