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2023: ¿el año de la renta fija?

El cambio de entorno abre las opciones para el inversor conservador

El abanico de inversiones para 2023 ha cambiado completamente respecto al del año pasado. Después de haber vivido el ejercicio más difícil para la renta fija de las últimas décadas, este nuevo año ha comenzado con el ánimo renovado para el inversor más conservador.

¿Deuda pública o privada? ¿Letras del tesoro o bonos? ¿Depósitos? ¿Fondos de renta fija o monetarios? Las opciones son múltiples y la oferta cada vez es mayor. Desde finales del año, analistas y gestores hablaban de las oportunidades que se comenzaban a ver en el mercado de renta fija después de haber vivido, como recuerda Marta Campello, socia y gestora de fondos de Abante, “un año devastador para el mercado de bonos, el peor mercado bajista de la historia”. Y ahora, el panorama es bastante distinto.

¿Qué ha cambiado y qué debe saber el inversor?

Recapitulemos. 2022 ha sido un año complicado, tanto para la renta fija como para la renta variable, pero lo verdaderamente más destacado ha estado en este último activo. Los inversores de renta variable están un poco más acostumbrados a convivir con caídas y con jornadas de más volatilidad, pero los más conservadores están habituados a obtener rentabilidades más modestas a cambio de más seguridad. Por ello, lo que ha pasado este año en la renta fija ha sido más difícil de asimilar para ellos.

Parte de este aprendizaje ha estado en entender que la renta fija solo es fija si se mantiene a vencimiento. Si no, podemos ver fluctuaciones en los precios: pueden caer y subir. Y estas fluctuaciones están directamente relacionadas con los tipos de interés, que es lo que ha estado detrás del comportamiento tan brusco de este 2022.

La clave del año pasado ha sido la alta inflación. “Hemos visto la inflación más alta de los últimos 40 años, desde que hay registros, y los bancos centrales han entendido que debían actuar y subir los tipos de interés para tratar de frenar esa escalada de los precios”, recuerda Campello. ¿Cuánto han subido los tipos en 2020? La respuesta es que mucho, más que en otras épocas y, además, más rápido.

En Estados Unidos, la Reserva Federal iniciaba 2022 con los tipos entre el 0 y el 0,25% y lo ha terminado en niveles del 4,25 - 4,5%. En Europa, el Banco Central Europeo arrancaba el año con el tipo de depósito en el -0,50% y lo ha terminado con el tipo en el 2% y el de refinanciación, en el 2,5%. Y esto, lógicamente, tiene un impacto muy fuerte en las valoraciones del mercado de bonos y pérdidas muy abultadas para aquellas referencias que consideran más seguros. El bund alemán a 10 años terminó el año con una caída cercana al 20%, lo que se trasladó al resto de activos de renta fija, el crédito, el high yield, bonos de mercados emergentes, etc., todos terminaron el año con pérdidas de entre el 10 y el 20%.

¿Y este año?

La inflación sigue alta, pero se espera que el proceso de ajuste que ya se ha hecho y el que aún queda, vaya rebajando poco a poco esos niveles. También se esperan más subidas de tipos -la presidenta del BCE ha vuelto a confirmar que seguirán subiendo los tipos para bajar el nivel de precios- y peores datos macroeconómicos, pero esto ya está trasladado al precio de los activos, también en los de renta fija.

Este escenario abre nuevas posibilidades de inversión para los inversores conservadores este año, ya que la renta fija ha pasado de no ser una buena opción a ofrecer rentabilidades atractivas: la liquidez ha pasado de costar dinero a remunerar prácticamente un 2%. En Europa, el crédito ya ofrece rentabilidades cercanas al 4% y el high yield se aproxima al 8%.

Además, como recuerda Javier Navarro, gestor de renta fija en Abante, es poco probable repetir un año en el que caigan tanto la renta variable como la deuda pública: “Antes, la renta fija diversificaba y aportaba cierta descorrelación con los activos de renta variable. Con estos tipos tan altos, lo lógico sería que la renta fija pudiese actuar de colchón y descorrelacionar con las partes más agresivas de las carteras”. Así, a diferencia de lo visto hace meses, las altas rentabilidades esperadas para este año actúan como protección frente a posibles escenarios adversos futuros, como podría ser una recesión más severa de lo esperado.

Y este cambio drástico de panorama en la renta fija, estos días lo hemos estado viendo aquí con el repunte de las Letras del Tesoro. Por ejemplo, las letras a doce meses han rozado el 3% de rentabilidad, el interés más alto desde el año 2012.

¿Qué debe hacer ahora el inversor conservador? ¿Dónde debería depositar su dinero? Entender todas las opciones disponibles, el comportamiento de cada activo y los riesgos es fundamental para tomar decisiones de inversión y empezar a construir una cartera conservadora.

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