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La banca acelera la venta de fondos alternativos por la debacle de la renta fija

Entre los tres grandes gestionan ya 5.300 millones en este tipo de estrategias

Sala de tesorería de uno de los grandes bancos españoles.
Sala de tesorería de uno de los grandes bancos españoles.

Los mercados financieros parecen haberse estropeado. No funciona ni la inversión en Bolsa, ni en renta fija. Los clientes ya no saben dónde dejar su dinero. Para buscar una solución ante este panorama, los bancos están acelerando la venta a sus clientes más adinerados de activos alternativos a la Bolsa y los bonos, sobre todo con fondos de capital riesgo, infraestructuras e inmobiliarios.

Este tipo de productos tienen mínimos de inversión muy altos (normalmente, por encima de los 50.000 euros) y obligan a mantener la inversión durante al menos siete años. Estas características hacen que no sean los más adecuados para todos los públicos. Su gran ventaja es que aportan una rentabilidad extra a las carteras, al tiempo que permiten descorrelacionarlas de la evolución de los mercados.

Hasta hace poco, España había dado la espalda a este tipo de fondos alternativos, a diferencia de otros países, como Reino Unido, Francia o Suiza, donde ya llegaban a pesar cerca del 10% de los clientes ricos.

El giro de Santander

Uno de los bancos que ha hecho una apuesta más decidida por comercializar este tipo de productos es Banco Santander. En 2020 su gestora se propuso comenzar a impulsar la venta de fondos ilíquidos, para atraer cada vez más a inversores institucionales. Desde entonces, ha lanzado fondos que invierten en instrumentos de comercio internacional, otro que invierte en deuda de pymes españolas... Desde la gestora explican que en estos dos años han invertido ya más de 1.000 millones de euros y tienen compromisos por 1.900 millones.

¿A qué se debe el auge de estas estrategias?

 

Descorrelación. Tradicionalmente, los bonos han servido como refugio en momentos en que la Bolsa ha ido mal. Sin embargo, en este semestre la inversión en renta fija ha funcionado casi tan mal como la inversión en renta variable. La inversión en activos ilíquidos suele estar menos marcada por la evolución de los mercados financieros, y presenta unos flujos de ingresos y unos retornos más ciertos. Eso sí, a costa de la iliquidez: el dinero no se puede tocar durante más de siete años.

Rentabilidad. Durante el largo periodo de bajos tipos de interés, los fondos alternativos han permitido a los inversores más pudientes tener una parte de su cartera en un tipo de activos que presentaba unos retornos notablemente más altos que la renta fija.

Economía real. Las inversiones en fondos alternativos están más alejadas de la pura economía financiera, con sus fuertes turbulencias, y más pegadas a la economía real. La evolución macro les afecta, pero no de forma tan brusca.

 

Aitor Jauregui, jefe en España de BlackRock (la mayor gestora de fondos del mundo), explica que “en los próximos trimestres va a seguir creciendo con fuerza el interés por los activos alternativos”. A su juicio, esta es “una forma idónea para que los clientes puedan descorrelacionar sus carteras de la evolución de los mercados bursátiles y consigan un extra de rentabilidad. Además, les permite participar en la financiación de proyectos importantes para lograr la descarbonización de la economía”. Jauregui calcula que en cinco años llegarán a copar el 10% de las carteras.

Además de fondos de capital riesgo (que invierten en compañías no cotizadas) o de deuda de empresas, cada vez se comercializan más fondos para financiar la instalación de plantas eólicas o solares.

CaixaBank, líder español en la gestión de activos, cuanta ya con 30 vehículos para estas inversiones ilíquidas, con más de 10.000 participes. El valor de mercado de los compromisos asciende a 2.262 millones de euros. En su caso, también ha comercializado entre sus clientes de altos patrimonio fondos ilíquidos con una vocación de impacto social, como el fondo Huruma. Un vehículo que va a prestar dinero a entidades que conceden microcréditos en África, Asia y América Latina. El objetivo de rentabilidad está entre el 7% y el 9% anual.

Otro de los grandes del sector, BBVA, lanzaba esta misma semana un fondo de fondos activos ilíquidos. A través de un solo vehículo se puede invertir en cuatro tipos de estrategias (capital riesgo, infraestructuras, deuda privada e inmobiliario). La gestora del banco gestiona ya más de 2.000 millones en activos ilíquidos.

Paul Flood, gestor de carteras de la gestora Newton considera que “ahora que los bonos están perdiendo atractivo, los activos alternativos como la energía renovable o la música en streaming desempeñan una función cada vez más importante en las estrategias multiactivos”.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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