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Planes de pensiones

Que las comisiones no se coman la rentabilidad

Pese a que se han reducido los gastos máximos de los planes, hay que estudiar si su pago compensa las ganancias a largo plazo

¿Para qué quiere ahorrar usted? ¿Para tener mañana lo guardado o para ganar algo más que lo aportado? A la hora de calcular la rentabilidad de un plan de pensiones es esencial ver qué comisiones le van a aplicar.

Recuerde que las entidades son soberanas a la hora de decidir la aplicación de esos gastos, siempre que no exceda los límites establecidos, por tanto, estamos ante una cuestión clave. Puede ocurrir, sobre todo en productos conservadores, que los gastos sean iguales o incluso superiores a lo que gane por tener su dinero invertido, una circunstancia que probablemente le tendría que hacer desistir y buscar mejores alternativas.

De hecho, las comisiones de los de gestión pasiva, es decir, los productos que apenas sufren cambios en su estrategia de inversión por referirse a renta fija -a diferencia de la activa en la que sus gestores toman continuas decisiones de inversión, ya que se mueven en el entorno de la renta variable-, son bastante elevadas si las comparamos con las de otros países.

Antes de la reciente reforma en España, la media de comisiones era del 1,1 %, muy por encima de la media de los países de la OCDE, de un 0,4 %.

La Dirección General de Seguros publica en su web las comisiones que cobran las gestoras

¿Cuáles pueden llegar a ser esas comisiones? Con el objetivo de animar a que los españoles ahorremos en planes de pensiones, recientemente el Gobierno ha decido rebajar sensiblemente sus cuantías máximas. Así, las comisiones máximas de gestión no pueden sobrepasar el 1,75%, cuando antes llegaban hasta el 2%.

En cuanto a la de depositaría, la otra comisión más común, ha pasado del 0,5% al 0,25%. Esas diferencias, que a primera vista podrían parecer una anécdota, suponen en inversiones a largo plazo, como es el caso de estos productos, una cuestión muy importante que se traduce en mucho mayores -o menores- ganancias.

Ambas comisiones son anuales y se aplican sobre el capital que tenemos, así que al final, el efecto total es la suma. Así, si tenemos 10.000 euros en un plan de pensiones y tenemos una comisión de depósito del 0,25% y una de gestión del 1,75% el efecto total es el 2% y significa que pagaremos 200 euros al año.

Preocúpese de calcular que ese dinero que paga le compense la inversión, y si no, recuerde que usted se puede cambiar cuantas veces quiera de un plan de pensiones a otro, sea de la misma entidad u otra diferente, sin que por ello tenga que tributar, ya que solo lo hará cuando rescate el dinero.

La Dirección General de Seguros y Pensiones incluye en su web información sobre las comisiones que cobran cada uno de los planes de pensiones que se comercializan en el mercado (http://www.dgsfp.mineco.es/comisiones/comisiones.aspx).

En cualquier caso, los expertos advierten que en productos de inversión lo esencial debería ser la rentabilidad. Así, hay productos cuyos gastos resultan excesivos en comparación con otros, sin embargo, resultan mucho más interesantes ya que logran unas rentabilidades muy superiores a otros planes con comisiones igual de bajas que sus retornos.

De hecho, hay productos que tienen comisiones de éxito ligadas a la rentabilidad de los planes. En estos casos se fija un máximo del 1,2% anual sobre el patrimonio.

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