El presidente de EiDF baja su participación al 57,5% y Laurion Group se convierte en el segundo accionista con un 12,50%
Antes de la crisis que ha azotado a la cotizada, Fernando Romero ostentaba un 72,1% de todas las acciones de la firma
Movimiento de calado en el accionariado de EiDF, la empresa de energía renovable que permaneció meses suspendida de cotización en BME Growth a instancias de la CNMV por no haber presentado a tiempo las cuentas anuales de 2022 debido a discrepancias con su auditor. Según ha comunicado la propia empresa este miércoles, el presidente y fundador de la compañía, Fernando Romero, continúa vendiendo paquetes accionariales tras la crisis que desataron las dudas que PWC mostró sobre su viabilidad como empresa y las conclusiones de la CNMV apuntando a que habría omitido datos relevantes para los inversores.
Laurion Group, el Family Office de origen barcelonés con sede en Luxemburgo que entró en el accionariado de EiDF el pasado 5 de octubre, ha ampliado su presencia en la compañía dese el 5% anterior hasta el 12,5% del capital de la actualidad, convirtiéndose así en el segundo mayor accionista de EiDF, solo por detrás de un Fernando Romero que ahora, posee un 57,5% de los títulos. Antes de que la crisis se desatara, Romero tenía un 72,1% del total de acciones.
Según EiDF, Laurion Group habría emitido un comunicado con motivo de esta mayor presencia que ha trascendido hoy: “Aunque la posición de Laurion Group en el accionariado es pública desde octubre de este año, llevamos invirtiendo desde verano de 2022 en la compañía, cuando cotizaba a un precio de alrededor de 20€/acción. Claramente, esta operación nos permitirá seguir rebajando nuestro precio medio/acción, y reforzar nuestra presencia, control, y, en definitiva, nuestro compromiso para seguir disponibles en el futuro a continuar apoyando a la compañía en todo aquello necesario en esta nueva etapa. Ciertamente, nuestro apoyo no solo ha sido financiero, también hemos puesto soluciones a disposición de la compañía a lo largo de los últimos meses para ayudar a cumplir con sus objetivos de reducción de deuda y desconsolidación de la unidad de generación. El resultado ha sido el ya conocido públicamente, y que refleja la propia auditoria semestral emitida por PWC: Reducción masiva de la deuda de la compañía y un plan de acción de cara a cierres de año 2023 para acabar prácticamente sin deuda, tal como demuestran los recién publicados acuerdos con Brookfield y Atitlan”.
Los resultados de la primera mitad del año de EiDF a los que se refiere el comunicado mostraron mayores pérdidas, menores ingresos, que la empresa seguía manteniendo un fondo de maniobra negativo en aquel entonces y que parte de los recelos que PwC enumeró en los resultados de 2022 seguían todavía presentes. Entre otros, seguiría activa la duda sobre la viabilidad de la empresa, siempre según refirió PwC en el párrafo de énfasis.
Por otro lado, en el día de hoy, la empresa asegura que “el Consejo de Administración de EiDF ha aprobado la conversión de pagarés y préstamos suscritos por Prosol y Laurion, a deuda convertible en acciones a precio de mercado hasta final de 2023. De tal forma que, con la conversión de esta deuda que hoy aparece reflejada a corto plazo, la compañía reducirá deuda por más de 20M€ antes de finales de año”.
Según los resultados del primer semestre, de los 124,41 millones de deuda de EiDF que a 30 de junio vencían en este 2023, 25,19 millones correspondían a obligaciones y valores negociables, 42,68 millones a deudas con entidades de crédito, 25,13 millones a acreedores comerciales y 30,96 millones a otros pasivos financieros. En otro apartado de los resultados, la empresa hablaba de la situación de la deuda a 31 de octubre de 2023, fecha de presentación de los mismos, y sostenía que en el corto plazo, ese día, EiDF debía 39,6 millones de euros.
“Una vez más, Fernando Romero demuestra que antepone los intereses de la compañía a los suyos, vendiendo un paquete de acciones relevante a un socio estratégico, y convirtiendo millones de euros de deuda en acciones, con la única finalidad de garantizar el futuro y estabilidad de la compañía, protegiendo así a todos los stakeholders (inversores, proveedores, clientes, empleados...). Este es uno de los principales motivos por los que seguimos y seguiremos apoyando a EiDF, por el liderazgo, el empuje, y el carácter incansable de su fundador y Presidente, quien sigue decidido, junto al nuevo equipo directivo, a catapultar a la compañía a niveles previos a la crisis vivida a lo largo de este año 2023. Aprovechamos la ocasión para reiterar una vez más nuestro apoyo total al Grupo EiDF y a todo su equipo”, dice EiDF reproduciendo el comunicado de Laurion.
En el proceso de auditoría de las cuentas de 2022, surgieron discrepancias entre EiDF y PwC. Como consecuencia del choque con PwC, se procedió a la contratación de Deloitte para que realizara un análisis forensic de las cuentas de EiDF. El análisis, pese a la petición expresa de la CNMV de que se publicara integro, todavía no ha visto la luz. Sí lo han hecho extractos del mismo a instancias de la publicación del requerimiento oficial del supervisor de los mercados. En los extractos, se leía cómo Deloitte había encontrado presuntos indicios de falsedad de documental tanto de facturas como de contratos y presuntas evidencias de errores en la evaluación del nivel de desarrollo de varios proyectos, entre otras cosas. Posteriormente, EiDF publicó un resumen elaborado por la propia empresa de un dictamen sobre el forensic elaborado por los abogados de KPMG según el que”no habría indicios que den lugar a concluir la existencia de negocios jurídicos simulados, ni de otra forma anómalos (i.e., fraudulentos, fiduciarios o indirectos)”. EiDF tampoco ha publicado este dictamen al completo. Las acciones de EiDF cerraron este miércoles en 3,84 euros por título este miércoles, un 87% menos que los 29,76 euros a los que cotizaban antes de la suspensión de cotización del 14 de abril.
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