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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Es pronto para hacer leña del árbol alemán

Es un caso de ‘destrucción creativa’: las innovaciones dejan obsoletas a las anteriores

Olaf Scholz
El canciller alemán, Olaf Scholz, en la oficina de Microsoft en Berlín, en febrero.LIESA JOHANNSSEN (REUTERS)

Las malas noticias sobre Alemania se acumulan. Con un crecimiento económico en horas bajas, un pesimismo anclado en las empresas y la sociedad y despidos masivos, el panorama tiene mala pinta. ¿Está realmente Alemania en declive? ¿Volverá a ser el enfermo de Europa? Si prestamos demasiada atención a las noticias, parece que sí. Sin embargo, existe también otra forma de interpretarlo. Si el economista austríaco-estadounidense Joseph Schumpeter (1883-1950) pudiera visitar Alemania estos días, vería más bien un caso de estudio de “destrucción creativa”, proceso por el cual las innovaciones hacen obsoletas las anteriores.

Que Alemania enferme no es baladí para Europa y especialmente para España. Alemania sigue siendo el principal motor del PIB de la UE. Para España, la importancia del país germano es enorme y asimétrica. Según datos de la CEOE, hace algo más de un año, Alemania era el segundo cliente de España, mientras que este era solo el cliente número 12 de aquel. España exporta a Alemania a través de 14.200 empresas, y recibió, según el INE, 10,8 millones de turistas germanos en 2023: es el tercer mercado fuente del turismo extranjero en España, detrás de Reino Unido y Francia. Dicho de otra forma, si Alemania estornuda, España se resfría.

Desindustrialización es un término que genera inquietud, pero estamos convencidos de que Alemania la necesita. Apoyamos este punto de vista con seis argumentos:

Primero, la participación industrial de Alemania en el producto interior bruto es aproximadamente el doble que la de otros países altamente desarrollados. Un ajuste a la baja podría ser beneficioso. Segundo, las industrias intensivas en energía no encuentran en Alemania su lugar ideal; existen ubicaciones más adecuadas para estos sectores. El nuevo rol de la globalización consiste en encontrar la ubicación óptima para cada actividad, en cualquier parte del mundo.

En tercer lugar, en el pasado ya han desaparecido grandes industrias como la textil o la minera. ¿Esto ha perjudicado a Alemania? Al contrario, su lugar lo han ocupado otros sectores mejor orientados al futuro. Y dondequiera que Alemania ha intentado sostener industrias antiguas con subsidios, se han desperdiciado cientos de miles de millones; por ejemplo, la minería en el Ruhr y el Sarre.

Quinto argumento: el cuello de botella al que se enfrentará Alemania en los próximos años seguirá siendo la escasez de trabajadores cualificados. ¿De dónde se supone que proceden los especialistas cualificados, sino de industrias antiguas? Los empresarios de Rhineland nos dicen que están esperando que se cierren las enormes minas de lignito de la región y se despida a miles de trabajadores muy cualificados.

Por último, otro factor limitante es la disponibilidad de suelo industrial. Las pocas localizaciones disponibles tardan poco tiempo en volver a estar ocupadas por nuevos usuarios. Las minas de lignito entre Colonia y Aquisgrán ocupan superficies enormes. En febrero, Microsoft anunció una inversión de 3.400 millones de dólares para construir enormes centros de datos en los espacios liberados.

Por otro lado, numerosos informes recientes explican por qué no debemos subestimar a la economía alemana. Las compañías de ingeniería mecánica del país batieron en 2023 un nuevo récord de exportaciones, con un crecimiento del 5,9%. Entre otros factores, unos precios superiores contribuyeron a este éxito y demuestran el poder de fijación de precios de esta industria.

En 2023, la inversión directa alemana en China alcanzó un nivel récord de 11.900 millones de euros. En la ciudad de Taicang (cerca de Shangái) por sí sola, se establecieron 25 nuevas empresas alemanas en 2023, y ya son 500 las empresas operando en esta ciudad, casi todas con instalaciones de producción. Jürgen Matthes, del Instituto Económico Alemán (IW), afirma que “se trata de un nuevo récord, después de las cifras ya elevadas de los dos años anteriores”. China también fue en 2023 el mayor socio comercial de Alemania, con 253.000 millones de euros, justo por delante de Estados Unidos con 252.300 millones.

Alemania ha superado a Japón y se ha convertido en la tercera economía más grande del mundo. El producto interior bruto (PIB) de Alemania ha alcanzado los 4,46 billones de dólares, frente a los 4,21 billones de Japón. Aunque a Alemania no le ayuda que a Japón le vaya aún peor, al menos esta comparación muestra que no es el único país importante que se enfrenta a grandes desafíos y que, aun así, le va mejor que a otros países.

Si miramos a nivel de empresas individuales, encontramos numerosos hechos que confirman como falsa la hipótesis del hundimiento del barco. Aquí mostramos una pequeña selección. Por ejemplo, Tesla, Intel, TSMC, Northvolt y fabricantes chinos de baterías como CATL o S-Volt ya han hecho o anunciado inversiones por valor de más de 60.000 millones de euros en Alemania. Las empresas chinas muestran un gran interés por las oportunidades de inversión en el país.

Apple tiene 767 proveedores en Alemania, la mayoría de ellos de tamaño mediano, denominados paladines escondidos. Las cámaras de combustión de los cohetes SpaceX se fabrican con los sistemas de una pequeña empresa alemana llamada MK Technology.

Los componentes clave de los llamados sistemas de litografía ultravioleta extrema (EUV) de ASML son el láser de la firma Trumpf y la óptica de Carl Zeiss. El ecosistema empresarial ASML-Trumpf-Zeiss tiene prácticamente un monopolio global. Los sistemas EUV no deben venderse a China, por el bloqueo de la guerra comercial iniciado por EE UU.

Mercedes es líder en conducción autónoma, por delante de Tesla. Alemania es el primer país con certificación de nivel 3 para la conducción autónoma. Mercedes ha recibido recientemente esta certificación también para California y Nevada. Según el último estudio de Fortune (febrero), BMW es una de las empresas más admiradas del mundo.

Nueve marcas alemanas se encuentran entre las 100 principales del mundo (estudio Interbrand 2024), incluidas Deutsche Telekom, Allianz y SAP. Solo EE UU y China tienen más marcas dentro de este top 100. Los paladines escondidos de Alemania son líderes en cientos de mercados globales y funcionan a un altísimo rendimiento.

Como conclusión, a pesar de las malas cifras actuales, seguimos siendo optimistas sobre el funcionamiento de las empresas alemanas y su capacidad para superar esta fase de destrucción creativa. Por supuesto, la política desempeña un papel central para superar esta fase. No se trata tanto de promover incentivos económicos públicos como de eliminar obstáculos burocráticos. Volveremos a ver a la locomotora alemana contribuyendo a la riqueza de Europa y, especialmente, de España.

Hermann Simon / Miguel Afán de Ribera son fundador y presidente honorario / socio de la consultora Simon-Kucher

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