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Financiación

Los emisores españoles colocan deuda por 33.000 millones este año, el doble que hace 12 meses

La emisión sobenara y de bancos y empresas en euros marca récord en enero

Gema Escribano
Efervescencia en el mercado de capitales en el arranque de 2023

El inicio del nuevo ejercicio se está viendo marcado por una elevada actividad en el mercado de capitales. Aunque el ritmo se ha moderado en las últimas jornadas, puesto que muchas empresas se encuentran inmersas en el período de black out (en el que no pueden emitir deuda antes de anunciar resultados), aquellas que ya han rendido cuentas ante los inversores no han dudado en seguir aprovechando el enorme apetito por la renta fija y en acelerar sus programas de financiación. Santander, que la semana pasada debutó en el mercado de cédulas de internacionalización, Bankinter o Sabadell son los mejores ejemplos.

Si se contabiliza lo que han colocado empresas no financieras, bancos y el sector público español en las seis primeras semanas del año el importe total alcanza los 32.950 millones, una cifra que dobla la registrada en el mismo periodo de 2022. Esta hiperactividad coincide con un mes de enero en el que las emisiones en euros marcaron récord.

Jesús Sáez, responsable del mercado de capitales para Iberia de Natixis, señala que tradicionalmente las primeras semanas del año suponen una vuelta a la búsqueda de liquidez con los gestores construyendo sus carteras y los emisores reabriendo libros para cumplir con los objetivos de emisión. El experto señala que estos factores estacionales se han visto acompañados en las primeras semanas de este año por el optimismo sobre la inflación, en la idea de que podría haber tocado techo. Esto se ha traducido en una corrección a la baja de las rentabilidades y en la caída de los tipos.

“Hemos visto una importante receptividad por parte de la base inversora, quizás conscientes de que estamos en la recta final del periodo de normalización monetaria, pero aún con buenas oportunidades para acumular activos a rentabilidades interesantes”, subraya. Sáez considera que, aunque ha habido demasiado optimismo y el mercado ha puesto en precio la posibilidad de que los bancos centrales empiecen a rebajar los tipos en la recta final del año, sí es cierto que la relajación de los precios se ha visto soportada por una macro que aguanta relativamente bien. El escenario central con el que trabajan desde la firma es el de una recesión técnica, coyuntural.

Emisores financieros

Más allá de la elevada demanda que han registrado las operaciones, la otra característica de este inicio de año ha sido el predominio de las emisiones financieras. Los bancos españoles han efectuado hasta 16 operaciones en las que han levantado 15.650 millones de euros, el 47,5% del total colocado por emisores españoles y el 69,56% de las transacciones. Sáez señala que este comportamiento es un reflejo de la flexibilidad de reacción que tienen los emisores financieros cuando las condiciones de liquidez son apropiadas. “Parte de las operaciones que se lanzan a mercado no tienen el objetivo de financiación o liquidez, sino el de cumplimiento con los requisitos de solvencia que les hace mantener unos niveles de emisión en determinados formatos de manera obligada”, destaca. En este grupo se enmarcarían los bonos contingentes convertibles (cocos en la jerga) y la deuda sénior preferente y no preferente. Muchas entidades han aprovechado el apetito de los inversores y la caída de las rentabilidades para lanzar los cocos que el entorno de mercado no aconsejaba vender en 2022.

En las primeras semanas de 2023 se ha producido también un resurgir de las cédulas. Este tipo de deuda, la más segura, desapareció del mapa con las subastas de liquidez del BCE. Ahora que la institución está inmersa en la subida de tipos y ha retirado la batería de medidas con las que afrontó la pandemia, las cédulas cobran protagonismo. Además, a los cambios de política monetaria se suma la nueva normativa española sobre cédulas que entra en vigor en julio y que obliga a las entidades financieras a contar con un colchón de liquidez suficiente para pagar todos los vencimientos de este tipo de deuda en los próximos 180 días.

En el ámbito corporativo se han producido cuatro operaciones de emisores españoles y el volumen captado asciende a los 3.100 millones. Fuentes de mercado señalan que las compañías disponen de unos colchones de liquidez elevados, lo que reduce su necesidad de apelar al mercado. La gran novedad de este inicio de año ha sido la emisión de bonos híbridos. Las tres operaciones de este tipo, realizadas por Iberdrola, Telefónica y Redeia, han contado con la etiqueta verde. “En mercados compradores y en etapas de mercado extremadamente positivas, los formatos que mejoran más son los que tienen más riesgo y que ofrecen los mayores rendimientos”, señalan en Natixis.

Dentro de las emisiones públicas, y sin contar las subastas, además de los 13.000 millones del bono sindicado a 10 años del Tesoro, se suman los 700 millones de deuda sostenible de País Vasco y los 500 millones en bonos verdes del ICO. Con la vista puesta en los próximos meses, los bancos centrales y la evolución de la economía marcarán el paso. “Debemos esperar que los volúmenes vayan aumentando, algo que se notará en los corporativos después de un 2022 con mucha menos actividad”, remarca Sáez.

Nueva subasta de letras hoy, con las alemanas al 2,86%

El furor por las letras sigue curso. Con las rentabilidades de estos activos a 12 meses rondando el 3% en la eurozona, Alemania vendió ayer 2.326 millones en letras a seis meses al 2,858%. Junto a la locomotora de Europa, Francia colocó letras a 12, seis y tres meses. En la primera referencia adjudicó 1.498 millones al 3,017%. Los 2.795 millones restantes corresponden a deuda a seis meses por las que el tesoro galo se ha pagado un 2,8% y y otro 2,556% en los 2.795 millones vendidos a tres meses. En España estas referencias rondan 2.813%, el 2,675% y el 2,182%, respectivamente.

 

Una semana después de que España lograra rebajar la rentabilidad de las letras a 12 y seis meses gracias al apetito mostrado por los inversores, hoy el organismo que dirige Carlos Cuerpo espera captar entre 1.500 y 2.500 millones en deuda a nueve y tres meses. Los inversores particulares que estuvieran interesados en acudir a esta subasta disponían hasta ayer en caso de hacerlo presencialmente. Después de las largas colas registradas en el Banco de España desde el 7 de febrero es necesario solicitar cita previa. Si se recurre a la web del Tesoro las peticiones admitidas son las realizadas una semana antes de la celebración de la subasta. En la emisión de la semana pasada, la demanda de los pequeños inversores rondó los 1.200 millones, cifra que multiplica las peticiones de las subastas anteriores.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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