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Invertir con la mirada puesta en 2023: renta fija y apuestas de éxito

Las gestoras valoran la posibilidad de volver a los bonos y ponderan las empresas de calidad, que ya rentan un 4,5% en Europa

Getty
Miguel Moreno Mendieta

Los mercados financieros viven instalados en el futuro. El precio de una acción o un bono no es sino una proyección de los flujos de ingresos que esos títulos van a generar en los próximos años. Aunque muchas veces no aciertan, los bancos de inversión, las casas de análisis y las gestoras de fondos realizan todos los años una informe sobre sus previsiones acerca cómo irá el próximo ejercicio. Tratan de predecir qué tipos de activos funcionarán mejor. Y ofrecen algunas claves a sus clientes sobre cómo gestionar sus carteras.

Uno de los mantras más repetidos cada año es que “hay poca visibilidad”. Es decir, que hay demasiadas incertidumbres como para hacer predicciones certeras. Pocos analistas vaticinaron hace un año que habría una guerra en el corazón de Europa y que la mayoría de países occidentales acabaría 2022 con una tasa de inflación superior al 7%. Este contexto ha provocado una carrera desesperada de los bancos centrales por subir tipos para enfriar la economía y tratar de frenar el encarecimiento. Pero el precio a pagar es alto: una recesión en ciernes.

Paul O’Connor, economista jefe de la gestora británica Janus Henderson, explica que “la economía mundial parece abocada a un año difícil en 2023, ya que el aumento de los tipos de interés y la reducción del coste de la vida están empujando a varios países importantes a la recesión”.

Con la eurozona y Estados Unidos, los dos bloques más importantes del mundo, bordeando la contracción, todas las miradas están puestas en los datos de inflación. Si empieza a aflojar, los bancos centrales podrán pausar o frenar las subidas de tipos, lo que sería un alivio para las Bolsas. Si no, podría haber nuevas correcciones.

“Los bancos centrales serán reacios a señalar que los tipos han tocado techo hasta que la inflación subyacente tenga una clara tendencia a la baja, pero es probable que los mercados se adelanten a ello”, apunta O’Connor.

En este impasse, los gestores de fondos llaman a extremar la prudencia. Aunque los mercados bursátiles han sufrido este ejercicio correcciones de entre el 10% y el 15%, son muchos los que advierten que podría haber nuevas caídas en breve, hasta que se llegue a calibrar la profundidad de la recesión. Alfonso García Yubero, director de análisis y estrategia de Santander Private Banking, explica que “una vez que la inflación se contenga y se despejen las dudas sobre los tipos de interés, el mercado empezará a preocuparse por el crecimiento”.

Desde Barclays apuntan que los mercados bursátiles “aún no está fuera de peligro, pero lo normal es que la situación en la renta variable sea mejor de aquí a dentro de un año”. En Deutsche Bank, hay un sentimiento algo más optimista. Rosa Duce, directora de inversiones de la filial española, explica que “aunque veremos recesiones, serán moderadas, y esperamos que las economías y las empresas aguanten mucho mejor que crisis previas, así que ya somos moderadamente optimistas con la Bolsa y vemos muchas oportunidades en renta variable”.


1. Volver a los bonos

Todas las gestoras de activos mantienen este mismo mensaje: es un momento muy atractivo para invertir en renta fija. Tras un año nefasto, con las mayores caídas que se recuerdan en este tipo de activo conservador, los precios se han ajustado y las rentabilidades empiezan a ser muy interesantes.

Diego Jiménez-Albarracín, analista senior del centro de inversiones de Deutsche Bank, recuerda que “los bonos han alcanzado un nivel de rendimientos en la media histórica, con las emisiones de Estados Unidos a 10 años rentando un 4%, la deuda de empresas de alta calidad crediticia ofreciendo un 6% en Estados Unidos y un 4,5% en Europa”. Con estos niveles, los inversores más conservadores pueden tomar posiciones con cierta confianza.

José Mazoy, director de inversiones globales de Santander AM, comparte esta visión: “el ajuste en renta fija ha sido muy doloroso pero para los próximos cinco años el panorama es muy alentador. Hay una expectativa de generación de valor muy atractiva”.

Algunas firmas consideran que ya empieza a ser atractivo invertir en bonos emitidos por empresas, incluso en los de compañías de baja calidad crediticia (bonos high yield, en la jerga).


2. Bolsa: empresas de calidad

Aunque hay algunas discrepancias entre las firmas de inversión sobre si ha llegado o no el momento de asumir riesgo en cartera y tomar más posiciones en Bolsa, la mayoría sí que está de acuerdo en que el año que viene será moderadamente positivo para los mercados de renta variable.

A la espera de si llegan o no nuevas caídas, aquellos inversores que sí quieren ir aumentando el riesgo en cartera, lo pueden hacer buscando compañías de calidad. Ralph Elder, director general en España de BNY Mellon Investment Management, considera que puede ser atractivo invertir en cotizadas “que tengan unos ratios de rentabilidad estables, que tengan capacidad de fijación de precios, que cuenten con una marca muy potente, y que hayan demostrado ser capaces de dar dividendos en cualquier contexto”.

Jacobo Ortega, director de inversiones en Europa de Santander AM, también reconoce que están haciendo mucho énfasis entre sus clientes en focalizarse en la calidad. “Ahora estamos buscando compañías de calidad, capaces de fijar precios y que tengan sendas de crecimiento más descorrelacionadas del ciclo, eso nos hace alejarnos en general de la Bolsa europea y de los sectores más cíclicos”, señala.


3. Banca

Otra de las temáticas de inversión que mencionan muchos analistas es el sector bancario. Las subidas de tipos de interés están haciendo que las entidades financieras puedan mejorar sus márgenes. “Nos parece que la banca está cotizando a precios muy atractivos”, apunta Diego Jiménez-Albarracín.

A diferencia de lo que ocurrió en la crisis de 2008, cuando la industria bancaria estaba claramente infracapitalizada, la fuerte regulación posterior ha hecho que ahora todas las entidades sean muy solventes. Aun en el caso de un notable aumento de la morosidad, provocada por las subidas de tipos y la recesión, los analistas consideran que casi todas las entidades están muy bien pertrechadas para absorber el impacto.

Desde Deutsche Bank, mencionan a dos entidades como sus predilectas para invertir en Europa. En primer lugar BNP Paribas, por la fuerte franquicia de banca privada que ha construido en Francia, Italia, España, Bélgica y Países Bajos. Y, en segundo lugar, el grupo ING, “porque consigue operar con márgenes muy por encima de la competencia y tiene una base de clientes muy leal”, apunta Jiménez-Albarracín.


4. Activos ilíquidos

Algunas firmas, como la estadounidense Goldman Sachs, consideran que la inflación, aunque se moderará, está aquí para quedarse. Esto, unido a los problemas geopolíticos y régimen de altos tipos de interés, va a provocar que las rentabilidades en los próximos años “vayan a ser mediocres”. Para tratar de compensarlas y sortear la volatilidad de los mercados, todos los bancos están impulsando los activos alternativos.

Este tipo de inversiones al margen de las acciones y los bonos consisten en particiones en fondos que compran compañías no cotizadas, en deuda privada, en infraestructuras o empresas de reciente creación. Al ser un formato más sofisticado y que exige mantener el dinero sin tocar durante 10 años, hasta ahora han estado reservadas a los altos patrimonios. Pero ya hay entidades como Bankinter que han creado un modelo que permite invertir desde 10.000 euros.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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