_
_
_
_

Las renovables pinchan en Bolsa: Solaria, Acciona y Grenergy sufren graves caídas en España

Los analistas apuestan por las empresas de infraestructuras energéticas para hacer frente al repunte de la demanda por los grandes centros de datos y la IA

Vistas del Parque Eólico Serra da Capelada en Cedeira, A Coruña.
Vistas del Parque Eólico Serra da Capelada en Cedeira, A Coruña.Foto: Óscar Corral
Laura Salces

La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses ha añadido más viento en contra de la transición renovable y las empresas de energías limpias con su visión negacionista del cambio climática y su apuesta por el petróleo y el gas. El sector, que años disfrutó del fuerte interés de los grandes fondos y recibió grandes entradas de dinero, tocó techo a comienzos de 2021 y desde entonces no logra levantar cabeza. El índice de referencia del sector, el S&P Global Clean Energy, se hunde un 63,8% desde entonces. Solo en lo que va de año recorta un 23%, frente al 25,5% que suma el S&P 500. Entre las cotizadas españolas, muy penalizadas por el desplome de los precios energéticos, Solaria retrocede un 51% en lo que va de año y Acciona Energía, un 27,5%, mientras que pequeños valores como Greenergy registran caídas del 13,4%.

Entre otras promesas electorales, el republicano anunció que acabaría con la Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act, IRA, en inglés), aprobada el actual presidente Joe Biden y que ha sido un fuerte impulso para las energías limpias en el país —Goldman Sachs calcula que ha supuesto un incentivo de entre 0,7 y 1 billón de dólares desde agosto de 2022— , más allá de poner fin a la eólica marina. Desde que se conoció el resultado de los comicios, Orsted y Vestas se dejan un 7,4% y un 23,5% mientras que otras como RWE y Siemens Energy han avanzado que sus proyectos en el país podrían sufrir retrasos y trabas regulatorias ante la posibilidad de que Trump llegue a bloquear los proyectos ya iniciados. “Destruyen todo, son horribles, la energía más cara que existe. Arruinan el medio ambiente, matan a los pájaros y matan a las ballenas”, aseveró en campaña.

Unas pretensiones que han dado al traste el plan de inversiones de muchas empresas y ha agravado aún más el castigo en Bolsa al sector. Rob West, analista y director ejecutivo de la consultora Thunder Said, apuntaba recientemente que “el impulso detrás de muchos temas de transición energética se ha desacelerado en 2024. Ahora es más difícil ver una nueva aceleración”. Unos recelos que se suman a la ya negativa evolución de las cotizadas en Europa por la fuerte caída de los precios energéticos y unos costes de financiación que se vieron afectados por la fuerte subida de los tipos de interés para contrarrestar la escalada de los precios. En el escenario de tipos a la baja, las renovables se ven beneficiadas de un menor coste del dinero por la valoración de sus proyectos que son de larga duración, así como por el abaratamiento de las muchas inversiones que están llevando a cabo, reconocen desde Renta 4.

Los inversores cuelgan el cartel de venta de las renovables

En el caso de Acciona Energía, desde las firmas de análisis ya se ha apuntado la posibilidad de que su baja valoración lleve a su matriz, que cuenta con un 83,774% del capital, a lanzar una opa de exclusión —debutó en Bolsa a 26,73 euros por acción y cotiza a 20,3—. En Goldman Sachs avanzaron en octubre que no descartaban que ejecutaran una recompra de la compañía, a lo que por ahora desde la familia Entrecanales han apuntado que “todas las opciones estratégicas siguen abiertas y se analizan de forma continua”. Según los cálculos de Goldman Sachs, la exposición del ebitda de Acciona Energía a Estados Unidos es del 15%, ligeramente por debajo del peso que tiene en el Iberdrola.

El año 2020 supuso el apogeo de las empresas de energías renovables al calor de unos inversores ávidos por entrar en todo tipo de proyectos verdes, un coste de financiación barato y la perspectiva de un proceso de descarbonización acelerado por parte de las economías desarrolladas. Firmas como Acciona Energía, Soltec y Ecoener lograron debutar en la Bolsa española, pero por el camino se quedaron proyectos como el de Capìtal Energy o Factor Energía y grandes grupos como Repsol dejaban a un lado sus planes para sacar al parqué su filial verde y se decantaban por vender activos o dar entrada a terceros inversores. En el mercado, los inversores pasaron de comprar prácticamente todo lo que tuviera etiqueta verde y a mostrarse mucho más selectivos. Una situación que se ha prolongado hasta la actualidad: Cox, empresa de infraestructuras energéticas y de tratamiento de agua, cotiza en tablas tras su debut el pasado 15 de noviembre. La compañía, que tuvo que rebajar sus aspiraciones para captar capital, fijó su precio de salida a Bolsa en los 10,23 euros por acción, la parte más baja de la banda de precios, y en su primera jornada se dejó un 7%.

Infraestructuras y las nucleares

Los inversores han pasado la página del furor por el todo vale en las energías renovables y se han focalizado en las infraestructuras energéticas ante el fuerte repunte de la demanda energética al calor de los centros de datos y la inteligencia artificial y en la búsqueda de jugadores que participen en el superciclo de inversión en electrificación. Desde la división de banca privada de JP Morgan reconocen que “los inversores que busquen sacar provecho de la creciente demanda de energía pueden centrarse en fondos de infraestructuras amplias, empresas de generación de energía y empresas de servicios públicos”. Según sus cálculos, el fenómeno de los centros de datos ha adquirido ya una dimensión global, con crecimientos anuales del 25% en el caso de EE UU —que supone el 40% del mercado mundial—, mientras que en Europa este sector habría registrado un avance del 20% solo en el primer trimestre. La Agencia Internacional de la Energía prevé que el consumo global de electricidad de los centros de datos supere los 1.000 TWh en 2026, desde los 460 TWh en 2022.

Frente a las caídas acumuladas por las energías limpias, el índice Nasdaq OMX Clean Edge Smart Grid Infrastructure, que agrupa a compañías de almacenamiento y gestión de la energía, redes eléctricas o infraestructura eléctrica, avanza un 24% en el año, subida que trepa al 138% en los últimos cinco ejercicios. Entre sus miembros están la española Iberdrola, la alemana Eon, la francesa Engie o la portuguesa EDPR, pero también el fabricante de semiconductores Infineon, Nvidia, Qualcomm o Tesla.

Más allá, las grandes tecnológicas estadounidenses han sellado en los últimos meses acuerdos con empresas de energía nuclear para el suministro energético de sus grandes centros de datos. Microsoft se ha aliado con Constellation Energy —el mayor propietario de centrales nucleares en EE UU—para reabrir la central nuclear de Three Mile Island en 2028, una alianza que ha sido interpretada como un “símbolo poderoso del renacimiento de la energía nuclear como un recurso energético limpio y confiable”, según expresó el director ejecutivo de Constellation, Joe Dominguez. Pero no es la única: Amazon o OpenAI han cerrado sendas alianzas y el fundador de Microsoft, ha creado Terra Power, empresa dedicada a ejecutar proyectos de energía nuclear para “satisfacer las crecientes necesidades de electricidad”.

Sobre la firma

Laura Salces
Es jefa de sección de Mercados/Inversión de Cinco Días, donde ha ejercido la mayor parte de su trayectoria profesional. Entre 2017 y 2020 coordinó también la sección de Economía y previamente estuvo especializada en empresas turísticas.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_