El BCE pide contención a la banca con el capital ante los test de estrés
El supervisor considera que las entidades están siendo optimistas con sus previsiones
El Banco Central Europeo (BCE) aprieta a la banca para que sea más conservadora con sus estimaciones de capital antes de realizar los test de estrés. El supervisor, que presentará el próximo 28 de julio los resultados de sus pruebas de resistencia del sector ante una crisis, considera que las entidades están manejando previsiones demasiado optimistas y ha pedido contención ante el entorno de incertidumbre debido a la alta inflación y las continuas subidas de tipos de interés.
Para realizar los test de estrés, los bancos deben remitir a la Autoridad Bancaria Europea (EBA), a través de tres entregas a lo largo del año, datos en los que reflejen cómo se comportarían sus niveles de capital en un escenario base (favorable) y en otro adverso. El objetivo de las pruebas es comprobar la capacidad de las entidades para resistir una crisis y detectar posibles debilidades en los bancos antes de que se produzcan.
Una vez en posesión de esas proyecciones, las autoridades las revisan, las comparan con los datos que manejan y comprueban que se ajustan al comportamiento esperado. Según detallan fuentes conocedoras de las conversaciones entre el supervisor y los bancos, en general, el BCE considera que hasta ahora las entidades han calculado unas proyecciones de capital demasiado optimistas. Y ha pedido que mantengan criterios de prudencia y sean conservadoras para dibujar escenarios más realistas.
Las entidades europeas cuentan, de media con una ratio de capital de máxima calidad del 15% y deben calcular cuántos puntos de volatilizarían en un escenario adverso.Si los bancos proporcionan proyecciones que se desvían demasiado de las que maneja el BCE, el supervisor pide explicaciones y las entidades deben justificar sus previsiones. En caso de no convencerle, deben ajustar sus cifras.
Las mismas fuentes indican que los bancos han argumentado que el entorno macroeconómico actual es mucho más favorable que el que se encontraba el sector en 2021. Las subidas de tipos y la inflación favorecen al negocio bancario porque permite a las entidades obtener mayores ingresos y beneficios de forma que cuentan con mayor capacidad de generar capital. Además, en los últimos años los bancos han reducido los niveles de morosidad.
En cambio, el BCE y la EBA vienen pidiendo prudencia de forma recurrente en los últimos meses y han animado a las entidades a que destinen los mayores beneficios a dotar provisiones para cubrirse ante un previsible repunte de los impagos. Aunque la mora se mantiene contenida, las autoridades bancarias tienen puestas todas las miradas sobre una bolsa de créditos en vigilancia especial que no ha dejado de crecer desde la pandemia. Se trata de préstamos que aunque todavía no han sufrido ningún impago, los bancos sí han observado un incremento significativo del riesgo desde el momento de la concesión.
Según detalla el Banco de España en su último Informe de Estabilidad Financiera, el volumen de créditos que se encuentra en vigilancia especial representa unos 87.000 millones. Son préstamos que se encuentran en la fase previa a ser considerados como morosos y por ellos el los supervisores mantienen las alarmas puestas. Las autoridades temen que una relajación en los test de estrés invite a la banca a distribuir dividendos de forma masiva y después una coyuntura económica desfavorable pueda poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero.
Las pruebas de resistencia se realizan cada dos años. De todas las cifras que se aportan en unos informes que habitualmente son extensos, los analistas se suelen prestar especial atención a dos: los puntos básicos de capital que se volatilizarían ante un escenario adverso y el nivel de solvencia con el que contaría cada banco ante esa coyuntura. Se trata de una evaluación clave para los bancos ya que un mal resultado puede conllevar que las autoridades impongan requisitos de capital adicionales o restricciones al reparto de dividendos y recompras de acciones.
Precisamente, Bloomberg señalaba recientemente que los bancos tienen la impresión de que el BCE y la EBA buscan que los resultados de los test de estrés sean peores que los registrados en 2021 para que contengan sus políticas de remuneración a los accionistas.
Los dos organismos europeos han preparado los test diseñando el escenario más duro de la historia debido al entorno de incertidumbre. Así, tiene en cuenta hipotéticas tensiones geopolíticas, con una alta inflación y tipos de interés más altos con fuertes efectos adversos en el consumo privado y la inversión, tanto a nivel nacional como internacional.
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