¿Sabes para qué inviertes?
Tener un objetivo marca la hoja de ruta de la estrategia de inversión
A poco más de dos meses para terminar el año, podemos decir que 2022 está siendo un año atípico y extraordinariamente malo para los mercados. A los altos datos de inflación se le sumó la guerra en Ucrania, la crisis del gas y del petróleo, más inflación, subidas de tipos por partes de los bancos centrales y, por último, el miedo a que tengamos una recesión.
Este escenario nos está dejando el peor año de la última década en los mercados y un sentimiento de más pesimismo entre los inversores que no quieren perder su dinero y que no saben qué opción sería la mejor en este entorno.
Como explica Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, “2022 está siendo un año malo, especialmente para la renta fija porque nunca habíamos visto lo que estamos viendo este año”.
El inversor en bolsa suele estar más acostumbrado a pasar por momentos más volátiles y de caídas, pero el inversor conservador no está tan acostumbrado y el nombre del activo puede dar lugar a error porque, recordemos, la renta fija no es fija y este 2022 hemos vivido el peor mercado bajista de la historia de los bonos. Y es precisamente este comportamiento de la renta fija lo que está marcando este comportamiento de la renta variable.
“Este año el partido se juega en la renta fija. La renta variable no se va a calmar hasta que se cambie la renta fija, pero es probable que a la mínima que tengamos una noticia positiva la renta variable refleje que una gran parte del mercado está teniendo un castigo excesivo por la subida de los tipos y no porque se hayan deteriorado los resultados empresariales”, explicó Campello en una conferencia con inversores celebrada recientemente en el Auditorio Abante.
En lo que llevamos de año, el S&P 500 pierde un 23%. Desde la Segunda Guerra Mundial, este índice estadounidense solo ha caído más de un 20% en un año natural en tres ocasiones: 1973, 2002 y 2008, años de grandes crisis. Si 2022 termina como está, rompiendo la barrera del 20%, sería la cuarta vez que el S&P 500 pierde más de un 20% en un año completo. ¿Qué podría pasar después? Como comentó Campello, “lo que pasó en esos tres años fue que los mercados experimentaron subidas que, en el peor de los casos, llegaron al 25%”.
Largo plazo y compromiso, clave para invertir
Durante la conferencia, Campello hizo alusión a una frase, que en momentos como los que estamos viviendo cobra más relevancia que nunca, que dice que “es el tiempo el permaneces en el mercado lo que construye la relación de riqueza a largo plazo”.
Como siempre recordamos en Abante, invertir no debería ser un fin en sí mismo, sino el medio para conseguir nuestros objetivos. Por eso, para tener éxito con nuestras inversiones la primera pregunta nunca debería ser sobre dinero, sino sobre nosotros mismos.
Antes de pararnos a pensar dónde deberíamos invertir para no perder dinero, lo que deberíamos plantearnos es qué queremos conseguir con ese dinero. Si definimos nuestros objetivos vitales, nuestro proyecto biográfico y lo que vamos a querer hacer con ese dinero, podremos definir también nuestro horizonte temporal de inversión, es decir, cuándo lo vamos a necesitar. Esto nos va a permitir, con la ayuda de un asesor financiero, definir nuestra estrategia de inversión, qué productos son los más adecuados para nosotros, qué perfil de riesgo y qué plazo tenemos.
De esta forma estaremos bien invertidos porque nuestra estrategia responderá a nuestra situación y objetivos personales, y nunca será una decisión precipitada y basada únicamente en lo que pasa en el mercado o en los activos que están de moda. Si nuestro proyecto biográfico cambia, siempre podremos revisar nuestra cartera y modificar la estrategia, pero pensando en nuestro plan personal.