La economía y la Bolsa avisan a Trump
En Wall Street empieza a crecer la expectativa de que el presidente no tardará en lanzar algún mensaje de ánimo


Trump no podrá de momento apuntar en la lista de éxitos de su mandato el alza de la Bolsa estadounidense. Los índices bursátiles de EE UU, que sí recibieron con ímpetu alcista su victoria electoral, han entrado en barrena en el inicio de este año. Frente a las alzas de más del 10% que se anota la Bolsa europea, bajo la constante amenaza arancelaria de EE UU, los índices de Wall Street están planos en el año o directamente en rojo, como el Nasdaq.
El dinero es miedoso y la sacudida que ha iniciado Trump en el mapa geopolítico y económico mundial podría ser demasiado para muchos. Diversos indicadores económicos ya anticipan el reverso negativo sobre la inflación y el crecimiento de EE UU de las políticas de la Casa Blanca. La aplicación de unos aranceles que elevarán los precios de los productos ya está poniendo nerviosos a consumidores y empresas, como muestran los últimos indicadores de confianza. El que elabora la consultora Conference Board de confianza del consumidor se desplomó en febrero al nivel más bajo en ocho meses. Mientras, antes incluso de que se materialicen los aranceles, el IPC no da tregua: los precios subieron en enero por quinto mes consecutivo, al 3%, con la subyacente en el 3,3%, lo que complica evidentemente las bajadas de tipos de la Fed.
Los indicadores de confianza y las expectativas de inflación están anticipando un escenario en que se podría desacelerar aún más de lo esperado el crecimiento de EE UU este año, por no hablar de la inquietud que siembran entre los inversores las arrolladoras medidas que anuncia casi a diario Donald Trump. La Bolsa estadounidense ya comenzaba el año en máximos y con unas valoraciones mareantes, y el dinero está optando por buscar nuevos destinos con los que diversificar y rebajar el peso de Wall Street en la cartera. Esa marea ha convertido de hecho a las acciones chinas, españolas y alemanas en las más rentables en lo que va de año. Una señal más del desconcierto la muestran las ventas en Bolsa en las últimas semanas por parte de familias ultrarricas como los Agnelli, a un ritmo muy inusual.
En el mercado estadounidense empieza a crecer la expectativa de que Trump no tardará en lanzar algún mensaje que anime a Wall Street. Las rebajas fiscales eran una de sus promesas, aunque tampoco podrá perder de vista el elevado déficit público de Estados Unidos. Los ingresos por aranceles bien pueden ser una fórmula con la que compensar algún tipo de estímulo fiscal.