La inmigración, esencial para el crecimiento económico y las pensiones
España necesita a los extranjeros para determinados puestos de trabajo y garantizar el sistema de bienestar

El Producto Interior Bruto (PIB) de España creció un 3,2% en 2024, un porcentaje superior al de todos los países desarrollados y al de la eurozona (0,7 %), según Eurostat (la oficina estadística de la Unión Europea).
El progreso de la economía española coincide con un aumento considerable de la migración hacia nuestro país. Debido a la crisis demográfica por la baja tasa de natalidad (la población infantil disminuyó en 235.000, el -3,2%, en estos tres últimos años), la población está envejeciendo y hay un número cada vez mayor de jubilados.
Sin embargo, la población de España aumentó en 2024 en más de 301.000 personas, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), como consecuencia fundamentalmente de la inmigración, imprescindible para mantener tanto el crecimiento de la economía como nuestro sistema de bienestar y salud.
El mercado de trabajo crea empleo a buen ritmo. En 2024, la afiliación a la Seguridad Social aumentó en más de 500.000 personas, un 2,4% más respecto a 2023, hasta un total de 21,33 millones de cotizantes. En la UE, por su parte, el crecimiento del empleo fue más modesto (0,8%).
En este sentido, en 2024, hay que considerar que el 40% de los empleos creados se canalizaron a través de los extranjeros. Así, los afiliados procedentes de otros países, en dicho período, superaban los 2,88 millones de cotizantes (7,9 % más que hace un año), según el registro de afiliación de la Seguridad Social.
¿Cuál es el efecto?
El porcentaje de trabajadores extranjeros sobre el total de las personas afiliadas a la Seguridad Social se sitúa en el 13,5%. Por sectores de actividad, la distribución del empleo viene determinada por la estructura productiva de nuestro país.
El acceso al mercado de trabajo de los inmigrantes se realiza, frecuentemente, en empleos de baja calidad, que no necesitan un nivel de formación elevado y con condiciones de trabajo tan poco favorables que suelen ser poco demandados por los españoles.
Su presencia relativa es mayor en la medida en que, en gran parte, es menor el nivel de cualificación exigido para desempeñar las diversas funciones de los puestos de trabajo. Los trabajadores foráneos se concentran, fundamentalmente, en actividades como Sistema Especial de Empleados de Hogar (44% del total de profesionales del sector), Sistema Especial Agrario (35%), hostelería (28%), agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (25%), construcción (21%) actividades administrativas y servicios auxiliares (17%) y transporte y almacenamiento (15%).
Valor añadido
Hay que destacar que recientemente se están estableciendo en sectores con actividades de alto valor añadido, donde se observa un crecimiento muy importante, y que demandan profesionales de mayor cualificación: actividades financieras, tecnologías de la información, así como en servicios de asesoría.
El tema de la inmigración toma cada vez más espacio en las discusiones políticas. En estos momentos, el debate en Europa gira en torno a la migración irregular, tanto de personas que buscan asilo como de aquellas que llegan en embarcaciones o cruzando las fronteras de forma irregular.
Una estimación reciente de Raymond Torres, director de coyuntura del centro de análisis económico de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), indica que los inmigrantes son los responsables de la mitad del crecimiento económico español.
Todo ello pone de relieve la necesidad de abordar una reflexión sobre la realidad migratoria de nuestro país por parte de todos los actores implicados, sobre la base del diálogo y la participación social. Las consecuencias demográficas de la inmigración son importantes: destacan el aumento de la población, su rejuvenecimiento y el incremento de la tasa de fecundidad.
Su contribución a sostener el crecimiento de la economía española es indudable, y su contribución a la financiación y viabilidad financiera de nuestras pensiones es esencial. Hay que tener muy en cuenta todas estas implicaciones de naturaleza económica y social a la hora de argumentar con seriedad en las discusiones políticas la importancia de la inmigración.
Europa necesita a los inmigrantes para ocupar determinados puestos de trabajo y, así, garantizar la sostenibilidad financiera de nuestro envidiado sistema de bienestar.
Vicente Castelló Roselló es profesor en la Universidad Jaume I y miembro del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local