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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

No hay una receta única para los salarios

En España coexisten sectores productivos donde es factible flexibilizar las subidas salariales con otros en los que sigue siendo necesaria la austeridad

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo (derecha) y Pepe Álvarez (izquierda), atienden alos medios.
Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo (derecha) y Pepe Álvarez (izquierda), atienden alos medios.Efe

Las negociaciones salariales entre los sindicatos y las patronales para cerrar el acuerdo de negociación colectiva de este año parecen haber llegado a un punto muerto tras más de un mes sin reuniones entre ambas partes. Así lo confirmaba ayer el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, quien adelantó que su organización, junto a UGT, ha decidido trasladar la batalla salarial a las empresas, independientemente de si se llega o no a un acuerdo en la mesa de negociación. La intención de los sindicatos es anunciar movilizaciones en los centros de trabajo a partir del próximo 14 de febrero, con el fin de sacar adelante los convenios colectivos y lanzar un mensaje a Gobierno y patronales, a la espera de ver cómo estos “reaccionan” a la presión.

El obstáculo principal a la firma del acuerdo de 2017 está focalizado en la banda salarial que propone cada una de las partes. Mientras las patronales CEOE y Cepyme ofrecen subidas de entre el 0% y el 1,5%, ampliables al 2% en función de la productividad o ligadas a la firma de pactos contra el absentismo, los sindicatos se niegan a aceptar un suelo mínimo de incremento del 0%. Se trata de posturas lo suficientemente distantes como para impedir la firma del acuerdo, una circunstancia que no se ha producido en los últimos 15 años. Sin embargo, la experiencia del pacto cerrado el año pasado apunta a que los acuerdos salariales han dejado de ser un elemento fundamental para orientar la negociación colectiva. La prueba está en que en 2016 y por primera vez las subidas acordadas fueron inferiores a las recomendadas por la mesa salarial. Frente al incremento de hasta el 1,5% que defendió esta, la subida media apenas superó el 1% en un ejercicio de pragmatismo económico y austeridad que constituye un buen ejemplo de desindexación salarial, como lo sería también la ausencia de un pacto de renta como el pretendido por UGT y CCOO.

Buena parte de la competitividad recuperada en los últimos años en España tiene que ver con la moderación salarial mantenida en los convenios colectivos. Un esfuerzo que ha exigido altas dosis de sacrificio por parte de los trabajadores, pero que ha dado frutos al permitir a muchas compañías recomponer sus márgenes y mantener y crear empleos. El crecimiento moderado de los salarios constituye un aliado para la creación de empleo en las economías con altas tasas de asalarización, especialmente en las que tienen un peso considerable de los servicios de poco valor añadido. En ese perfil, en el que encaja España, coexisten sectores productivos donde es factible flexibilizar las subidas de salarios con otros en los que sigue siendo necesario mantener la austeridad. No hay una receta única para todas las empresas, pero menos aún en materia de salarios.

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