El País Vasco abre el mercado de capitales de las autonomías con la venta de 600 millones
La demanda supera los 4.000 millones
Un día después de que España celebrara la segunda emisión sindicada de 2024, el País Vasco ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a las emisiones en el ámbito autonómico. Aunque el acceso al mercado sigue siendo un terreno vedado para la mayoría de las regiones, País Vasco, Madrid, Andalucía, Galicia y Castilla y León son una excepción. La comunidad ha colocado hoy 600 millones en deuda a 10 años.
El apetito mostrado por los inversores ha permitido rebajar el precio y elevar la oferta. El objetivo pasaba por la emisión de 500 millones, importe que al cierre ha ascendido a los 600 millones. La operación partía con un diferencial de 20 puntos básicos sobre la referencia española al mismo plazo, un precio que conforme han ido avanzando las horas se ha estrechado hasta situarse en los 14 puntos básicos. La confianza de los inversores en la gestión del País Vasco se reflejó en la demanda. Las órdenes de compra alcanzaron los 4.000 millones, lo que supone una ratio de cobertura de 6,66 la oferta.
La financiación de las comunidades autónomas está en el punto de mira. El mandato de Pedro Sánchez arrancó con el compromiso del Ejecutivo de asumir parte de la deuda de las comunidades autónomas y la reforma del sistema de financiación autonómica, dos cuestiones claves para que las regiones logren la emancipación del Estado. Más allá del revuelo generado entre la clase política, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, considera que la condonación parcial de deuda a Cataluña no tiene ningún impacto en el rating porque no tiene ningún efecto en cuanto al perímetro total de nuestra deuda. En una entrevista con Cinco Días antes de su nombramiento, Cuerpo señaló que la condonación de parte de la deuda era una reasignación entre distintos niveles de la deuda de la administración pública y que no tenía impacto en la estrategia de financiación del Tesoro. Una idea que se confirmó semanas después cuando el organismo que ahora pilota Paula Conthe redujo en 10.000 millones las emisiones netas, hasta los 55.000 millones.
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