La banca pide a los Amodio que pongan más dinero en OHLA si no encuentran un socio para la ampliación
La compañía afronta el vencimiento de un préstamo de 40 millones este año y 240 millones el siguiente
La banca observa inquieta el portazo de OHLA a Atitlan para entrar como socio en la histórica constructora. Las entidades bancarias aprietan para que la empresa amplíe capital, sea con un nuevo socio o sea con el impulso de los actuales dueños de la compañía, los hermanos Amodio. Todo ello con vistas a afrontar primero el vencimiento de un préstamo de 40 millones este mismo año, pero fundamentalmente el primer vencimiento de sus bonos, de unos 240 millones, que le llegará el año siguiente.
OHLA afronta su enésimo match ball financiero. Tras la refinanciación rubricada en 2021, la constructora debe abonar el año que viene 240 millones en bonos y otro tanto en 2026. Por tanto, deberá negociar a cara de perro con sus acreedores después de verano las condiciones para ampliar estos vencimientos o reestructurar ese pasivo. Para ello ha contratado a Houlihan Lokey como asesor para la transacción, mientras que los bonistas han establecido contactos con PJT Partners.
Para ello, la compañía ha diseñado un plan, por el que busca liberar 125 millones en caja vinculada a avales, con la que afrontar estos vencimientos y dar un impulso al negocio. Los bancos, a cambio, reclaman una ampliación de capital de un montante similar. Los actuales dueños —los Amodio, que tienen un 26% del capital— se comprometen a apoyar la operación en un porcentaje similar al de su participación, lo que supondría desembolsar unos 34 millones de euros. Y buscar a un socio que pusiese el resto.
Sin embargo, la búsqueda de este socio se ha ido complicando. La compañía estudió una propuesta de Atitlan, el family office de Roberto Centeno, el yerno de Juan Roig, que comprometía la inyección de 150 millones en la empresa, pero a costa de una alta dilución por parte de los hermanos mexicanos. La oferta caducaba el viernes y expiró sin haber alcanzado un acuerdo en las partes. Ahora, la constructora trata una segunda oferta propuesta por el inversor José Elías Navarro, que propone poner unos millones.
La banca empieza a plantearse un escenario en el que ninguna de las dos alternativas salga adelante. En este caso, reclaman un esfuerzo mayor a los Amodio en forma de capital. La compañía ha conseguido atraer al empresario mexicano Andrés Holzer, que promete otros 25 millones. Así las cosas, sumados los 34 millones que buscan poner los Amodio, junto a los 50 millones entre Holzer y Navarro, todos ellos aportarían algo más de 80 millones. Quedarían por levantar otros 40 millones, de alcanzarse un acuerdo con el también accionista de Audax, Ezentis y La Sirena, abiertos al desembarco de nuevos socios.
Estos 40 millones podrían llegar de los accionistas minoritarios de OHLA, que decidiesen aportar a la ampliación para no diluir su participación. La banca, sin embargo, tiene dudas de que esto ocurra. Y reclama que los Amodio pongan más músculo financiero para suscribir al menos una parte de estos 40 millones. El problema es que la participación de los Amodio está al borde de la obligación legal de lanzar opa, a partir del 30%. Esto supone que los mexicanos solo podrían unos cuatro millones más sin tener que lanzar una opa. La cantidad es probablemente insuficiente.
La otra alternativa que los bancos ponen encima de la mesa está en la venta de activos, pero no es nueva. Uno de ellos es el Complejo Canalejas, que la constructora, junto a Mohari, han explorado su venta sin éxito en los últimos meses por unos 1.000 millones. El otro activo en el punto de vista es la división de servicios, donde ha contratado a Santander y CaixaBank. En estos meses no ha conseguido desprenderse de ninguno de estos activos y no parece que pueda hacerlo en el corto plazo.
La compañía sí ha conseguido desprenderse del 25% del Centro Hospitalario Universitario Montreal a KKR, por el que ha percibido unos 40 millones. Esto le facilita, al menos, afrontar el primer vencimiento de deuda, un préstamo bancario de otros 40 millones que firmó con aval del ICO y que expira antes de finales de año.
No obstante, llevar a buen puerto la ampliación de capital es fundamental para que la compañía pueda afrontar los siguientes vencimientos y pueda negociar con fortaleza con los bonistas. Entre la ampliación de capital y la caja libre de avales, contaría con 250 millones, suficientes para pagar a los bonistas del primer tramo de estos títulos o para negociar la refinanciación de una parte y dedicar la otra a potenciar el negocio.
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