El Ibex sube el 22,7% en su mejor año desde 2009
El selectivo cierra en los 10.102,1, aupado en este ejercicio por Inditex y la banca, y se suma a la fiesta anticipada con la que Bolsa y deuda celebran ya las bajadas de tipos del próximo año
Los mercados han dado carpetazo a 2023 con fuertes subidas gracias al rally emprendido por renta variable y deuda desde mediados de octubre ante el optimismo desatado ante futuras bajadas de los tipos de interés de los bancos centrales el próximo año. Unas ganancias que permiten además borrar en buena parte las fuertes caídas registradas en todo tipo de activos de inversión un año antes, justo cuando empezó la andanada de alzas del precio del dinero.
El índice bursátil S&P 500 ha avanzado casi el 24%, al filo de récord histórico, y la subida supera el 43% en el Nasdaq Composite –su mayor registro desde 2020 y cerca del récord de ganancia de 2003 en plena fiebre puntocom–, donde el tirón de los llamados Siete Magníficos – Apple, Amazon, Alphabet, Microsoft, Nvidia, Meta y Tesla– ha eclipsado el comportamiento de cualquier otro activo en 2023. Desde Norbolsa recuerdan que el S&P 500 “sin estas compañías habría registrado una subida del 11%, más en línea con la Bolsa europea. Estas compañías han tirado de los sectores de tecnología y servicios de comunicación, revertiendo el fuerte castigo de 2022, una vez que se ve el pico en los tipos y descontando el potencial de los nuevos desarrollos de la inteligencia artificial”.
En Europa, el Stoxx 600 se revaloriza casi el 13% en el año, mientras que el MSCI Emerging Markets pierde el 22,3%, penalizado por las dudas sobre la economía china que han pesado sobre sus Bolsas. Así, el Hang Seng y el CSI 300 son de los pocos selectivos que caen en el año, con recortes del 13,8% y del 11,3%, respectivamente.
Este ha sido otro año más cargado de episodios de volatilidad, aunque con final feliz. En marzo el colapso del estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) hizo temblar al sistema financiero estadounidense y tuvo su repercusión en Europa con el colapso de Credit Suisse.
La reacción de los bancos centrales otorgando liquidez al sistema para evitar el seísmos financieros aplacó las dudas. Si bien, la solución dada por Suiza al maltrecho Credit Suisse –adquirido in extremis por UBS– hizo temblar temporalmente los cimientos del mercado de deuda al dejar a cero el valor de los bonos contingentes convertibles (cocos) de la entidad por más de 16.000 millones de euros. En cambio, los accionistas recibían 3.000 millones, rompiendo así el orden de prelación de pérdidas asumido por todo el sector hasta entonces en caso de quiebra bancaria.
El colapso de SVB y Credit Suisse fue un claro aviso de cómo las fuertes subidas de tipos podían llegar a romper las costuras del sistema financiero. Una vez superado el temblor, el lento pero continuado descenso de la inflación tanto en Estados Unidos como en la zona euro, sumado a unas economías que poco a poco han aflojado –de forma más notable en Europa – han permitido a los bancos centrales poner fin a las subidas de las tasas rectoras. Después de un endurecimiento monetario insólito, la inflación ha dejado de ser una amenaza. La Fed fue la primera en poner fin a la racha de imparables alzas de tipos. Los elevó por última vez en julio, hasta el 5,25%-5,5%, su nivel más alto en 22 años.
El BCE puso el freno en septiembre, momento en el que situó los tipos en el 4,5%, el nivel más alto desde 2001. Pero el mercado aún tardaría un poco más en dar por finalizado el ciclo de subidas del precio del dinero y el bono estadounidense llegó a trepar al 5%, máximos de 2007, sembrando nuevamente de dudas las Bolsas. No ha sido hasta finales de octubre, cuando quedó confirmada la pausa en las alzas de tipos y la tendencia a la baja de inflación, cuando se ha desatado la expectativa de fuertes bajadas de tipos en 2024. El rally en la deuda y la Bolsa ya casi ha consumido buena parte del potencial estimado por los analistas para el próximo año. Al cierre del año, los futuros sobre tipos de interés están apuntando a una rebaja del precio del dinero en Estados Unidos y Reino Unido de 150 puntos básicos durante 2024, el doble de los 75 puntos básicos avanzados por la Fed en su reunión de diciembre. Y para la zona euro, la apuesta es aún más rotunda, de una bajada de 175 puntos básicos a lo largo del próximo año,
Renta variable
El impulso del sector bancario, sólido pese a vislumbrase el final de las alzas de tipos, ha ejercido de revulsivo para que el Ibex lograra por fin superar los niveles prepandemia y cierre el año en los 10.102,1 puntos. El índice escala en 2023 un 22,7% y logra su mejor registro desde 2009, liderando además los avances entre las Bolsas europeas, solo por detrás del Mib italiano (28%). El sectorial bancario del Ibex avanza un 27,7% en el año, el mejor registro desde su creación en 2016. BBVA lidera las alzas con un 46%, seguido por Santander (34,8%).
Por valores Rovi, con un repunte del 67%, e Inditex (60,6%) son los protagonistas indiscutibles. El gigante fundado por Amancio Ortega ha marcado nuevos máximos históricos este año y sigue contando con el favor del mercado. Es el valor que más ha contribuido con su subida a la revalorización del Ibex.
Frente a ellos Acciona y su filial de energías limpias, Acciona Energía, ejercen de farolillos rojos al retroceder más del 22% ambos al verse penalizados por el encarecimiento del coste de financiación. El buen hacer de Inditex también se ha visto reflejado en el resto del sector retail en Europa, que con un repunte del 34,4% ha liderado las ganancias en el año. Le siguen las empresas tecnológicas, con un avance del 32%.
Las empresas de alimentación y bebidas junto con las de materiales básicos han sido por contra las más rezagadas al caer un 6,5%. Entre los valores más destacados del año, la farmacéutica danesa Novo Nordisk escala un 48% tras protagonizar junto con LVMH la batalla por ascender al trono de empresa europea más valiosa gracias a su fármaco para adelgazar Wegovy.
La marcha de la Bolsa ha estado en cualquier caso marcada a fuego por el rumbo de los bonos, que han registrado una fuerte volatilidad. Para muestra, el bono de Estados Unidos a una década arrancó el año con una rentabilidad del 3,5%, encendió todas las alarmas al alcanzar el 5% y cierra el año en el 3,85%. Un comportamiento que tiene su réplica en el bono español a 10 años, que tras llegar a superar el 4% se sitúa en el 2,9% y en el resto de bonos soberanos, tanto en las referencias más largas como en las más cortas, beneficiando a los fondos de renta fija que han logrado elevados rendimientos. Pese a la volatilidad, las primas de riesgo han estado contenidas y la española cierra el año en los 96 puntos básicos, habiendo encajado sin apuros las alzas de tipos y el ruido político en España.
La escalada de los tipos de interés por parte de la Fed y el BCE había puesto fin a comienzos de año a la deuda en negativo, una anomalía impulsada por las ingentes compras de deuda realizadas por los bancos centrales, que implicaba que, lejos de recibir un dinero por comprar un bono, los emisores llegaron a pagar por él. Una situación que ha dado un giro y a cierre de año más del 60% de la deuda global cotiza ya por encima del 3%. “2023, como el año anterior, ha estado muy marcado por el comportamiento de tipos a largo, pero en el ejercicio, especialmente en el último tirón de mercado, recogemos la expectativa de haber hecho techo en tipos a largo, con la confianza en el proceso de desinflación en marcha. La resiliencia económica, especialmente de EE UU también ha sido un factor de apoyo, que ha permitido sostener los beneficios empresariales”, explican desde Norbolsa.
Desde Bankinter estiman que “es probable que principios de año se corresponda con una fase de consolidación, ritmo lento y reajuste” tanto en Bolsa como en deuda.
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