Nuevas subidas en Bolsa para 2025: los ‘felices años veinte’ continúan según UBS
Los máximos bursátiles no inquietan al banco suizo: pronostica que el S&P 500 cerrará el año próximo en los 6.600 puntos, más de un 10% por encima de sus niveles actuales
Pocas veces en la historia la evolución de los mercados financieros se ha alejado de un modo tan profundo de eventos con tanto potencial de destrucción. En la década de la pandemia, los confinamientos, las guerras en Europa del Este y Oriente Medio, y las subidas de tipos de interés aceleradas de los bancos centrales, el dinero no ha dejado de fluir y fluir hacia las Bolsas. Algunos verán en ello algo de exuberancia irracional, otros, simples matemáticas respaldadas por los resultados. Como señala UBS en un informe publicado este jueves, desde principios de la década de 2020, los mercados bursátiles mundiales han subido aproximadamente un 50%, pero también lo ha hecho la macro, el PIB nominal estadounidense ha aumentado más del 30%, y los beneficios de las empresas estadounidenses han crecido casi un 70%. Pese al arreón, que ha colocado las Bolsas en máximos históricos y alentado las dudas sobre si no se estará gestando una burbuja, los analistas del banco suizo no ven señales de agotamiento, y auguran que el S&P 500, el principal índice de EE UU, cerrará 2025 en los 6.600 puntos, más de un 10% por encima de las cotas actuales.
El texto, bajo el título: 2025 y más allá. La siguiente fase de los locos años 2020, basa su optimismo en varios factores. Por un lado, los recortes de tipos de interés por parte de los bancos centrales continuarán el año próximo, haciendo caer los rendimientos de depósitos y letras del Tesoro, empujando a los inversores hacia activos de más riesgo. Por otro, el auge de la inteligencia artificial, a la que UBS califica como “la oportunidad de inversión de la década”, tanto en las cotizadas como en las que no han dado el salto a los parqués, actuará como un catalizador. También ve oportunidades en las empresas de energía, en pleno aumento de la demanda de electricidad. “Los mercados se verán impulsados por la caída de los tipos de interés, un sólido crecimiento económico e innovaciones transformadoras”, resumen.
Fuera de Estados Unidos, apuestan por acciones de pequeña y mediana capitalización en Europa —al Eurostoxx 50 le dan muy poco recorrido, hasta los 4.900 puntos al cierre de 2025—, y ven potencial en las compañías suizas de alta calidad que reparten dividendo. Además, recomiendan diversificar en acciones asiáticas, exceptuando Japón. “Es menos probable que las exportaciones de Corea del Sur y Taiwán, cruciales para las cadenas de suministro globales [por incluir dispositivos claves como los chips], se vean afectadas por los aranceles debido a su naturaleza no sustituible”, explican. La India, el país más poblado del mundo “ofrece una historia crecimiento doméstico convincente”, y en cuanto a China, estiman que brillarán las firmas de internet, que se beneficiarían más de las medidas de estímulo. Sudáfrica es otro país al que atribuyen potencial por varios motivos: un nuevo gobierno en la senda correcta, exposición al oro, bajadas de tipos, y valoraciones atractivas en su sector bancario.
El factor Trump: dos escenarios
Mediada la década, sin embargo, se presenta un nuevo punto de incertidumbre en la victoria de Donald Trump. Y ahí Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth Management, ve dos posibles caminos. “Una pregunta clave es si el cambio político estadounidense extenderá o pondrá fin a los locos años veinte. El escenario positivo implicaría menores impuestos, desregulación y acuerdos comerciales, lo que se sumaría a una narrativa positiva del mercado basada en un crecimiento sólido e inversión continua en inteligencia artificial. El escenario de riesgo es que los aranceles comerciales, los déficits fiscales excesivos y los conflictos geopolíticos contribuirán a una mayor inflación, un crecimiento más débil y más volatilidad en el mercado”.
Paul Donovan, economista jefe de UBS, sintetiza en dos, aranceles y deportaciones, los grandes riesgos económicos que plantea la Administración Trump. Según su diagnóstico, ambos pueden generar inflación: la imposición de tasas extra a los productos de otros países haría aumentar los precios en Estados Unidos. Mientras que las expulsiones masivas de inmigrantes podrían crear falta de mano de obra, encareciendo los salarios ante la competencia por captar trabajadores.
Sin embargo, en su escenario central, Donovan cree que la sangre no llegará al río. Al menos en la cuestión comercial: apuesta por que Trump se decantará finalmente por imponer aranceles bilaterales y no generalizados, ante el temor de que un repunte de la inflación, con sus consiguientes subidas de tipos, provoque turbulencias en los mercados. “Si se mira primer mandato, solía ser muy sensible a las reacciones del mercado”, recuerda. También pone el acento en el cálculo de cómo esos aranceles se trasladarían a la cesta de la compra: aplicar un 10% a un producto no significaría un encarecimiento automático del 10%, porque solo se carga al bien, y no al resto de costes, como el transporte.
Dólar “sobrevalorado”, oro hacia nuevos máximos
En el mercado de divisas, UBS ve probable que los recortes de impuestos, los controles de inmigración y los aranceles respalden al dólar a corto plazo, pero estiman que el billete verde se encuentra ahora mismo “sobrevalorado”, y vaticinan que en diciembre de 2025 se moverá en 1,12 dólares por euro [actualmente la moneda única cotiza en 1,05 dólares]. En el resto de activos, espera que el oro alcance nuevos máximos, anticipa precios más altos para los metales que se utilizan en la transición ecológica, como el cobre, el litio y el níquel. Y ve perspectivas favorables para el sector inmobiliario residencial y comercial global por la escasez de oferta y el aumento de la demanda.
Para el petróleo, UBS señala que la intención de Trump de facilitar la exploración y perforación podría rebajar los precios al hacer crecer la oferta, aunque con matices: las ingentes inversiones que requiere encontrar y extraer crudo pueden llevar a ciertas compañías del sector a pensárselo dos veces, teniendo en cuenta que el mandato de Trump es de cuatro años, y luego puede llegar a la Casa Blanca un inquilino menos favorable a estas prácticas. Por eso, pese a la victoria del republicano, sus perspectivas apuntan a que el sólido crecimiento económico, los recortes de tipos y las medidas de estímulo fiscal deberían aumentar moderadamente la demanda de petróleo, y los precios la acompañarían.