La UE y Reino Unido ultiman un acuerdo para retrasar en dos años los aranceles a los coches eléctricos
El sector europeo había calculado pérdidas por más de 4.000 millones de aplicarse la tasa desde enero de 2024
El Reino Unido y la Unión Europea están cerca de cerrar un acuerdo para retrasar la introducción de los aranceles especiales a los vehículos eléctricos, uno de los grandes quebraderos de cabeza del sector continental, que consideraba que las condiciones británicas provocarían grandes perjuicios a la industria. Tanto, que incluso elevaron la factura a unos 4.300 millones de euros.
A principios de esta semana, la UE se puso en contacto con el gobierno del primer ministro Rishi Sunak con propuestas que podrían extender en otros dos años el retraso en la puesta en marcha de los aranceles sobre los vehículos eléctricos comercializados entre el bloque y el Reino Unido, según recoge Bloomberg de personas familiarizadas con las conversaciones.
Con arreglo a las disposiciones vigentes tras la salida de la UE del Reino Unido, los vehículos eléctricos comercializados entre ambos bloques a partir del próximo año estaría sujetos a un arancel del 10% si más del 45% de su valor no proviene de Europa o de las Islas. Los fabricantes de automóviles europeos llevan meses advirtiendo de que ese peaje no sólo lastraría la productividad europea sino que beneficiaría a los fabricantes chinos. ¿La razón? El monopolio del gigante asiático sobre los materiales con los que se elaboran las baterías.
Una de las opciones que se están debatiendo es un acuerdo que retrasaría efectivamente la imposición de aranceles en unos dos años. Hasta ahora, el gobierno del Reino Unido y los fabricantes de automóviles europeos habían tratado de ampliar el período de introducción gradual en tres años, una hoja de ruta respaldada por muchos países de la UE, incluidos Alemania, sede de los gigantes del sector en el Viejo Continente.
Francia como país, sin embargo, no quiere más demoras, aunque Stellantis, el otro gran grupo europeo, ha sido de los más batalladores contra estos aranceles británicos. No en vano, llegó a amenazar con no fabricar más en las islas si se mantenían estas condiciones. El grupo que fabrica marcas como Vauxhall, Peugeot, Citroen o Fiat emplea a 5.000 personas en fábricas inglesas.
La UE, mientras tanto, se estaba alejando de su posición inicial de que una demora no era aceptable y, tras meses de trabajo, parece que las negociaciones comienzan a dar sus frutos, según un funcionario del Gobierno del Reino Unido.
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