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La prórroga de la rebaja del IVA a los alimentos costará 1.300 millones

El Gobierno extiende durante otros seis meses la bajada fiscal a los alimentos básicos y las pastas y aceites y no descarta nuevas medidas

Vista de un puesto con frutas y hortalizas en un mercado de Madrid.
Vista de un puesto con frutas y hortalizas en un mercado de Madrid.JAVIER LIZÓN (EFE)
Pablo Sempere

La vicepresidenta primera y titular de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, confirmó ayer que el Gobierno aprobará este martes en Consejo de Ministros la prórroga de la rebaja del IVA a los alimentos básicos y las pastas y los aceites, una medida que echó a andar en enero y que caducaba el 30 de junio. La extensión, que llevaba barruntándose desde hace varias semanas debido a que el encarecimiento de los alimentos no termina de remitir, tendrá efectos al menos hasta el 31 de diciembre y supondrá un coste fiscal adicional del entorno de 1.300 millones de euros, según avanzan fuentes del Ejecutivo. Es decir, al término del año 2023 el Ministerio de Hacienda habrá dejado de ingresar unos 2.000 millones de euros por este alivio fiscal diseñado para reducir las consecuencias de la elevada inflación en la cesta de la compra.

Junto a esta prórroga, dejó entrever Calviño, el Gobierno también extenderá hasta fin de año la bonificación al 30% de los abonos de transporte público, una medida cuyo coste ronda los 400 millones de euros cada seis meses y que está supeditada a que las comunidades autónomas financien otro 20% adicional. A falta de posibles nuevas medidas, que desde el Gobierno no descartan, queda por ver si se mantiene también la subvención de los combustibles para los profesionales y el tope al precio de la bombona de butano. La reducción al 5% del IVA de la factura del gas y de la luz, así como el tipo impositivo reducido del 0,5% en el Impuesto Especial sobre la Electricidad, ya se habían extendido para todo 2023.

A finales del pasado ejercicio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la rebaja del IVA al grupo de los alimentos básicos, que pasó del tipo superreducido del 4% a uno del 0%. Entre otros, se vieron afectados los panes, la leche, el queso, los huevos, las frutas y las verduras. En paralelo, las pastas y aceites bajaron del 10% al 5%. Por aquel entonces, el IPC general de los alimentos crecía casi un 16% anual y hoy lo hace al 12%. Mientras los precios no estén “en niveles adecuados y razonables mantendremos las medidas de alivio”, afirman desde el Gobierno.

Aunque los repuntes han ido reduciéndose, los productos beneficiados por la rebaja fiscal siguen en tasas de crecimiento anual relativamente elevadas. El pan, por ejemplo, aumentaba el pasado mes de diciembre al 15% anual y en mayo, con los últimos datos disponibles, lo hacía al 7%. El queso subía al 22% y ahora lo hace al 16%, los huevos han pasado del 30% al 13% anual y las frutas frescas han remitido del 7% al 4%.

La rebaja fiscal, sin embargo, ha sido duramente criticada durante los meses de aplicación por diferentes organismos debido a su carácter general y a que sus efectos benefician también a las rentas más altas. Todo ello, además, en un contexto en el que España tiene que corregir sus desequilibrios y reducir sus niveles de déficit público por debajo del 3% del PIB en el corto plazo.

Desde Fedea hasta la propia Comisión Europea, pasando por el Banco de España y la Airef, han pedido al Ejecutivo en varias ocasiones que retire de manera gradual las medidas genéricas y las focalice en los colectivos más vulnerables. Según Fedea, que cifró en unos 700 millones de euros el coste fiscal de la bajada del IVA durante seis meses, Hacienda podría ahorrar 13.000 millones de euros en un año si centrase las ayudas en las familias y empresas más golpeadas. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada, además, calcula que los hogares con más renta ahorran el triple que los que tienen ingresos más bajos gracias a la rebaja fiscal a la comida.

El Banco de España, por su parte, cifró el impacto presupuestario de todas las medidas anticrisis en unos 37.000 millones de euros en el horizonte 2021-2025, con especial énfasis en los dos primeros años. Desde el Gobierno, sin embargo, defienden que las medidas adoptadas son cada vez “más quirúrgicas” y confían en que poco a poco dejen de ser necesarias a medida que la inflación vaya moderándose.

Diferencias por renta

Cada hogar de España ha ahorrado en sus compras de la cesta básica durante los primeros seis meses del año una media de 32,4 euros gracias a la rebaja fiscal en los alimentos. Son unos cinco euros de alivio al mes. Ahora bien, las diferencias han sido muy notables entre unos consumidores y otros, según calculó Fedea a finales del mes de enero. Las familias con menores rentas, que ingresan hasta 16.800 euros al año, dejaron de pagar 22,4 euros durante la primera mitad del año, mientras que las más ricas, a partir de los 215.900 euros anuales, ahorraron 60,7 euros.

Desde el Ejecutivo han defendido esta medida por el ahorro sobre la renta bruta. Es decir, aunque los consumidores de mayores ingresos dejan de pagar más cantidad de dinero, el alivio sobre las rentas es mayor en las clases bajas y medias. En concreto, el grupo de hogares más pobres tiene gracias a la reforma un ahorro del 0,22% sobre su renta bruta, que es 10 veces menor, del 0,02%, en el grupo más acaudalado.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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