Moody’s quita presión a OHLA sobre la urgencia de vender Canalejas
El grupo constructor ya no depende de desinversiones de urgencia y está a la espera de una mejora del ‘rating’ tras la presentación de resultados y del plan estratégico


La agencia de calificación crediticia Moody’s, árbitro entre el grupo OHLA y sus acreedores, está esperando a la presentación de los resultados anuales de la constructora, prevista este jueves, para elevar la nota sobre su solvencia financiera. OHLA carga con un bajo rating ‘Caa2′, por lo que se venía considerando un fuerte riesgo de crédito, pero la recapitalización recién rematada con la captación de 150 millones, y la consiguiente restructuración de la deuda, dan aire a la empresa.
Moody’s, al igual que los bancos y bonistas, ha relajado la exigencia de desinversiones, por lo que OHLA puede tomarse tiempo ahora para soltar su participación del 50% en el singular desarrollo comercial y hotelero de Canalejas, en el centro de Madrid, así como para el traspaso del negocio de servicios que encabeza la filial Ingesan. Ambos procesos fueron abiertos de urgencia por la situación económica de la compañía: en noviembre del año pasado le acechaba el vencimiento de 40 millones de un crédito puente con aval del ICO (este préstamo fue aplazado a marzo de este 2025), y le expiraban otros 321 millones en bonos este mes de marzo. Se trata de una situación ya embridada.
Las ofertas por el área de servicios fueron demasiado bajas para OHLA en un primer proceso en el que estuvo a punto de firmar con Serveo, y también se estaba lejos de exprimir el potencial de Canalejas a la salida de la pandemia y con el activo aún por madurar. Del complejo que acoge el hotel Four Seasons se espera su revalorización, hasta la pretendida cifra de 1.000 millones por el 100%, con la consolidación del centro de Madrid como destino de lujo. Si los analistas de Moody’s ya no ven una situación de necesidad extrema que pudiera llevar a malvender, en los órganos de decisión de la compañía, explican fuentes del entorno, se está optando por la calma en unas desinversiones aún abiertas.
Resuelto el aterrizaje en OHLA de empresarios como José Elías (10,07% del capital), Andrés Holzer (8,4%), Eulalio Poza (3,36%), Josep María Echarri (2,35%) o Antonio Almansa (1,01%), y una vez que la familia Amodio ha invertido para mantenerse como primer accionista (21,6% del capital), Moody’s también espera a la publicación del nuevo plan estratégico, pero ya anticipa cierta confianza en que OHLA mantenga un nivel adecuado de liquidez. La cifra era de 198 millones a septiembre y suma otros 100 millones, ampliables en otros 30, tras liberar garantías dinerarias como consecuencia de la ampliación de capital. Además, la firma que ahora dirige el mexicano Tomás Ruiz como consejero delegado, mantiene 264 millones en empresas conjuntas y asociadas.
Más allá de esta reserva de liquidez, la agencia ha valorado un horizonte de vencimiento de deuda despejado hasta diciembre de 2029, cuando OHLA ha de amortizar 327,7 millones en bonos. Y pone como deberes una gestión “prudente” del capital circulante y la prioridad de invertir en el negocio concesional para blindar la liquidez. En la recámara queda el compromiso de los nuevos inversores de poner otros 50 millones en bonos convertibles con vencimiento a seis años.
Moody’s aprecia como ventaja para OHLA la diversificación de su cartera de obras, el tamaño controlable de los proyectos (un 73% de la cartera responde a obras con presupuestos menores de 150 millones), y la apuesta por mercados estables. En contra de la española, y de sus rivales en la obra civil, pesa un entorno macro débil y la escasa visibilidad que han ofrecido los nuevos accionistas sobre la estrategia.
En definitiva, OHLA ha dado entrada a 290 millones en su caja (incluida la venta del 25% en la concesionaria del hospital canadiense Chum por 45 millones de euros y la liberación de garantías); ha rebajado la deuda financiera bruta en 180 millones (140 millones en bonos y los 40 millones de crédito ICO), y pasa de una deuda neta de 546 millones a unos 373 millones. La compañía salta de una posición de 90 millones de deuda neta a una tesorería de 170 millones.
Exponentes del lujo
Canalejas es compartido al 50% por OHLA con Mohari, socio con el que ha llegado a tener roces relacionados con las inversiones que acabaron en un arbitraje. Hasta ahora resulta más atractivo el Four Seasons, abierto en 2020, que la galería de tiendas y restaurantes, cuyo éxito se ve aún lejano y depende en buena parte de que la capital siga ganando atractivo para los turistas más pudientes. Además, Canalejas tiene un aparcamiento subterráneo de 400 plazas.
La búsqueda de compradores fue encargada a los bancos Rothschild y Santander, con objetivo en los fondos soberanos y grandes fortunas del área del Golfo Pérsico. En este largo proceso de venta, OHLA y Mohari vieron como Dubai Holding se hacía en febrero de 2023 con el hotel Westin de París por 650 millones.
La Operación Canalejas comenzó en 2012 con Juan Miguel Villar Mir al frente de la entonces denominada OHL. La empresa compró siete inmuebles de antiguas sedes bancarias a Santander por 215 millones, pero la inversión total se aproximó a los 600 millones.
El Four Seasons, récord de Madrid por el precio de la habitación, compite en el eje Alcalá-Gran Vía con el Mandarín Ritz, el Hotel Palace, JW Marriot, The Madrid Edition, el Brach o con el Urban. A ellos se sumarán los hoteles Nobu y Nômade previsiblemente en el arranque de 2026. En la cúpula de OHLA se confía en que tanto cinco estrellas acabe generando un destino premium capaz de competir con Londres o París.
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