El alza de tipos rescata planes garantizados y con objetivo de rentabilidad
Estos productos estiman retornos anuales de entre el 1,5% y el 2%
Las subidas de tipos de interés decretadas por el BCE han provocado la resurrección de los planes de pensiones garantizados y los que tienen rentabilidad objetivo, con rentabilidades de entre el 1,4% y el 2% TAE, en función de los plazos y las características. Estos productos llevaban años desaparecido del escaparate de la banca debido a la baja rentabilidad de los bonos.
A la hora de escoger un plan, es muy importante tener en cuenta las características del plan, las comisiones y las exigencias de permanencia.
La primera entidad financiera que empezó a rescatar estos fondos de pensiones fue Mapfre. A finales de septiembre lanzó un vehículo que garantiza al partícipe una rentabilidad acumulada del 11% en seis años y medio, lo que supone una ganancia 1,6% TAE.
El producto Mapfre Puente Garantizado II Fondo de Pensiones está pensado para clientes conservadores que quieren ahorrar para su jubilación sin riesgo. Si el cliente mantiene el producto en el plazo de seis años y medio, puede obtener además un 20% de la posible subida del índice Euro Stoxx 50.
Las entidades financieras han recuperado este mismo formato conservador para los fondos de inversión.
También los seguros de ahorro
PPA. Las aseguradoras cuentan con su propia versión de los planes de pensiones, aunque bajo el formato de una póliza de seguro de vida. Se trata de los planes de previsión asegurados (PPA) y tienen una fiscalidad pareja a los planes individuales. En este tipo de productos, también se está dejando sentir la subida de tipos. En el caso de VidaCaixa, la compañía líder del sector, ha revisado al alza las rentabilidades que llegan a ofrecer sus productos. Para los plazos más largos, 30 años, la firma se compromete a pagar una rentabilidad anual del 2,78%. Si el plazo es el mínimo, de seis meses, el retorno es del 1,79% TAE.
Mapfre. El grupo asegurador ya aprovechó los primeros movimientos del BCE, en primavera, para renovar su oferta de planes de pensiones asegurados (PPA). Hasta entonces, como los tipos de interés han estado en cero o incluso en negativo durante años, las aseguradoras no podían realmente ofrecer ninguna rentabilidad atractiva para sus clientes.
Este tipo de productos apenas tiene gestión activa. La firma que lo lanza compra para el fondo de pensiones una cartera de bonos que ya aportan un cierto cupón. Con el capital restante adquiere derivados financieros para aprovechar la revalorización de la Bolsa.
Hace 10 días Ibercaja seguía la estela de Mapfre al lanzar Plan Ibercaja de Pensiones Valor 2027. Este producto ofrece un rendimiento garantizado del 7,4% para todas las aportaciones y traspasos que se mantengan ininterrumpidamente durante cinco años, lo que supone obtener una TAE garantizada del 1,5%.
Además de estos planes de pensiones con rentabilidad garantizada, las entidades han desempolvado un producto similar: los planes con objetivo de rentabilidad. La composición de la cartera es similar, pero en estos casos la gestora no se compromete a dar un mínimo de rentabilidad, sino que ofrece al cliente una estimación de lo que podría obtener si no hay accidentes financieros graves.
De este tipo es el producto que presentó ING la semana pasada, el Plan Naranja Rentabilidad 2023, que persigue un objetivo de rentabilidad anual del 1,4% .
El producto, que invierte al 100% en deuda pública española, exige un compromiso de permanencia de un año. Como en todos los planes de pensiones individuales, el máximo de aportación anual es de 1.500 euros.
Además ING bonifica el 1,5% del importe traspasado, hasta 600 euros, a los clientes que traigan su plan desde otra entidad.
También Kutxabank se ha apuntado a esta tendencia, con la comercialización de su nuevo plan de previsión Baskepensiones Horizonte 2026. Se trata de un producto basado en renta fija europea con una rentabilidad objetivo, que puede alcanzar el 7,84% sobre la inversión inicial (2% TAE), siempre que se mantenga hasta la fecha de vencimiento, dentro de cuatro años.
Ambas entidades están tratando de aprovechar las oportunidades que han surgido en el mercado de deuda soberana. Se trata de planes que responden a las expectativas de personas con un perfil de ahorro conservador.
Todos estos productos crean cestas de bonos, que ya tienen unos cupones superiores al 1%. Prácticamente no tienen ninguna gestión, puesto que se diseñan para que el inversor los mantengan hasta el vencimiento. Las comisiones en este tipo de productos están entre el 0,7% y el 1% anual.
En España hay cerca de 80.000 millones de euros invertidos en planes de pensiones individuales. La reducción del tope de aportación anual a tan solo 1.500 euros (frente a los 8.000 euros de hace tres años) hace que hayan perdido interés para el cliente. Las entidades se están concentrando ahora en captar los planes de la competencia. El traslado del dinero de un plan a otro no tienen coste fiscal, pero hay que comprobar que no se tiene un compromiso de permanencia.