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La apuesta gallega por las renovables en medio de un conflicto judicial

La región es la tercera autonomía con mayor producción eólica, con 9,1 TWh. Pero la apertura de nuevos parques, unos 32 proyectos, sigue pendiente de los tribunales

La planta de biomasa forestal de Greenalia, en Curtis.
La planta de biomasa forestal de Greenalia, en Curtis.Foto cedida por la empresa

Galicia fue la tercera comunidad con mayor producción de energía eólica en 2023 (9,1 TWh). No obstante, su desarrollo se encuentra paralizado desde hace más de un año. Desde 2015, solo se han instalado 600 MW de generación eólica, con ningún nuevo parque en los dos últimos años, frente a la pérdida de 1.400 MW de capacidad que ha supuesto el cierre de la última central de carbón en su territorio. El origen de esta paradójica situación se encuentra en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que impide la puesta en marcha de, al menos, 32 proyectos de construcción que han sido suspendidos cautelarmente aun estando autorizados con una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable.

“Este frenazo implica que 6.380 millones de euros y 14.000 empleos están parados”, señala Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica, quien advierte de una deslocalización de empresas que afecta a toda la cadena de valor. “Las cifras son demoledoras, y más teniendo en cuenta que necesita 8 TWh adicionales para responder a la electrificación”, añade.

Un aerogenerador de Naturgy, en el Parque Vimianzo.
Un aerogenerador de Naturgy, en el Parque Vimianzo.Pablo Candamio

En su opinión, esta situación provoca que los proyectos de renovables, y no solo eólicos, carezcan de garantías jurídicas para poder desarrollarse, aún habiendo superado los trámites exigidos por la normativa. Así, explica, “inversiones previstas para la comunidad se han desplazado a Aragón en los últimos meses, por su mejor ritmo en las tramitaciones”. A esto se añade el impuesto eólico que estableció esta comunidad en 2009, la primera en hacerlo.

Por parte de la Xunta, desde el 1 de enero quedó aprobada la declaración de interés público superior de los proyectos eólicos de competencia autonómica, los inferiores a 50 MW, para evitar nuevas paralizaciones. “Desde luego”, declara Pablo Fernández, director general de Planificación Energética y Minas de la Consellería de Economía e Industria, “la importancia de los parques eólicos es enorme, ya que cada vatio que se genere a partir de fuentes renovables previene el consumo de combustibles fósiles”. La autonomía tramita el proyecto de una ley sobre recursos naturales que pretende reforzar una autorización ambiental garantista de las futuras iniciativas energéticas. Uno de los “ejes fundamentales que permitirá naturalizar el desarrollo de proyectos viables y positivos para el territorio en un momento de importante aversión por parte de determinados colectivos”, afirma.

Perspectiva empresarial

Para Miguel Temboury, director territorial de Endesa Noroeste, el principal desafío a corto plazo para las empresas del sector energético “es que se clarifique la inseguridad jurídica. Creo que debemos hacer un esfuerzo para que la tramitación de los nuevos proyectos, vitales para el futuro de Galicia, sea más ágil y también lograr su aceptación por parte de las comunidades locales”. Aunque no es el único reto de la autonomía, al apuntar que la modernización de la red de distribución también es necesaria para atender al proceso de electrificación.

Alberto Suárez, delegado de Naturgy en la región, afirma que “el futuro de la comunidad se encuentra en un punto de inflexión. El objetivo fundamental es asegurar que los proyectos se desarrollen de forma responsable y sostenible, minimizando los impactos negativos en el entorno, promoviendo la convivencia con el contexto rural y el nuevo uso económico del suelo”. En su opinión, la transición es una oportunidad para Galicia, que cuenta a su favor con las mejores condiciones ambientales y un inmenso potencial en recursos renovables.

Dependencia

Origen. Beatriz Mato, directora de RRII y Sostenibilidad de la gallega Greenalia, indica que “casi el 80% de la energía necesaria en la comunidad proviene de fuera, por lo que es vital avanzar en la independencia energética generando más con productos energéticos autóctonos”. Para lograrlo, cree que son necesarias políticas de impulso para incrementar la demanda de energía eléctrica. 

Consumo. Según los datos más recientes del Instituto Enerxético de Galicia, publicados en su último balance, el consumo eléctrico supone alrededor del 20% de las necesidades energéticas. Mientras, más del 60% de la energía primaria proviene de los combustibles fósiles; destacando el transporte, que supone un 40% del consumo.  

Hidrógeno verde. Con la previsión de alcanzar una potencia de entre 0,5 y 1 GW de electrolizadores en 2030, desde la Xunta se espera que se convierta en el principal vector de la electrificación. Al ser una tecnología aún inmadura, “precisa de estímulos fiscales o ayudas para poder implantarse”, afirman.

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