El Tesoro paga el 3% en letras, el interés más alto desde 2012
Inaugura el año con una emisión de deuda a seis y 12 meses
Los emisores soberanos se suman a la corriente vendedora de inicio de año. Aunque el Tesoro aún no ha actualizado su estrategia de financiación para 2023, el organismo que dirige Carlos Cuerpo realizó ayer su primera emisión de un ejercicio que seguirá estando marcado por el incremento del coste de financiación derivado del endurecimiento monetario. El fin de las compras de deuda de BCE y el aumento de los tipos de interés se están dejando sentir con fuerza en el mercado primario. Una buena muestra de ello fue el resultado de la subasta de letras a seis y 12 meses.
España captó 4.893,4 millones. El grueso de este importe correspondió a la deuda con vencimiento a un año, referencia con la que adjudicó 3.923,35 millones. La expectativa de que el BCE siga subiendo las tasas obligó al Tesoro a pagar un 2,983%, frente al 2,474% de la subasta de diciembre y muy lejos del -0,529% de comienzos de 2022, antes de que Christine Lagarde acabara con 11 años de tipos de interés en el 0%. Además de haber dejado atrás los tipos negativos, el interés que pagan las letras a 12 meses es el más alto desde agosto de 2012 y bate ampliamente los mejores depósitos al mismo plazo que ofrecen unas rentabilidades que rondan el 2%.
El incremento se traslada también en las letras a seis meses. El Tesoro vendió 970,49 millones al 2,584%, por encima del 2,092% de la subasta previa. Es decir, el tipo más alto desde julio de 2012. La demanda conjunta para las dos referencias alcanzó los 9.793,39 millones, lo que implica una ratio de cobertura de dos veces la oferta.
Aunque el mercado de deuda había comenzado el año con buen pie –el rendimiento de la deuda española a 10 año cayó 40 puntos básicos en la primera semana– los inversores tienen la vista puesta en los próximos pasos que dé el BCE para devolver la estabilidad a los precios. Las rentabilidades exigidas a España traen a la mente de los inversores los fantasmas de la crisis de deuda que sacudió la zona euro la década pasada. No obstante, el escenario actual dista mucho de la situación que se vivía en julio de 2012, cuando Mario Draghi reiteró que haría lo que fuera necesario para salvar el euro.
David Ardura, director de inversiones en Finaccess Value, considera que esta vez no se trata del riesgo de España, sino que es “consecuencia de cómo están las curvas soberanas”, especialmente en lo que corresponde a los plazos cortos. El gestor apunta que los inversores están descontando una subida de los tipos en la zona euro hasta el entorno del 3,4%. Es decir, el nivel al que ronda el euríbor a 12 meses.
En paralelo a la subasta de letras de España, Italia vendió 7.000 millones en un bono sindicado a 20 años al 4,529%. Otros 21 emisores tanto públicos como privados salieron ayer al mercado, el número más alto en una jornada desde enero de 2020. En lo que va de año, más de 80 emisores se han apresurado a acelerar sus programas de financiación para asegurarse los precios más atractivos antes de que empeoren las condiciones. El volumen de deuda emitida en Europa supera los 121.000 millones de euros. Además, se trata del comienzo de año más rápido en bonos públicos sindicados desde 2014.
256.900 millones en emisiones brutas
A la espera de que el Tesoro Público español actualice su estrategia de financiación para 2023, para el conjunto del año espera acometer unas emisiones brutas por importe de 256.900 millones de euros. Esta cifra está lejos de los 264.312 millones de euros registrados en el año de la pandemia, cuando el Gobierno se vio obligado a elevar las emisiones de deuda para financiar la batería de medidas desplegadas para mitigar los efectos de la crisis del Covid. Deducidas las amortizaciones, las emisiones netas de este ejercicio alcanzarán los 70.000 millones de euros.
El próximo jueves, el organismo dependiente del Ministerio de Economía probará suerte con la deuda a medio y largo plazo. Además de estas operaciones, en enero se espera la primera emisión sindicada del año. A través de estas operaciones, que no están previstas en el calendario y en las que se contrata a un ejército de bancos para sondear el apetito de los inversores, el Tesoro captó 30.000 millones de euros en el último año. En total se acometieron cuatro colocaciones de este tipo: dos emisiones a 10 años, una operación a 30 años y otra con vencimiento en 2042.