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Francisco Blanch (Bank of America): “Biden ha hecho más por bajar la inflación que Powell en la Fed”

El responsable de materias primas del banco estadounidense cree que tras las elecciones de EE UU supondrá un cambio de tendencia en la política internacional

Francisco Blanch,  jefe global de materias primas y derivados de Bank of America./Pablo Monge.
Francisco Blanch, jefe global de materias primas y derivados de Bank of America./Pablo Monge.Pablo Monge
Laura Salces

Francisco Blanch es una de las voces españolas que mejor conoce los entresijos de la coyuntura energética mundial. El responsable de materias primas y derivados de Bank of America regresó a Madrid en 2022 tras décadas trabajando fuera, pero reconoce que los compromisos con sus clientes le llevan a pasar mucho tiempo en aviones y que, en los últimos tres meses y medio, ha estado solo un par de semanas en Madrid. Considera que el resultado de las elecciones estadounidenses marcará la evolución de la geopolítica y los precios energéticos, y que el oro seguirá al alza por el empuje de los bancos centrales.

El repunte de la escalada bélica en Oriente Próximo está pasando de puntillas por el precio de las materias primas energéticas

Si no hay una interrupción física de los flujos energéticos, como vimos en Rusia, donde se cortó el suministro de gas, el precio no va a subir. El precio de las materias primas, a diferencia de la Bolsa o de los bonos, no anticipa lo que va a pasar, solo refleja la demanda de hoy y si la oferta sigue siendo suficiente, no reacciona. Si no hay ninguna interrupción del flujo de petróleo iraní no habrá ningún problema para el mercado, que ya se está moviendo hacia un superávit de producción tras el déficit de los últimos dos años generado por la restricción de la OPEP para contrarrestar la ola de producción que ha incentivado la Casa Blanca en los dos últimos años. Lo más probable es que si no pasa nada, los precios sigan en los niveles actuales o caigan.

La respuesta de Israel a Irán se ha demorado ante la cercanía de las elecciones en EE UU. ¿Qué pasará a partir después?

El día 6 de noviembre para mí es un día importante porque entra en escena la geoestrategia. Será el momento para ver si se va a seguir permitiendo que Irán produzca 1,7 millones de barriles al día y que en Venezuela trabajen productores internacionales como Chevron. Hasta ahora la política económica ha tenido prioridad frente a la política exterior. Para 2025 no vamos a ver un fuerte choque de oferta en el mercado energético, pero no va a estar a un nivel tan relajado como el mercado se piensa. Tenemos una estimación de 75 dólares el barril para el año que viene, en línea con el precio actual, pese a que el mercado ha estado posicionándose en precios de entre 50 y 60 dólares. Si el petróleo venezolano y el iraní siguen entrando en el mercado, es posible que nos vayamos a niveles de 50 dólares, pero no creo que esos barriles vayan a estar ahí.

¿Qué papel ha tenido EE UU en la moderación de los precios energéticos?

En 2022 Joe Biden tuvo que elegir entre reducir la oferta energética o provocar un choque de oferta positivo con el que bajar precios sin provocar una recesión. Hizo lo segundo, primero abriendo las reservas estratégicas y después aumentando muchísimo la producción de petróleo y gas en EE UU. Al mismo tiempo, ha llevado a cabo una política internacional bastante relajada en cuanto a sanciones, como con Venezuela, Irán o incluso en Rusia. Todo esto ha provocado que al final la inflación haya caído. Biden ha hecho más para bajar la inflación al lograr bajar los precios energéticos que lo que ha hecho Powell desde la Fed.

El conflicto entre los países árabes e Israel ha dejado en un segundo plano la guerra entre Rusia y Ucrania, pero su impacto sigue muy presente.

La guerra de Ucrania ha deshecho la industria alemana, que al perder el gas ruso y haber visto encarecerse tanto la energía no ha podido rehacerse. La eurozona ha sido con diferencia la región más impactada por la crisis energética. En los últimos dos años se ha producido una caída permanente de la demanda eléctrica, lo puedes llamar eficiencia energética, pero en realidad ha sido una destrucción de la demanda porque muchas fábricas con un alto contenido energético, de sectores como el aluminio o el acero, han cerrado sus puertas para no volver a Europa. Trump ya ha anunciado cuál es su postura sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. Si acaba será algo negativo para los precios del petróleo, el gas y el carbón, porque probablemente permita que haya más oferta energética en el mercado.

¿Qué podemos esperar de China y la posible guerra comercial?

La posible guerra comercial de EE UU y China será negativa para los precios y positiva para el consumidor. Si gana Trump será una guerra comercial más abierta y si vence Harris, más acotada. Trump ya ha dicho que va a rehacer el orden comercial mundial con aranceles muy elevados, que tendrán un gran impacto negativo en la economía mundial, aunque es cierto que en otro tiempo ha usado este tipo de argumento en sus negociaciones.

Se empieza a hablar de la burbuja del déficit...

Me preocupa el tema fiscal. Quiero conocer cuáles van a ser al final las estrategias fiscales de ambos candidatos y si va a haber realmente una contracción en el déficit presupuestario. Si al final el déficit fiscal de EE UU sigue desbocado nos acabaremos yendo al modelo latinoamericano de crecimiento.

El oro está siendo el gran activo de 2024, con una subida que roza el 33%. ¿Hasta dónde va a llegar?

Nuestro escenario central sitúa al oro en los 3.000 dólares la onza el próximo año. Para este año habíamos previsto 2.400 y cotiza ya en 2.700 dólares. El mercado se mueve a impulsos. En un primer momento primó el buy the dip, pero ha pasado a ser una estrategia de FOMO (Fear Missing Out): él está comprando, el otro compra y yo tengo comprar también. Pero además también se suma otro concepto, el TINA (no hay alternativa -there’s no alternative, en inglés-).

¿Qué papel tienen los bancos centrales en este rally?

Los bancos centrales son los artífices de esta subida, dado que han pasado de comprar entre 300 y 500 toneladas anuales a más de 1.000 toneladas anuales. En el mercado del oro se producen 3.500 toneladas anuales y los bancos centrales han pasado de comprar el 10% a un 30%. En 2022 se produjo un punto de inflexión en el mercado, cuando Europa y Estados Unidos decidieron congelar los activos del banco central ruso. Los bancos centrales vieron como los activos más seguros del mercado, como el bono americano, podían ser congelados al momento y decidieron que en vez de comprar más o menos bonos europeos o los americanos, compraban oro. La cotización del oro no está pendiente del mercado de tipos de interés, cuando históricamente era un conductor importante de su precio.

¿Qué riesgos bajistas hay para el oro?

El principal riesgo bajista puede ser el fin de la guerra de Ucrania y que los activos del Banco de Rusia que están congelados se devuelvan a Rusia. Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el país con más cabezas nucleares del planeta. No hay ningún país del mundo que tenga más poder duro (hard power) que él, pero se le congelaron los activos. Si estos activos se devuelven a Rusia, el resto de bancos centrales tendrá que revaluar su estrategia, pero creo que la actual fractura geopolítica global seguirá animando la compra de oro por parte de los bancos centrales.

Sobre la firma

Laura Salces
Es jefa de sección de Mercados/Inversión de Cinco Días, donde ha ejercido la mayor parte de su trayectoria profesional. Entre 2017 y 2020 coordinó también la sección de Economía y previamente estuvo especializada en empresas turísticas.
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