Vega Sicilia y los Rothschild salen al rescate de la bodega Macán tras sus continuas pérdidas
Ambos socios, accionistas al 50%, inyectaron 1,25 millones a partes iguales para garantizar su liquidez
Poner en marcha una bodega de prestigio entre dos grandes familias empresariales no garantiza el éxito inmediato. Así lo han comprobado los propietarios de la bodega Macán: los Álvarez Mezquiriz, dueños de Vega Sicilia; y la familia Rothschild, una de las sagas de banqueros más poderosas de Europa. Ambos unieron sus caminos en 2004 para poner en marcha Bodegas Benjamin de Rothschild & Vega Sicilia, sociedad participada al 50% por los dos socios, aunque la producción de la primera añada llegó en 2009, y la venta del vino a través de la marca Macán no comenzó hasta 2013.
Un proyecto que, hasta ahora, no ha sido rentable. En 2022, esta sociedad registró unas pérdidas de 606.000 euros, según las cuentas que ha depositado en el Registro Mercantil. Unos números rojos un 22% superiores a los de 2021, pese a haber mejorado su facturación un 15%. Esta llegó a 4,5 millones, la cifra más alta en su trayectoria, pero que tampoco fue suficiente para generar un resultado de explotación positivo.
Desde que depositó sus primeras cuentas en 2005, las Bodegas Benjamin de Rothschild & Vega Sicilia solo ha dado beneficios en 2015, por 162.000 euros. Las de 2022 reconocen que ha obtenido resultados negativos “desde su constitución”, y su balance presenta unas pérdidas acumuladas por 5,4 millones.
Ante esa situación, los dos socios decidieron en el último ejercicio inyectar 1,25 millones, “en proporción a su participación”, que fueron directos a los fondos propios de la sociedad para “mejorar la liquidez”, sin conllevar una ampliación de capital.
Es la primera aportación de este tipo de los Rothschild y Vega Sicilia sobre su negocio conjunto. Además, es uno de los argumentos que la compañía esgrime para formular sus cuentas bajo el principio de empresa en funcionamiento, pese a sus continuas pérdidas.
Otro es que sus propietarios defienden que “los flujos de efectivo que generará el negocio en los próximos ejercicios y las líneas de financiación disponibles permiten hacer frente a los pasivos corrientes”. Estos eran de 2,3 millones a cierre de 2022, mientras que la deuda a largo plazo se elevaba a 27,5 millones.
“Las perspectivas futuras del negocio de la sociedad permitirán la obtención de resultados y flujos de efectivo positivos en los próximos ejercicios”, añade la empresa. Sus administradores consideran que la actividad de la empresa “no ha alcanzado todavía cifras normalizadas”, pese a llevar casi 10 años vendiendo sus vinos, y espera poder alcanzarlas “a partir del ejercicio 2024″.
Macán tiene su bodega en la localidad alavesa de Samaniego, fronteriza con La Rioja, en cuya Denominación de Origen están calificados sus vinos. Una instalación inaugurada en 2017 y cuya inversión se cifró en unos 34 millones. Su inauguración fue celebrada por todo lo alto, con la asistencia del rey emérito Juan Carlos I o la infanta Elena, entre otros.
La bodega está presidida por la baronesa Ariane de Rothschild, viuda de Benjamin Rothschild y actual consejera delegada del banco suizo Edmond de Rothschild. Junto a ella, componen el consejo los hermanos Pablo, Emilio y Elvira Álvarez Mezquíriz; Alexis de la Palme, presidente de la Compañía Vinícola Barón Edmond de Rothschild; María Esperanza Zambudio, presidenta de grupo Castelus; y los abobados Alejandro Fernández-Araoz Gómez Acebo y Fernando Ródríguez-Arias.
Exporta casi el 65% de todo lo que comercializa
Mercados. Macán ha confirmado una visión de negocio enfocada al mercado exterior. Como reflejan sus cuentas de 2022, algo más del 64% de sus ingresos los generó a través de exportaciones, 2,9 millones de los 4,5 que facturó. Estos representaron un avance del 33% respecto a lo exportado en 2021, con un salto especialmente acentuado, del 53%, en el mercado de la Unión Europea, donde las ventas fueron de 1,2 millones. Por contra, en el mercado nacional la facturación sufrió una contracción del 6%, hasta 1,6 millones.
Hungría. Vega Sicilia anunció ayer un plan de crecimiento en su bodega húngara Oremus, que le permitirá alcanzar una producción de hasta 300.000 botellas anuales. Esta elaborará un 70% de blancos secos y un 30% de vinos dulces en los próximos años.
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