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La banca de Estados Unidos se repone del susto de Silicon Valley Bank gracias a los resultados y las expectativas de un aterrizaje suave

El índice que agrupa a las 24 mayores entidades se anota un 27% en año y toca máximos de marzo de 2022

Sucursal de First Republic. Getty Images
Sucursal de First Republic. Getty ImagesSpencer Platt (Getty Images)
Gema Escribano

Unos resultados mejor de lo esperado y las expectativas de que la Reserva Federal logre bajar la inflación sin que nada se rompa han servido de catalizador para que la banca prolongue el rally. Coincidiendo con la presentación de las cifras del tercer trimestre, el índice que agrupa a las 24 mayores entidades de EE UU ha seguido subiendo: se anota un 27% en el año y ronda ya máximos de marzo de 2022. Es decir, da por superada la crisis generada por la caída de Silicon Valley Bank. En marzo de 2023, la elevada concentración de deuda en los balances y una regulación más laxa entre las entidades regionales despertó los fantasmas de la crisis financiera.

Aunque curar la herida llevó su tiempo (Signature Bank y First Republic se sumaron a la lista de entidades intervenidas) y requirió de medidas extraordinarias, la banca estadounidense ha logrado sobreponerse y respira algo más aliviada. Incluso las entidades domésticas, que eran las que acumulaban los mayores desequilibrios, consiguen sumarse a esta corriente. El índice de la banca regional sube un 7% en 2024 y, además de decir adiós a las pérdidas del pasado ejercicio (-4%), en las últimas jornadas ha regresado a los niveles previos a la caída de la entidad californiana.

Con la Reserva Federal poniendo rumbo a la flexibilización monetaria, la era de los beneficios récord ha llegado a su fin. Las cuentas del tercer trimestre son un buen reflejo. Todavía es pronto para cuantificar el impacto de la rebaja del precio del dinero (la Fed acometió la primera reducción el 18 de septiembre), pero los bancos ya empiezan a sentir los primeros efectos. El 11 de octubre, JP Morgan y Wells Fargo dieron el pistoletazo de salida a la campaña del tercer trimestre. Aunque sus beneficios cayeron un 2% y un 11%, respectivamente, sus resultados superaron las expectativas: JP Morgan ganó 12.900 millones de dólares, por encima de los 12.100 millones que esperaba el mercado, mientras Wells Fargo logró 5.100 millones, superior a los 4.500 millones que anticipaba el mercado. A ellos se suma Bank of America, que consiguió un beneficio neto de 20.467 millones de dólares, un 12,4% menos que un año anterior, frente a la caída del 22% que preveían los analistas. Como contraposición a estos recortes, Goldman Sachs comunicó una ganancia de 9.604 millones en los nueve primeros meses del año, un 59% más que un año antes. Este crecimiento se explica porque la entidad está más centrada en la banca de inversión y es menos sensible a los cambios en las tasas.

Los inversores ven estos datos como una señal más de que Jerome Powell está logrando el objetivo de un aterrizaje suave. Es decir, bajar la inflación hacia el objetivo del 2% sin provocar una recesión. En septiembre, último mes del que se disponen datos, la tasa cayó al 2,4%, el nivel más bajo desde febrero de 2021, mientras la economía y el mercado laboral sigue mostrando resiliencia. En el tercer trimestre, la economía americana se expandió un 2,8%. Aunque el informe se situó por debajo del 2,9% que esperaban el consenso, Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro, considera que los datos reafirman que la economía estadounidense se mantiene en una base sólida. “Los inversores deben alegrarse de que los datos económicos sean sólidos, aunque eso signifique que la Fed reduzca los tipos más despacio de lo esperado. Es mucho mejor tener una economía fuerte y unos beneficios que impulsen al alza las acciones que las esperanzas de una política monetaria más relajada por parte de la Reserva Federal”, remarca el experto.

Este optimismo es compartido por los responsables de la banca estadounidense. Durante la presentación de resultados, Jeremy Barnum, director financiero de JP Morgan, apuntó que las ganancias registradas se mantienen en línea con la narrativa de un aterrizaje suave o no aterrizaje. Por su parte, el director ejecutivo de Wells Fargo, Charlie Scharf, aseguró que, aunque el gasto de los consumidores está disminuyendo, continúa siendo saludable. La subida agresiva de los tipos ejecutada por la Fed (525 puntos básicos en año y medio) fue el viento de cola que impulso los ingresos y cotizaciones de la banca de EE UU. Con la rebaja de las tasas los ingresos que obtienen las entidades por los préstamos se reducen, pero a cambio las entidades verán como el coste de los depósitos disminuye. Esto es especialmente importante en la banca regional estadounidense, que en el año pasado enfrentó problemas para devolver los depósitos ante la subida del precio del dinero.

Banca EE UU SVB Gráfico

La banca regional, algo más débil

La situación es más delicada para la banca regional. Aunque las entidades locales han mejorado sus ingresos, los analistas de Bloomberg señalan que podrían enfrentar dificultades para mantener esta tendencia a medida que la Fed rebaje las tasas. De acuerdo con las informaciones avanzadas en la última campaña, estas están viendo como el crecimiento de los préstamos está registrando un comportamiento más plano. A pesar de todo, el departamento de análisis de Citi se muestra optimista y aconseja aumentar la exposición a ellas. “Seguimos siendo constructivos con respecto al sector bancario regional porque las preocupaciones crediticias son limitadas”, remarcan.

Antonio Castelo, analista de iBroker, se muestra más prudente, aunque reconoce que la rápida actuación de los reguladores ayudó a contener el contagio. “Más de año y medio después la situación crítica parece superada, pero cabe recordar que la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos ya advirtió que se deberían adoptar una serie de cambios normativos, cambios que todavía no han llegado”, remarca. Uno de los sectores más sensibles al resultado de las elecciones es el financiero. “Si Kamala Harris gana, es probable que continúe con el proceso de políticas regulatorias más estrictas anunciadas por la Administración Biden, enfocadas en una supervisión más rigurosa del sector financiero”, destaca Castelo. Aunque en el corto plazo esto podría traducirse en un aumento de los costes para cumplir las exigencias, a largo plazo aportaría una mayor estabilidad. Según lo adelantado por la Fed, la gran banca (Bank of America, Goldman Sachs, Citigroup, Wells Fargo y JPMorgan) experimentará un aumento del 9% en los requisitos de capital. “Eso significa menos dinero para pasar a los accionistas a través de recompras de acciones o dividendos”, destacan en iBroker. Unas exigencias que se podrían aplazar si gana Trump, dado que una de las características del programa económico del republicano es la menor regulación.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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