La diversificación es clave en La Rioja para impulsar un tejido productivo concentrado
Vino, calzado y automoción suponen el 15% del PIB de la comunidad y son los pilares de su desarrollo. El Gobierno regional apuesta por nuevos polígonos para atraer inversiones
La Rioja es la segunda comunidad autónoma más industrial de España, con un sector que roza el 25% de contribución al PIB de la región, según la séptima edición del barómetro que elabora el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial en colaboración con el Colegio de Economistas. Esto la sitúa solo por detrás de Navarra (28%), algo por delante del País Vasco (24%) y muy alejada del 15% de la media nacional. Estas cifras pueden llamar la atención, pero según los expertos, este mayor peso en el PIB, en comparación con otras regiones, se debe al pequeño tamaño de la economía y su baja diversificación.
Del análisis de su tejido empresarial –2.035 empresas contabiliza el Instituto Nacional de Estadística– se desprende también que tres sectores son clave para impulsar el PIB y el empleo: el agroalimentario, liderado por el vino; el calzado y la automoción. En conjunto, representan aproximadamente el 15% del PIB de La Rioja y muestran que, aunque están surgiendo industrias de carácter más disruptivo, las tradicionales siguen siendo la base fundamental de su desarrollo económico. Como el campo, en general, y la vitivinícola y su industria auxiliar, en particular.
La contribución al PIB de la segunda es del 6,5% y solo en empleo directo supera las 12.200 personas, según el estudio sobre La relevancia económica del sector vitivinícola en La Rioja, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (Afi) para la Interprofesional del Vino de España (OIVE).
Conservas y calzados
Aunque el vino es el protagonista, la industria de conservas de verduras, legumbres y hortalizas también es clave en el tejido agroalimentario. Empresas como Cidacos, la mayor de la zona, facturaron 400 millones de euros el año pasado y distribuyen productos a más de 50 países, con notable presencia en América, Asia y África.
Hay otra industria histórica y muy potente: la del calzado. En los años setenta, Arnedo, conocida de hecho como la ciudad del calzado, se consolidó como un importante centro de fabricación. Aprovechando una tradición de alpargatas artesanales, la región desarrolló una industria moderna, que hoy es la segunda en España por volumen de producción, solo por detrás de Alicante. El sector representa más del 5% del PIB autonómico, con una facturación de 500 millones de euros y más de 2.700 empleos, destacando marcas como Callaghan, Fluchos y Gorila, con gran proyección internacional.
La industria auxiliar del automóvil es también clave para la economía de La Rioja, representando alrededor del 10,6% del PIB industrial y un 2% del PIB total de la comunidad. Este sector, que incluye importantes empresas auxiliares como Avanzare, Standard Profil o IAC, genera más de 3.000 empleos directos. A pesar de los desafíos recientes, como los problemas logísticos derivados de la pandemia y la guerra en Ucrania, el sector sigue siendo estratégico y está en proceso de transformación hacia modelos más sostenibles y digitalizados.
Emergentes
Existen otros sectores emergentes como la aeronáutica, con empresas punteras como Mecanizaciones Aeronáuticas (MASA) o las TIC, una actividad creciente, que cuenta con un clúster (Aertic), desde el que se impulsan proyectos innovadores con drones, circuitos, big data, realidad virtual o blockchains.
Pero la industria riojana también se enfrenta a importantes desafíos. “Uno de los principales es la incorporación de tecnologías avanzadas, esenciales para mejorar la productividad. La adaptación de las empresas está siendo lenta y esto afecta a su competitividad”, señala Carlos Prieto, director de la Oficina de Transferencia de Conocimiento de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Además, destaca también que la actividad está muy concentrada, lo que la hace más vulnerable. “La diversificación hacia nuevos nichos de inversión es un desafío clave, junto con la mejora de la infraestructura logística y el apoyo y retención del talento cualificado”, opina.
Desde el Gobierno de La Rioja se apunta a la descarbonización. “Estamos viviendo un cambio social que nos obliga a adaptarnos a nuevos modelos de consumo, más sostenibles y menos tradicionales. Debemos modernizarnos, ser más productivos y pensar en plataformas nuevas de consumo, sin desequilibrar el modelo de región y de calidad de vida”, dicen. Diversificación y digitalización para mejorar la productividad son los desafíos más inmediatos.
Apoyo público
Más suelo. El Gobierno de La Rioja quiere potenciar la región como destino para nuevas inversiones. Fuentes de la Administración autonómica señalan que sus objetivos, que se alinean con el ya desplegado Plan de Fomento del Emprendimiento de La Rioja 2024-2027, es favorecer la implantación de nuevos proyectos y que, para conseguirlo, tienen entre sus prioridades la de poner a disposición de las empresas suelo industrial en las mejores condiciones. “En este momento tenemos disponible suelo industrial en las localidades de Calahorra, Alfaro y Arnedo, y se están realizando las actuaciones pertinentes para poner a disposición más terrenos en las localidades de Santo Domingo de la Calzada, a través de la ampliación del polígono de San Lázaro, y en Autol”, indican desde la Consejería de Economía, Innovación, Empresa y Trabajo Autónomo. Además, se estudiará la construcción de nuevos polígonos.
Ejes de actuación. La estrategia contempla una línea de subvención para apoyar la adquisición de suelo industrial que podría llegar a cubrir al 100% del coste del suelo. Asimismo, los presupuestos para 2025 incluyen una partida de 23,75 millones destinados al desarrollo industrial, 9,4 millones para nuevos polígonos y 1,5 millones en ayudas a municipios para su mejora.
