El pesimismo del BCE sobre el crecimiento impide a las Bolsas celebrar la rebaja de tasas
El selectivo español pone fin a tres sesiones consecutivas al alza y cae un 0,2%. En la semana logra un avance del 5,1%


Semana más corta de lo habitual, pero cargada de señales clave para los mercados. Con los inversores aún pendientes de cómo quedará el mapa arancelario, la política monetaria se abre hueco. Mientras el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, enfría las expectativas de rebaja de tipos por las presiones inflacionistas, su homóloga europea responde a la ofensiva comercial con un nuevo recorte de las tasas. La reducción del precio del dinero, la sexta consecutiva, no ha sido suficiente para devolver el ánimo a las Bolsas. En una jornada con un escaso volumen de negociación en el parqué español, el Ibex 35 no ha aguantado la presión. El selectivo español ha cedido un 0,2% y pone fin a tres sesiones consecutivas al alza. Este resbalón no ha empañado el buen hacer de la semana, un periodo en el que la Bolsa se ha anotado un 5,1%, lo que limita las pérdidas registradas desde que Donald Trump lanzara su cruzada contra el orden económica del último siglo al 3,2%.
El poso de pesimismo que dejaron las palabras de Lagarde impidieron a la renta variable europea celebrar la rebaja de las tasas. La jornada de hoy contradice las reglas generales según las cuales una relajación monetaria es un incentivo para las ganancias de las Bolsas porque, además de impulsar el crecimiento y reducir la tasa a la que se contabilizan los beneficios futuros, baja el coste de financiación. El Dax alemán ha cedido un 0,53%, descenso que supera el 0,6% en la Bolsa francesa y en el Euro Stoxx 50, mientras el Mib italiano modera las caídas al 0,24%.

Roelof Salomons, estratega jefe del BlackRock Investment Institute, considera que la principal sorpresa no ha sido la rebaja de tipos, algo que el mercado daba por descontado, sino la orientación relativamente pesimista. “Christine Lagarde pareció más preocupada por los riesgos para el crecimiento que por la inflación”, remarca. El experto considera que con las negociaciones comerciales dando sus primeros pasos, todavía es pronto para vislumbrar hasta dónde llegará el órdago proteccionista. “Unas fuertes represalias de la UE podrían provocar un crecimiento más débil y más inflación”, apunta. Como contrapunto a este pesimismo, Madison Faller, estratega global de inversiones de JP Morgan Banca Privada, considera que, si se mantiene la coordinación entre las políticas monetaria y fiscal, las perspectivas de Europa podrían ser mejores de lo que sugieren los riesgos.
Más complicado se antoja el escenario para la renta variable estadounidense. Las perspectivas de una inflación persistente, menor crecimiento y tipos altos por más tiempo siguen lastrando al mercado estadounidense, que hasta hace pocas semanas era la opción preferida de los gestores. En una sesión marcada por las críticas de Trump a Powell por no recortar tipos, Wall Street opera con signo mixto. Que los tres índices estadounidenses no siempre converjan no es algo raro, lo destacado es la brecha registrada hoy entre un Dow Jones que cede más de un 1%, mientras el S&P 500 suma un 0,2%. A la espera de nuevas noticias sobre el comercio, los inversores se paran a analizar las cuentas que van divulgando las compañías. Este jueves todas las miradas están puestas en United Health. La aseguradora médica, integrante del Dow Jones, cede un 24% y firma su peor sesión en 27 años, después de reducir las perspectivas para 2025 y reportar unas ganancias en el arranque del ejercicio por debajo de las estimaciones.
Unas horas después de que Powell diera una patada hacia adelante y señalara que sería necesario ver un deterioro significativo para bajar las tasas, el republicano le ha recriminado que siempre llega tarde. Las críticas del presidente contrastan con las buenas valoraciones de los gestores. Engerrand Artaz, gestor de fondos de La Financière considera que, si se atiende a los datos, no hay necesidad de que la Fed intervenga. “Que los mercados bajen no es motivo suficiente para intervenir, sobre todo con estos niveles de valoraciones”, aclara.
La decisión de Trump de suspender durante 90 días los aranceles recíprocos ayudó a calmar el fuego, pero las brasas siguen encendidas. El rendimiento de la deuda estadounidense a diez años, que la semana pasada rondaba el 4,5%, se relajó hasta el 4,3%, mientras la referencia a 30 años se mantiene en el 4,8%. Los analistas recuerdan que, si bien los políticos son inmunes a las caídas bursátiles, el mercado de bonos tiene el poder de derribar gobiernos. En EE UU, donde la deuda soberana capitaliza más de 29 billones de dólares, el mensaje no es menor. Las ventas de bonos, activos refugios en anteriores momentos de crisis, se ha frenado, pero recuperar la confianza no será tarea sencilla.
La renta fija europea muestra más calma. Con la rebaja de tasas y la expectativa de nuevos recortes, el bono alemán con vencimiento en 2035 baja del 2,5%, mientras el español cae por debajo del 3,2%. Erick Muller, director de estrategia de mercados de Muzinich & Co, anticipa que las tasas seguirán reduciéndose hasta acercarse al 1,5% en otoño.
“Las trayectorias de las conversaciones comerciales entre EE UU y Japón serán seguidas de cerca, no solo por las implicaciones bilaterales, sino también como un posible marco para ver cómo se pueden desarrollar las negociaciones con el resto de sus socios comerciales”, señala a Bloomberg Rajeev De Mello, gestor de carteras de Gama Asset Management. En el primer acercamiento entre ambas economías no se ha sellado ningún acuerdo, pero la asistencia de Trump a la cita es vista con optimismo. El buen sabor de boca que han dejado la primera ronda de contactos ha llevado al oro hacer un alto en el carrerón alcista. El metal amarillo, la opción preferida por los gestores que participaron en la última encuesta realizada por Bank of America, se mantiene por encima de los 3.300 dólares.
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