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Macarena Shoes, alpargatas cómodas y con estilo para pisar como una reina

La pyme riojana vende 250.000 pares al año, el 85% de los cuales corresponde a pedidos internacionales Todo el calzado se fabrica de forma artesanal, con materiales naturales, suela de yute y cosido a mano

Alpargatas de Macarena Shoes.
Alpargatas de Macarena Shoes.

Una de las cenicientas del calzado, las alpargatas, son el must have que todas las mujeres, y también hombres, deben atesorar en su zapatero de verano sean o no fashion victim. Atrás quedó su humilde origen: proteger los pies de los campesinos españoles allá por el siglo XIV.

Las espardenyas (por su nombre y origen catalán) eran unas modestas pantuflas generalmente de lona y suela de cuerda, cosidas a mano. Los caprichos del destino y la moda han hecho el resto. Las llevó Dalí como uno más de sus atuendos extravagantes e iconos de la moda como Coco Chanel, y quedaban de cine en los pies de Grace Kelly en Alta sociedad.

Hoy son el complemento más chic de las novias en su boda; las lucen con glamur celebrities de todo el mundo, como Rihanna, y ponen estilo y comodidad hasta en las peanas reales. Desde Máxima de Holanda a Kate Middleton o la reina Letizia han sucumbido a las alpargatas made in Spain, aunque las grandes firmas de la moda, como Chanel, Valentino, Yves Saint Laurent, Hermès y Christian Louboutin han lanzado sus propias colecciones de lujo.

Unas de las favoritas de Letizia son las que fabrica Macarena Shoes en Arnedo (La Rioja). Un producto totalmente artesanal, confeccionado en materiales nobles y naturales y suela de yute; planas, con plataforma o con altísimas cuñas, hasta los 11,5 centímetros del modelo Alba. Tienen 250 para elegir.

Las raíces de Macarena Shoes hay que buscarlas en la fabrica que montaron Antonio Ochoa y sus hermanos en la riojana Enciso “para producir zapatillas de andar por casa de suela vulcanizada con 10 millones de las antiguas pesetas [unos 60.000 euros] bajo la marca Calzados Laro, que aún mantenemos”, recuerda Toño Ochoa, hijo del fundador y gerente de la empresa familiar.

Vista del taller de confección de Macarena Shoes en Arnedo (La Rioja).
Vista del taller de confección de Macarena Shoes en Arnedo (La Rioja).

Con el tiempo, se trasladan a la vecina Arnedo, “con mucha más tradición zapatera, mejores comunicaciones y posibilidades para desarrollar la empresa”. A principios de los noventa deciden ampliar la producción a las alpargatas. Fabricaron unos 4.200 pares –entre zapatillas y espardeñas–; corría 1995 y contaban con una plantilla de 10 trabajadores.

Referente español

En la actualidad producen 600.000 pares al año, entre zapatillas y alpargatas; de ellas, el 85% van para exportaciones, según datos de 2020. Están presentes en 30 países. Italia, Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Corea, México, Chile, Australia o Nueva Zelanda son sus principales clientes, y en la fábrica de 4.000 m2 de Arnedo cuentan con una plantilla de 60 personas.

“Somos un referente, pero queremos afianzarnos más; no queremos un producto masificado, queremos cuidarlo; no queremos olvidar nuestras raíces y no vamos a dejar a nadie de nuestra familia atrás: trabajadores, proveedores, clientes. Damos mucho valor al equipo humano, el lado romántico del negocio”, enfatiza el gerente.

Somos un referente, pero queremos afianzarnos más; no queremos
un producto masificado, queremos cuidarlo y no olvidar nuestras raíces

Toño Ochoa, gerente de Macarena Shoes

Fue Toño Ochoa quien decidió “incorporar las alpargatas, aleatoriamente, al negocio familiar; sin conocimiento de causa y sin decirles nada ni a mi padre ni a mis tíos. Vi la oportunidad y me lancé a buscar un patronista, pensando que no sería muy difícil”. Pero sí lo era. “El proceso de producción es totalmente artesanal y llevan un cosido especial a mano. La señora que nos cosió las primeras alpargatas, Maricarmen, que sigue trabajando y es como de la familia, solo se comprometió a hacer cinco pares”, recuerda.

Para entonces ya se había incorporado su hermano Álvaro, cómplice de Toño en el tema de las alpargatas, y, aunque al principio no contaron con el total beneplácito de su padre –“centrémonos en lo que sabemos hacer”, les dijo–, decidieron seguir adelante. “Mi padre tenía una buena red de clientes; hicimos el muestreo con esos cinco pares, sacamos los pedidos adelante, buscamos un nombre y... hasta ahora”, refiere.

El proceso de fabricación desde que se corta el patrón hasta que se termina la alpargata dura unos 45 minutos dependiendo de la complejidad del modelo. El más difícil es el Alba 7, una joya confeccionada en ganchillo, totalmente a mano de principio a fin, que lleva unas dos o tres horas. Es el más caro de la colección. Unos 120 euros.

Dale a tu cuerpo...

Un nombre, tan español como Macarena, que les viene de fuera, en concreto, “de un cliente de Puerto Rico que nos cedió la marca”. Esta experiencia internacional también les sirvió para abrir nuevos mercados. “Empezamos a ir a ferias y a colocar un producto más caro que las zapatillas, más estacional y de moda. En realidad, fue más fácil posicionarnos fuera que buscar clientes en España, ya que estábamos muy encasillados”, reconoce Ochoa.

Facturaron unos 9 millones de euros en 2020 y esperan “igualar o superar ligeramente la cifra en 2021, por las restricciones de la pandemia”, dice el gerente. Vendieron 250.000 pares de alpargatas en 2020, fabrican 3.000 pares diarios y lanzan dos grandes colecciones al año, “una a finales de julio, la colección verano 2022, formada por 250 piezas entre modelos y colores, todos con nombre de mujer: Alba, el buque insignia; Carmen, Elisa, Ana o Inma…, en realidad, sacamos tres o cuatro colores por modelo o versiones de cada muestra”, explica.

Modelo Pilar Cotton Frost de la colección novias.
Modelo Pilar Cotton Frost de la colección novias.

Además, lanzan lo que llaman “cápsulas de repaso, minicolecciones del producto de moda o más vendido, no más de ocho o diez modelos”.

Este año han sacado por primera vez una colección exclusiva de novias con ocho modelos, que incluso pueden personalizar a medida del cliente. “Parte de nuestro éxito es que trabajamos muy en contacto con nuestros compradores y trabajamos muy a la carta”, precisa al respecto.

Tienen una línea para hombres formada por 25 piezas en cuatro modelos y tres colores, y otra para niños: son las Macarenitas o Macarena Kids –cuatro modelos en tres colores–, y mantienen la producción de zapatillas de casa.

Durante la pandemia fabricaron batas para los sanitarios de los hospitales de Logroño, “como todos en el pueblo; Arnedo se volcó. Ahora hay que levantar el ritmo de producción. No hemos hecho ni ERTE ni ERE; se resintieron las ventas, pero decidimos repartir el golpe entre todos, porque muchas familias dependían de su puesto en la fábrica”, comenta Ochoa.

No tienen tienda propia, pero cada verano organizan una venta solidaria en la fábrica. Durante mes y medio abren las puertas al público y la recaudación se destina en su totalidad a la ONG Etiovida, que fundaron los Ochoa para ayudar a Etiopía, uno de los países más pobres de la Tierra, y con la que están muy comprometidos.

Detalle del cosido a mano.
Detalle del cosido a mano.

Cómo se hace una espardeña paso a paso

Prototipo. Se corta el patrón, se crea el prototipo y se prueba; se pasa a línea de producción y se hace una prueba por número.

Producción. Con el patrón definitivo, se guarnece y se decora; unas cuatro personas se encargan del cosido a mano que une el corte a la suela par a par; se moldea en horma con frío y calor y se revisa que esté perfecto.

Materiales. Todos naturales, como algodón, rafia, pieles y serrajes. Tienen una línea eco de algodón orgánico y yute reciclado.

Letizia lleva el modelo Alba 50.
Letizia lleva el modelo Alba 50.Getty Images

La colección más ‘fashion’ de Letizia

La reina Letizia es, sin querer, una embajadora de lujo de Macarena Shoes. “Un empujón publicitario inesperado y que humildemente agradecemos mucho”, señala Toño Ochoa, gerente de la empresa. Fue el verano pasado –y este ha repetido–, cuando Letizia se bajó de sus tacones de vértigo para subirse a las cuñas de yute (11,5 cm) de estas estilosas alpargatas hechas a mano.

Sus preferidas son distintas versiones del modelo Alba, el más popular y vendido de la firma. Negras y de serraje con cintas que se anudan a la pierna y terminan en unos originales pompones (son las Alba 10 y cuestan 85 euros); en rosa empolvado, también de serraje y pulsera al tobillo (Alba 6 y 70 euros), o en crudo de algodón con cintas (Alba 50 y 60 euros). Este año también sus hijas, Leonor y Sofía, han estrenado macarenas con plataformas más bajas (6 cm).

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