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Incertidumbre en el sector eólico, uno de los motores económicos de Navarra

La competencia china y los cambios regulatorios debilitan una industria que genera el 5% del PIB regional. El Ejecutivo foral ha autorizado la construcción de otros 34 parques renovables

Aerogeneradores en la sierra del Perdón, en Navarra.
Aerogeneradores en la sierra del Perdón, en Navarra.Asunción Idoate Iribarren (Getty Images)

Cuando en 1994 comenzaron a ­girar las aspas de los seis primeros aerogeneradores instalados cerca de Pamplona, pocos podían imaginar lo que aquello significaría para Navarra. Han pasado 30 años de aquel hito, y hoy las cifras abruman: en la región ya se produce más energía renovable que la procedente de fuentes fósiles –gracias al tirón de la eólica y sus 1.500 megavatios (MW) de potencia instalados allí–, y el objetivo es alcanzar el 100% en 2030. Pero hay mucho más: la comunidad foral cuenta con una red de 110 empresas que facilitan el 10% del empleo industrial; el sector factura cada año 4.500 millones de euros, lo que supone el 5% del PIB regional, y se ha convertido en el segundo mayor exportador del territorio.

Estos mimbres han convertido a Navarra en una referencia mundial en el ámbito de las renovables. No obstante, este panorama oculta una paradoja: pese a que los objetivos de crecimiento son ambiciosos, el sector se enfrenta a una situación muy delicada debido a la caída de su facturación y rentabilidad.

La región cuenta con 60 parques eólicos, 1.298 aerogeneradores y 22 centros industriales vinculados

El objetivo de la Comisión Europea es alcanzar el 42,5% de producción limpia en la Unión Europea en seis años, lo que implica duplicar el actual ritmo de instalaciones. Para conseguir esa meta, la solución más rápida pasa por importar equipamientos más baratos, muchos procedentes de China. “Nos jugamos la generación de valor local e independencia energética, aspectos estratégicos para Navarra”, advierte la presidenta del clúster de energías renovables de Navarra (Enercluster), Ana Goyén.

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Mayor peso de Europa

Consciente del papel clave que juega esta industria en el desarrollo económico de la región, el Gobierno foral ya ha trasladado a Bruselas su preocupación. “Estamos volcados en convencer a la Unión Europea de que debemos de reorientar la política industrial si queremos que la transición energética sea made in Europe”, sostiene su consejero de Industria y Transición Ecológica y Digital Empresarial, Mikel Irujo.

Coincide con este diagnóstico el director de políticas energéticas y cambio climático de la Asociación Empresarial Eólica, Heikki Willstedt, quien lamenta la “incertidumbre” que vive el sector debido también “a decisiones judiciales o por cambios fiscales y regulatorios”.

Empresas punteras

En estos momentos, la comunidad foral cuenta con 60 parques eólicos y 1.298 aerogeneradores, además de 22 centros industriales vinculados a esta actividad. Este denso tejido industrial incluye una gran operadora de energía renovable, Acciona Energía, y dos grandes fabricantes de equipos originales como Nordex-Acciona Windpower y Siemens Gamesa. Esta compañía se encuentra inmersa en una negociación para afrontar un nuevo ajuste de plantilla, que puede acarrear 430 despidos. Mantener el mayor número de puestos de trabajo en las oficinas de Sarriguren es una prioridad para el Gobierno foral, tal y como ha reiterado en más de una ocasión.

En los últimos tres años, además, el Ejecutivo navarro ha concedido licencia administrativa para construir 34 parques renovables –la mitad, fotovoltaicos–, con lo que se duplicaría la potencia instalada para 2028.

Esta medida forma parte del Plan Energético de Navarra 2030, que movilizará hasta 2.323 millones de euros en los próximos cuatro años. El autoconsumo también ha dado un salto importante, con más de 200 MW instalados que producen el 3% del total de la electricidad del territorio. “Debemos generar nuestra propia energía para no ser dependientes de los vaivenes geopolíticos internacionales. El futuro industrial de Europa pasa por conseguirlo”, concluye Irujo.

Proyectos pioneros en una comunidad innovadora

Una caldera única. Más allá de la eólica, en Navarra se han puesto en marcha otros proyectos relacionados con las energías limpias. Uno de los más novedosos es la primera caldera del mundo que combina biomasa forestal y envoltura cárnica como combustibles. Con una capacidad instalada de 7,5 toneladas de vapor por hora, equivalente a cinco megavatios térmicos (MWt), empezará a funcionar en diciembre de 2025 en las instalaciones de la empresa Viscofan, en la localidad de Cáseda. Hasta 60 personas trabajarán en su construcción y, una vez en marcha, generará tres empleos estables. Este proyecto de economía circular, en el que también participa la energética Engie, evitará la emisión de 9.000 toneladas de CO2 al año, contribuirá a la valorización de unas 4.000 toneladas anuales de envolturas de celulosa y favorecerá la gestión responsable de los bosques locales. 

Comunidades energéticas. Navarra y el País Vasco son los territorios con mayor número de comunidades energéticas locales (CEL) en toda España, según un reciente informe del sector. Se trata de agrupaciones de ciudadanos, empresas y entidades públicas que generan y gestionan su propia energía renovable kilómetro cero, a partir de placas fotovoltaicas instaladas en cubiertas de edificios municipales o en áreas industriales. En la comunidad foral están promovidas por la Cámara de Comercio de Navarra y ya se han extendido a 45 localidades y a cuatro polígonos. Además de reducir costes y mejorar la sostenibilidad, el modelo CEL permite utilizar los excedentes de energía y canalizarlos hacia necesidades emergentes como la inteligencia artificial. 

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