El cambio de agujas en los tipos debilita el euro, pero los analistas limitan su recorrido y efectos
La brecha de tipos con EE UU se ampliará este año, pero los analistas aún no vislumbran la paridad. El yen ya sufre la presión de un dólar fuerte y apunta a una intervención del Banco de Japón esta semana
La nueva realidad que se abre paso para los tipos de interés en Estados Unidos este año está poniendo patas arriba el mercado de deuda y también el de divisas. La expectativa de una primera rebaja de tipos en EE UU en junio se ha evaporado, y el mercado duda de que la Fed vaya a recortar el precio del dinero este año, ante una inflación que no termina de moderarse y un creciente riesgo geopolítico. Incluso los futuros conceden hasta un 20% de probabilidades a una subida. La brecha entre el nivel de tipos de interés en EE UU respecto al resto de economías promete ensancharse en los próximos meses, como ya reflejan las rentabilidades de los bonos, lo que está inyectando presión sobre el euro, y especialmente, sobre el yen.
Un retraso en el cambio de agujas de la Fed augura un euro más débil, pues el recorte de tasas en junio por parte del BCE se da casi por hecho, y aunque está en duda la senda posterior de descensos, el mercado descuenta al menos tres recortes en 2024. Así, el euro ya se ha depreciado frente al dólar en lo que va de año casi el 3%, y este miércoles retrocedía por debajo de los 1,07 dólares, a niveles del pasado noviembre. Los analistas coinciden en que la divisa europea podría depreciarse aún más a medida que cristalicen las perspectivas sobre la política monetaria. La posibilidad de que se acerque a la paridad (un dólar igual a un euro) está ahí, aunque no es el escenario que prevén los expertos.
Themos Fiotakis, responsable global de divisas de Barclays, prevé que el euro se deprecie hacia los 1,05 dólares en los próximos meses. “Aunque falta mucho para llegar a la paridad y probablemente hará falta mucha más presión; esperamos que el euro siga depreciándose frente al dólar a medida que las políticas monetarias se vayan distanciando. El mercado no está descontando plenamente esta divergencia”, explica. Apunta a la pérdida de valor de la divisa , pero no cree que el tipo de cambio vaya a ser motivo de especial inquietud para el BCE en su objetivo de dirigir la inflación al 2%. “Habría que ver una debilidad mucho mayor de los tipos de cambio en una serie de divisas de referencia para poder inferir riesgos inflacionistas significativos en este momento”, añade.
Olivia Álvarez afirma, desde AFI, que “el tipo de cambio efectivo del euro con las principales divisas con las que comercia la zona euro está equilibrado”. Ese cruce con un número amplio de divisas es el que da la medida del coste de las importaciones y el que vigila el BCE. Daniel Tobon, estratega jefe de divisas de Citi, tampoco ve en estos momentos riesgos inflacionistas para la zona euro a causa de la depreciación de su divisa. “La cesta ponderada de divisas en las relaciones comerciales, que es la que tiene más peso sobre la inflación, no se ha depreciado frente al euro, que de hecho se ha mostrado resistente frente a otras divisas como la libra, el franco suizo, el yuan o el yen”, señala.
La previsión de Citi de cruce del euro frente al dólar sí es en cambio más pesimista, de 1,02 dólares en un horizonte de 6 a 12 meses. “No esperamos la paridad pero sí la vemos como una posibilidad en la parte final del año, especialmente cuando el mercado ponga el foco en las elecciones en EE UU, que pensamos pueden ser un factor positivo para el dólar”, advierte Tobon. La pelota, en todo caso, está en el tejado de la Fed. “Hay bastantes probabilidades de que la Fed no suavice en absoluto su política este año. En la actualidad, otorgamos una probabilidad del 40% a este escenario, un riesgo que, en nuestra opinión, está siendo infravalorado por el mercado. Y si la inflación comienza a acelerarse, la próxima medida del Comité podría no ser un recorte, sino una subida”, resume George Brown, economista senior de Estados Unidos, Schroders.
Importaciones y otras divisas
Pese a que la debilidad para el euro encarecerá el coste de las importaciones, en especial de la energía, los analistas no ven un foco de tensión inflacionista capaz de cambiar el escenario para la economía europea y el BCE. Sobre todo porque el euro, si bien flojea contra el dólar, no lo hace frente a otras divisas con las que la zona euro tiene una intensa relación comercial. El yen, de hecho, se ha depreciado a mínimos de 1990 y retrocede en lo que va de año frente al dólar el 9%. El giro histórico en la política monetaria del Banco de Japón, que en marzo subió tipos al 0,1%, de nada ha servido para apreciar al yen, cada vez más débil a medida que se reducen las opciones de recorte de tipos por parte de la Fed. Esa debilidad ha disparado estos días los rumores de intervención por parte de las autoridades japonesas y eleva al máximo la presión sobre la reunión que celebra este jueves y viernes el Banco de Japón.
Japón ya intervino para proteger su divisa entre septiembre y octubre de 2022, con compras por alrededor de 60.000 millones de dólares cuando el yen se cambiaba a entre 146 y 152 yenes por dólar. Ahora cotiza en los 154, y en el mercado se especula con los 160 como la línea roja a partir de la que activar una intervención. Los rumores de medidas monetarias en apoyo de su divisa también se extienden a Corea del Sur. Y prueba fehaciente de la presión que el alza del dólar ejerce sobre las divisas asiáticas es la decisión que ha tomado este miércoles el Banco Central de Indonesia, que ha elevado por sorpresa los tipos en apoyo de la rupia.
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